@josealaniz y @aviation_watch
Nota del editor:
Esta entrada está inspirada por contenido publicado el 21/05/2020 en el grupo de Facebook RELOJEROS. El autor del contenido original es José Alaníz, un compañero aficionado a los relojes afincado en Monterrey, México. José es uno de los administradores del grupo RELOJEROS. Este artículo es una versión considerablemente ampliada preparada en colaboración con @aviation_watch.
Introducción
El término cronógrafo es evidentemente moderno, pero su etimología es antigua y proviene de la combinación de dos vocablos griegos: “cronos” (χρόνος) y “grafia” (γράφειν)
En primer lugar, tenemos “cronos” (χρόνος), que se traduce como “tiempo” ya desde la época bizantina. Kronos era el Rey de los Titanes y el Dios del Tiempo en la mitología griega, un “dios remoto e incorpóreo que rodeaba el universo, conduciendo la rotación de los cielos y el eterno paso del tiempo.”
En segundo lugar, tenemos “grafia” (γράφειν) que se traduce como “escribir”.
Tanto en griego (χρονογράφος) como en latín (“chronogrăphus”), “cronógrafo” significaba escribir el tiempo.
Hoy en día hace referencia a relojes que además de mostrar la hora también cuentan con una función de inicio, parada y reinicio para cronometrar tiempos. En cronógrafos mecánicos dedicados, ya poco habituales, la medición de la hora se descarta.
Por norma general, un reloj cronógrafo también incluye medidores de los minutos y horas transcurridos. En casos excepcionales, los cronógrafos de pulsera pueden mostrar hasta las centésimas de segundo (en caso del TAG Heuer Mikrogirder 2000 hasta 1/2000 de segundo), por lo que permiten medir intervalos de tiempo con gran precisión.
En esta entrada veremos un poco de su historia, los tipos de cronógrafo, el tipo de escalas o biseles que emplean y el uso típico de estos relojes.
Empecemos, a modo de aperitivo, con una imagen del Omega Speedmaster, quizás el cronógrafo más emblemático de todos.
Historia
Durante mucho tiempo se creyó que el primer cronógrafo “comercial” lo desarrolló Nicolas Mathieu Rieussec en 1821 por encargo del Rey Louis XVIII. El monarca disfrutaba con las carreras de caballos y quería saber exactamente cuanto tiempo duraba cada carrera. El dispositivo de Rieussec, que tenía una precisión de 1/5 de segundo, depositaba una gota de tinta a demanda del cronometrador en un dial giratorio para marcar el inicio y el final del cronometraje. Lo podéis ver a continuación. Es evidente que nos recuerda más un cronómetro marino que lo que entendemos por un cronógrafo hoy en día.
De todos modos, en el año 2013 la organización Guinness World Records (tras una investigación exhaustiva) determinó que el primer cronógrafo moderno lo creó Louis Moinet, contemporáneo, amigo y colaborador de Abraham-Louis Breguet.
El relojero comenzó a trabajar en la pieza en 1815 y la concluyó en 1816. La creó para apoyar su propia investigación astronómica y así poder medir con exactitud los movimientos de los cuerpos celestiales. Las características de este primer cronógrafo todavía sorprenden hoy en día (su volante tenía una frecuencia de 30 Hz, es decir oscilaba a 216.000 vph, permitiendo una precisión de 1/60 de segundo). Encontraréis mucha más información en este enlace. A continuación, os muestro un extenso vídeo de la renacida marca Louis Moinet explicando el gran significado horológico que tiene este primer cronógrafo mecánico.
Otro momento importante en el desarrollo del cronógrafo llegó en 1844, cuando Adolphe Nicole, un relojero suizo afincado en Londres, desarrolló un sistema para retornar la trotadora a cero. De ello derivó una patente de “palanca accionada por leva”, con una característica forma de corazón que todavía vemos en muchos cronógrafos. Unos 20 años más tarde apareció el primer mecanismo que incorporaba esta función de reinicio, patentado por Nicole & Capt. Con este mecanismo salieron al mercado los primeros relojes de bolsillo con las tres funciones básicas: inicio, parada y puesta a cero. A continuación, mostramos un ejemplar de 1871.
