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@spitfiremkii

Mark está muy nervioso, la tensa espera le está carcomiendo, oye como le rugen las tripas.

Si se tomara el pulso, ahora rondaría las 300 pulsaciones por minutos, al borde del colapso.

O al menos esa es la sensación que tiene.

Ya llevan varias horas de espera, concentrados, los trajes puestos, correajes revisados, mil veces revisados todos lo pequeños detalles

!Dios! Que gran equipo son, piensa Mark. Lo mejor de lo mejor.

Jóvenes, pilotos, científicos, hasta algún ingeniero.

Lo más brillante de una nueva generación, son la esperanza de un nuevo futuro para un viejo y golpeado planeta.

Mira a su alrededor y al ver sus compañeros, al ver a esos hombre se hincha de orgullo.

Es el orgullo de pertenencia al grupo, es uno más de ellos. Él los aprecia y confía en ellos. Depositaría su vida en sus manos y recíprocamente ellos en las de Mark.

Que duro ha sido llegar hasta aquí. Las interminables prueba de selección. Aún se marea sólo de recordarlas.

Apnea, temperaturas extremas, aceleraciones de 9G, pruebas psíquicas, controles médicos diarios.

Al menos las enfermeras parecían pin-ups…

Hubo días que pensó que nunca las superaría, Mark se sentía inferior. Hijo de extranjeros en un nuevo país.

Además su color tal vez no fuera el más adecuado para estar en este ambiente. Afortunadamente en las fuerzas armadas la segregación no se aplicaba y en la compañía dependían informalmente , o no tanto, del ejército.

Dudaba cada día, ver como sus compañeros, más bien rivales, iban fracasando no ayudaba.

El hijo o nieto de un general héroe de guerra, se rompió literalmente. Delante de Mark. Demasiada presión para el pobre.

Otro gran muchacho, el que parecía una estrella de cine, un poco “buscavidas” e “indomable”, según las enfermeras que se lo rifaban cada noche se quebraba tal cristal… bye bye Paul.

Y como estos otros tantos, recuerda Mark.

Mientras el seguía avanzando, prueba a prueba, paso a paso. Para al final Mark ser uno de los elegidos.

Un elegido entre los humanos para acercarse a los dioses.

Mark sigue meditando como unos treinta minutos más, o eso lo parece. Medir mentalmente el tiempo siempre se le ha dado bien.

Sus compañeros no dicen nada, está concentrados, igual unos también cuentan en silencio el tiempo mientras repasan mecánicamente el procedimiento de despegue.

Ya llevan los gorros de vuelo y los auriculares conectados. Emocionalmente ya están aislados del resto de la tierra.

Es gracioso verlos manipular paneles y palancas, que sólo existen ahora mismo en sus mentes… al menos hasta que embarquen.

Oyen frenar la jardinera fuera, que nervios. Ya están aquí, han venido a buscarlos.

Van a hacer historia. Son los elegidos para la gloria.

En unos minutos millones de personas los van a ver caminando por la pasarela que une la torre de lanzamiento con el módulo de comando de un cohete Saturno V.

En unas horas aún más millones los van a ver hacer realidad la frase del anterior presidente.

Ojalá ahora lo estén viendo sus padres, piensa Mark.

Su corazón continúa latiendo a 300 pulsaciones por minuto 18000 pulsaciones por hora. Pulsaciones que no pararán en ningún momento.

Mark, Michael, Neil y Edwin avanzan por la pasarela, casi a 100m de altura.

Es un paso más hacia la gloria de cada uno de ellos. incluido Mark.

Mark, ese segundón, suizo, negro, plasticoso y con menos enjundia que otros va hacia al luna.

“Hemos elegido la luna” dirán.

Mientras el rubiales de Newman, pura fachada y el yankee de NY se quedan en tierra. Nunca superarán ese complejo… ni con listas de espera.

10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0… ignición

Unos se compran la fama, otros se ganan la gloria.

Nuestro Mark sonríe en las muñecas de los tres humanos que sueñan con ser dioses.

El Omega Speedmaster Mark I acaba de iniciar su carrera hacia la inmortalidad.

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5 comentarios en «Elegido»

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