El siguiente gran paso en el desarrollo del cronógrafo es atribuible a Léon Breitling, que con 24 años fundó su propio taller independiente en St. Imier, en las montañas del Jura en Suiza. Desde el principio, Breitling se centró en el desafiante reto de diseñar, desarrollar y producir cronógrafos. Fue tal su éxito que unos pocos años más tarde requirió un traslado a una sede más grande en La Chaux-de-Fonds en Neuchâtel, centro neurálgico de la industria relojera suiza, tanto en aquel momento como en la actualidad.
Léon Breitling falleció en 1914 y su hijo tomó las riendas de la empresa. Pionero como su padre, Gaston Breitling presentó una serie de productos innovadores.
Su primer logro fue el desarrollo de un cronógrafo con segundero central y contador de 30 minutos, que patentó bajo el nombre “Vitesse” (la marca Breitling no aparecería en los diales hasta finales de la década de 1920). Este diseño único llamó la atención de la policía, ya que la inclusión de una escala de taquímetro (explicado más abajo) permitía medir la velocidad de los vehículos y multar a aquellos que excedían el límite de velocidad, todo un tema increíblemente contemporáneo, ¿no es parece?
Gaston Breitling también diseñó y patentó el primer cronógrafo de muñeca, con trotadora de segundos central y un contador de 30 minutos. Es una hazaña que tiene poco reconocimiento, en nuestra opinión. Quizás se deba al motivo citado en artículos anteriores (por ejemplo en Correas De Cuero: Por Decreto Militar), es decir: el lento proceso de sustitución de los relojes de bolsillo por los de pulsera, salvo en los periodos de significativos conflictos bélicos, cuando se aceleró.
En 1923, Gaston Breitling perfeccionó la operación del cronógrafo separando las funciones de parada/arranque, que pasaron a ser controlados por un pulsador independiente situado a las 2h. La puesta a cero se conseguía pulsando la corona principal. Esta innovación permitía sumar varios intervalos de tiempo sin necesidad de poner las agujas a cero. Era una característica útil para cronometrar competiciones deportivas, experimentos científicos o las etapas de un vuelo, por ejemplo. Este avance representó la primera gran innovación desde que Adolphe Nicole concibió el reset en 1844.
Gaston Breitling falleció inesperadamente en 1927, cuando su hijo Willy Breitling sólo tenía 14 años. La empresa fue gestionada por terceros hasta 1932, cuando un todavía joven Willy Breitling se hizo cargo.
Los cronógrafos representaban el “alma mater” del negocio, con numerosos modelos diferentes para la muñeca y otro tantos “dashboard” en catalogo. Willy Breitling, sin embargo, empujó la empresa más allá.
En 1934, Breitling agregó un segundo pulsador a las 4 h para controlar el reinicio del cronógrafo. Desde entonces, el cronógrafo moderno ha mantenido prácticamente esta configuración.
En los años 40 y 50, Breitling lanzó productos estrella como el Chronomat y el Navitimer, pero el cronógrafo ya era un producto importante para muchísimas otras marcas y Breitling dejó de tener el protagonismo de principios de siglo. Hemos presentado muchos ejemplos de cronógrafos de otras marcas en nuestra serie sobre Racing Watches y también en varios artículos de la categoría de Pilot.
Al acabar la década de los 60, más o menos coincidiendo con el clímax de la carrera espacial y el acontecimiento del primer aterrizaje en la luna con un Omega Speedmaster a bordo, las empresas relojeras globales competían ferozmente por lanzar el primer calibre cronógrafo automático. En esta gran contienda hubo tres partícipes. Por un lado, un proyecto colaborativo entre Heuer-Leonidas, Breitling, Buren-Hamilton. Por otro lado, dos lobos solitarios: Zenith y Seiko. Es una batalla que se describe en extenso detalle en este estupendo artículo de Watchtime y que todavía hoy en día se cuestiona quién la ganó.
Zenith definitivamente presentó su primer prototipo a principios de 1969, el afamado “El Primero”, pero el consorcio de competidores suizos presentó numerosos prototipos en el certamen de Basilea tres meses más tarde. Aun así, la marca que sacó el primer reloj de estas características al mercado fue SEIKO, desarrollándolo de un modo totalmente secreto y asombrando al mundo entero. En nuestra opinión, el SEIKO 6139-6000 es, junto a los relojes de cuarzo que estaban a punto de asaltar el mercado en los años 70, la pieza del gigante nipón que mayor reconocimiento e impacto haya tenido jamás.
Con la llegada del cuarzo (el SEIKO Astron se presentó el 25 de diciembre de 1969) todo cambió en el mundo de los relojes. La batalla entre estos pioneros del cronógrafo automático verdaderamente tuvo lugar en el espacio, donde de nuevo ganó SEIKO. No se supo hasta mucho después, como explica esta entrada/guia en The Sping Bar para coleccionistas de los 6139-600X. Durante mucho tiempo se creyó que el primer cronógrafo automático en el espacio fue el Sinn 140 que portaba el astronauta germano Reinhard Furrer durante la misión Spacelab D1 de 1985. Sin embargo, en el año 2007 se confirmó que el coronel William R. Pogue llevó su ejemplar del 6139-6002 durante la misión Skylab 4 de la NASA de 1973, tras haber entrenado con él, además de su Omega Speedmaster Professional de dotación.
Por cierto, hablando de los 6139-600X, no os perdáis el relato de @spitfiremkii sobre el “Pogue”: El Polizón.
Tipos De Cronógrafo
Entre los relojes analógicos, ya sean mecánicos o de cuarzo, el formato de cronógrafo más común cuenta con dos pulsadores: uno a las 2 h y otro a las 4h. Al presionar el pulsador de las 2 h se activa la trotadora central y al volverse a presionar se detiene. Se puede reiniciar y parar repetidamente y el cronógrafo añadirá tiempo transcurrido. Una vez parado, al presionar el pulsador de las 4 h el cronógrafo se reinicia volviendo a cero.
La esfera de un reloj cronógrafo suele incluir un contador que mide los minutos que ha contado el cronógrafo (normalmente es de 30 o 60 minutos). En las configuraciones tri-compax (con tres subesferas) también encontramos un totalizador de horas (normalmente de 12). En estos casos, la tercera subesfera muestra los segundos de la hora. En las configuraciones bi-compax se renuncia al totalizador de horas.
Veamos ejemplos de ambas configuraciones.
En ocasiones, los cronógrafos también muestran un contador de unidades de registro como centésimas o unidades todavía más pequeñas, aunque suele darse en calibres experimentales con poco alcance comercial. Un ejemplo sería el “Mikro” TAG Heuer que muestra las centésimas de segundo en la subesfera de las 6 h.
Otro tipo de cronógrafo importante, pero poco común, es el Flyback.
¿Qué es un Flyback? Pues es un tipo de crono especialmente apreciado por los pilotos ya que ahorra tiempo al registrar varios tiempos transcurridos seguidos. Estos cronógrafos (también conocidos como “retour-en-vol” en francés) pueden resetearse y reiniciarse instantáneamente con solo presionar un botón. Esto evita la secuencia tradicional de parada-reinicio-inicio, que requiere tres pulsaciones de dos pulsadores distintos. Con un Flyback, todo ello ocurre presionando el botón de reinicio una sola vez.
En ruta, los tiempos entre tramos son importantes, pero una vez alcanzado uno de ellos, el que importa es el siguiente, de aquí la necesidad de esta transición “sobre la marcha”.
Los cronógrafos Flyback no se ven con mucha frecuencia. El más afamado de todos en el mundo de la aviación es el Breguet Type XX, que mostramos a continuación.
En nuestra entrada Breguet Type XXI-3810 describimos con detalle uno de los descendientes de este clásico.
Fuera de la temática “aviación” podemos encontrar un ejemplo de Flyback considerablemente más asequible: el Citizen Bullhead 8110. Hoy en día este reloj, tan inusual como apreciado por los aficionado, ha sido reemplazado por una versión con calibre de cuarzo Eco-Drive. Sin embargo, hemos publicado con anterioridad sobre la versión mecánica. Podéis leer sobre ella en estas dos entradas: …Memento Mori y Racing Watches: Citizen & Walter Wolf Racing Team.
Otro tipo de cronógrafo importante y de nuevo poco común, es el conocido como “Rattrapante” (o “Split-Time”, “Split-Seconds” o “Double Chronograph”). Cuenta con un tercer pulsador, normalmente situado en la corona, aunque no en todos los casos. También añade una segunda trotadora.
Al iniciarse el cronógrafo, ambas manecillas avanzan juntas, pero al presionarse el pulsador adicional, la aguja rattrapante se detiene, mientras que la otra continúa contando. Esto permite la toma de un tiempo parcial sin detener el cronógrafo. Al soltar el pulsador, la manecilla extra alcanza a la otra (de ahí el nombre rattrapante). En reposo, la segunda manecilla descansa bajo la primera, siendo ocultada a la vista por esta última.
Es una complicación bastante difícil de implementar, ya que añade un tercer nivel de complejidad a los calibres, aparte de ser frágil. Por ello, se suele encontrar en relojes de alto nivel, como este IWC Pilot’s Watch Double Chronograph Top Gun Ceratanium.
Otro tipo de cronógrafo rattrapante, conocido como el “rattrapante del hombre pobre”, deriva de una ingeniosa modificación de un calibre Landeron diseñada por Dubey & Schaldenbrand en 1946. El Index-Mobile, como se le conoce a este invento, se presentó en detalle en la entrada Dubey & Schaldenbrand Index-Mobile.
También existen cronógrafos monopulsantes. El pulsador se suele encontrar en la corona principal o más comúnmente a las 2 h. Este pulsador único hace la función de inicio, parada y reinicio. Podéis encontrar información sobre un reloj de este tipo en la siguiente entrada: Hanhart Pioneer MK I (Castellano).
Biseles
El uso del cronógrafo está íntimamente ligado a la escala que emplea la esfera o el bisel del reloj. En algunos casos estas escalas son múltiples, como en la esfera del Patek Philippe 5975, que combina tres de las escalas más destacadas: telémetro, pulsómetro y taquímetro.
Ahora pasaremos a describir el uso de las cinco escalas más comunes empleadas en los cronógrafos. Si queréis consultar una guía completa de escalas/biseles empleadas en todo tipo de relojes, no sólo los cronógrafos, os recomiendo esta entrada de Monochrome Watches.
Taquímetro
El taquímetro se puede ver inscrito en el bisel o en la esfera de muchos cronógrafos. Omega fue el primero en colocarlo en un bisel, circa 1957.
Su uso principal es medir la velocidad de un objeto que recorre una distancia fija, normalmente 1.000 metros. Si esta distancia se recorre en menos de un minuto, el segundero nos indicará la velocidad expresada en Km/h. También puede usarse para calcular cuantas veces en una hora se podría desempeñar una acción que dure menos de un minuto. Monochrome cita atarse una pajarita como ejemplo, algo idiosincrático pero valido. Quizás la duración de un proceso industrial y el cálculo de cuantas veces se puede repetir en una hora sea un ejemplo más práctico.
El Omega Speedmaster es un cronógrafo con función de taquímetro y cuenta con una escala que va de 500 a 60. Esto representará múltiplos de la unidad base, que pueden ser kilómetros, millas, millas náuticas, etc. Matemáticamente hablando, la escala muestra 3.600 (los segundos de una hora) dividido por el tiempo en segundos que se haya cronometrado.
Sinn también explica su uso en un glosario técnico que incluye su sitio de web.
Telémetro
La escala del telémetro sirve para medir una distancia, pero ha caído en desuso (ahora se usan herramientas basadas en el láser o la geolocalización). En su momento fue una herramienta vital para calcular el alcance de la artillería. Básicamente, la escala multiplica la velocidad del sonido (340 m por segundo) por el tiempo cronometrado hasta escuchar un evento. Es la técnica comúnmente utilizada para determinar cómo de lejos está una tormenta, que viene determinado por el retraso en escuchar un trueno tras ver un relámpago.
No es de extrañar que hoy en día la escala de telémetro tienda a aparecer en relojes con perfil retro o vintage, como el Heuer Heritage con el calibre 18 que mostramos a continuación.
Pulsómetro
Como su nombre indica, esta escala está diseñada para calcular la frecuencia cardíaca. Obviamente hoy en día basta con colocar un sensor de clip en el dedo, pero antiguamente era una complicación muy popular entre los profesionales médicos. La escala del pulsómetro se encuentra a lo largo de la circunferencia del dial o puede estar grabado en el bisel. El cronógrafo se usa para medir el tiempo de las pulsaciones base, normalmente 15 o 30. Es bastante frecuente encontrar escalas de taquímetro y pulsómetro combinadas, como la del Sinn 144 que también explica la marca en el glosario técnico en su sitio de web.
Dentro del segmento de cronógrafos médicos, también encontramos la escala de asmómetro. Longines la agregó a su Longines Asthmometer-Pulsometer Chronograph, que muestro a continuación. Además de permitir medir el pulso en base a 30 pulsaciones, el reloj ayuda a medir el ritmo respiratorio en base a 5 ciclos de inspiración o expiración.
Décimal
El bisel decimal era poco común y también ha caído en desuso. Su principal función era permitir una rápida conversión del tiempo a unidades decimales para facilitar cálculos. El Speedmaster ofrecía un bisel decimal como opción en los años 60, por ejemplo. Un reloj clásico que lo llevaba era el Heuer Carrera 2447D, tal como se ve a continuación.
Regla De Cálculo
En 1941, Breitling presentó su primer Chronomat, con la referencia 769. Se había empezado a trabajar en él en 1940, tras la solicitud de una patente relacionada con un diseño que la empresa preparaba para el gobierno suizo. Su innovación fue añadir una regla de cálculo, que se operaba mediante un bisel rotativo, a un cronógrafo.
Breitling no fue el primero en patentar la regla de cálculo ni en lanzar un reloj de pulsera con ella, ya que ese honor lo merece Mimo (luego parte de Girard-Perregaux) que sacó su modelo Loga de tres agujas el año anterior. Sobre esta cronología encontraréis muchos detalles en este artículo de Revolution Watch, que además cita que la regla de cálculo ya se había visto en relojes de bolsillo en el s.XIX.
Dicho todo esto, la combinación de la regla de cálculo y cronógrafo resultó la ganadora y de este Chronomat desciende el famoso Navitimer de 1952, con la regla de cálculo ya convertida en una calculadora de vuelo completa (denominada E6B, como se explica en un artículo previo sobre el Breitling Montbrilliant Datora).
Gracias al genio e impulso de Willy Breitling, el Navitimer se promocionó exitosamente entre los pilotos a través de una asociación con la AOPA (Aircraft Owners and Pilots Association). Hasta la fecha, es el reloj de aviación más reconocido de todos ellos.
Si por el motivo que sea os interesa saber cómo usar la regla de cálculo, las instrucciones originales del Navitimer de AOPA las encontraréis aquí. En la versión de ordenador de sobremesa de la web las deberíais poder ver a continuación (se auto omite en algunos dispositivos móviles por temas de resolución).
Usos
Inicialmente, los cronógrafos fueron utilizados para medir el tiempo de las carreras de caballos. Posteriormente, su uso se extendió a otras competencias deportivas.
Los cronógrafos tuvieron aplicaciones militares, principalmente para la medición de distancias para la artillería y en la navegación (no se deben confundir con los cronómetros marinos). Una vez añadida la regla de cálculo, el cronógrafo tuvo un extenso, aunque breve, uso en la aviación. La aparición de calculadoras electrónicas inevitablemente hizo obsoleto su uso.
También se utilizaron en el espacio, como por ejemplo en el conocido caso cuando sirvió a los astronautas para cronometrar el encendido de la propulsión para corregir la trayectoria de la fallida misión del Apollo XIII, permitiendo su exitoso retorno.
Por supuesto, merece cita aparte su aplicación en el campo médico (quizás la primera y más innovadora de todas).
Los cronógrafos han sido grandes protagonistas en el mundo de la competición automovilística, como se ha ido mostrando en la serie sobre Racing Watches.
También existen relojes de buceo con función de cronógrafo, aunque su utilidad práctica es algo cuestionable.
A nivel más cotidiano, los cronógrafos siguen siendo de gran utilidad. El taquímetro permite calcular rápidamente la frecuencia de un evento cada hora, con muchas aplicaciones en el mundo laboral y científico. El pulsómetro sigue siendo útil en el campo médico, a pesar de estar algo desfasado en la era digital (el médico aeronáutico de @aviation_watch todavía lo usa). En la práctica de todo tipo de deporte el cronógrafo sigue siendo un gran aliado para medir tiempos. Además, existen muchos uso casuales, desde cocinar a cronometrar un juego o un viaje.
Hasta aquí llegamos con esta introducción a los cronógrafos. Esperamos que os haya ayudado a conocer mejor esta popular complicación.
Muchas gracias, los cronos son mi complicación favorita.
Estupendo monográfico. Me ha encantado.
Gracias Javier. Nos fijamos en un breve texto, algo crudo, pero de él surgió la idea de presentar esta complicación. El resultado creo es de provecho para aquellos nuevos a la afición. Quizás lo hagamos con otras complicaciones…