@Peteflay
Desde que me aficioné al mundo de la relojería siempre me llamó la atención el Longines Legend Diver (LLD en adelante), tanto por su estética como por su historia y su marca, pero nunca me decidía a adquirirlo debido a las múltiples cosas negativas que leía en foros y webs especializadas y eso que viéndolo en vivo detrás de un escaparate me parecía un reloj espectacular. Todo ello unido a que me parecía un reloj “demasiado” caro para lo que ofrecía (no me explico cómo puede ser más caro que el Hydroconquest), una caja sencilla y sin florituras, una correa de piel y un movimiento muy “visto” y algo desfasado para un reloj de ese precio, el venerable ETA 2824-2.
Todo cambió cuando un día decidí que iba a ir a la tienda y me lo iba a probar para ver qué sensación me daba. El resultado fue que salí de la tienda con el reloj en una bolsa y €1.800 menos en mi cuenta corriente, siendo uno de los pocos relojes por los que he pagado su PVP religiosamente pudiendo sin duda encontrarlo más barato, pero la satisfacción de poder salir de la tienda con el reloj conmigo me compensó con creces esa circunstancia. Eso sí, muy contento por haberme decidido y no arrepentirme, ya que con el tiempo estoy aun más feliz de haber tomado esa decisión de a ir a por él.
El LLD es un reloj icónico, no solo dentro del catálogo de la marca, sino dentro del mundo de la relojería y de los aficionados a los relojes. Es producto de una evolución del Nautilus Skin Diver, uno de los relojes de buceo menos conocidos de la marca Longines y recientemente reeditado en su colección Heritage. Os muestro el original y la reedición a continuación.
El LLD es a su vez una fiel reedición del Longines 7494, sucesor del mítico reloj de buceo Longines 7042 Super Compressor. El Longines 7042 nació alrededor de 1959 y lo hizo en una caja hermética denominada Super Compressor (SC en adelante). A continuación, muestro imágenes de ambas referencias, de sendas subastas de estas piezas.
https://www.phillips.com/detail/longines/CH080118/145
https://onlineonly.christies.com/s/christies-watches-online-time-remember/longines-divers-watch-ref-7494-61/69057
Las cajas SC fueron una creación del fabricante de cajas para relojes Ervin Piquerez SA, cuyo sistema de hermeticidad, patentado en 1956, consistía en sellar la caja mediante una junta tórica, la cual a medida que el buzo bajaba de profundidad se iba comprimiendo por la presión del agua y consecuentemente el reloj se iba haciendo más hermético. Esta solución para aumentar la hermeticidad de los relojes de buceo tuvo un enorme éxito y multitud de marcas lanzaron piezas con estas cajas SC, aunque en mi opinión el SC por excelencia es, y fue, el 7042/Legend Diver. O al menos creo que es el más conocido y reconocido por los aficionados a la relojería. Otro destacado sería el Blancpain Fifty Fathoms.
Hay que decir también que la mayoría de los SC tienen una estética muy definida: una caja sencilla y sin adornos, un cristal abombado para dar más legibilidad a la esfera, una esfera clara, con índices rectangulares y/o numerales bien definidos, escala de minutos, un bisel bidireccional interior para controlar los tiempos de inmersión y dos coronas, una a las 2 para ajustar el bisel interior y una a las 4 para ajustar las otras funciones del reloj (hora, y fecha los que lleven) y darle cuerda.
Posteriormente, Longines lanzó varias referencias más de este modelo, como la mencionada 7494 del cual es fiel reedición el Legend Diver objeto de esta entrada, con variaciones en sus calibres y sutiles cambios estéticos, pero sin romper para nada con el diseño original del reloj.
A finales de los años 60, Longines descatalogó este modelo. SIn embargo, con el resurgimiento de la moda vintage tanto en el mundo de la relojería como a nivel global, la marca reeditó en 2007 el 7494 bajo el nombre de Legend Diver, y lo hizo de una manera muy fiel al modelo original, pero con materiales modernos y más adecuados para la vida de hoy en día.
Entre sus características clave vemos: una caja de acero totalmente pulida de 42 mm de diámetro, muy grande para los estándares de la época en que fue concebido, cristal de zafiro abombado, bisel interior, dos coronas enroscadas con las mismas funcionalidades originales, movimiento ETA 2824-4 y hermetismo hasta los 300 m (100 m más que la referencia 7494 original). En la caja actualizada, al no ser tipo “compressor”, la hermeticidad queda garantizada por una tapa roscada decorada y juntas de goma, como casi todos los relojes sumergibles modernos de hoy en día.
Dos años después, en 2009, Longines lanzó otro Legend Diver con una ventana de fecha a las 3, que es la versión que perdura hasta la fecha. Muestro a continuación una imagen de una de las cuatro referencias actuales, la L3-774-4-50-0.
Como decía al principio, el LLD es una fiel reproducción del 7494 y ahí radica parte de su encanto, pero también es la fuente de todas las críticas que recibe este reloj, y por las que pienso que es un reloj amado e incomprendido a partes iguales dentro del mundo de los aficionados a los relojes.
La principal crítica es la referida a sus dimensiones, que son 42 mm de diámetro, 22 mm entre asas y 52,5 mm de largo, es decir de asa a asa (en inglés “lug-to-lug”). Es precisamente esta última medida lo que tanto se critica, ya que esa medida implica que las asas sean muy largas y sobresalgan de muñecas más pequeñas, lo cual puede producir un efecto un tanto antiestético y desproporcionado una vez puesto.
Otro aspecto que se suele criticar es la escasa visibilidad del reloj a oscuras, fruto de la poca aplicación de Super-LumiNova que tiene en los marcadores de la esfera y en las agujas. También las agujas son criticadas ya que la segundera es totalmente pulida, sin ninguna aplicación de lumen, lo cual choca con el hecho de que es un reloj concebido para el buceo. Aplicando la normativa ISO 6425 de relojes de buceo, debería ser posible comprobar que el reloj funciona en condiciones de poca visibilidad, lo que normalmente se suele hacer aplicando lumen en el segundero. Dicho esto, a mi parecer, este reloj es una reedición de una pieza vintage y no busca cumplir con la normativa ISO para relojes de buceo.
Otra de las críticas hacia el LLD se centra en la ventana de fecha, que en opinión de muchos rompe con la estética de la esfera. En este sentido hay que recordar que la primera versión del LLD, la de 2007, no llevaba ventana de fecha. Fue en el año 2009 cuando Longines sacó la versión con la ventana de fecha, para descatalogar la anterior al cabo de poco tiempo.
La correa tampoco sale bien parada en opinión de muchos, ya que si bien es muy bonita con ese exterior tipo “tela de vela de barco” (“sailcloth”), su calidad deja bastante que desear.
Finalmente, una de las mayores críticas a este reloj se centra en el calibre que equipa, el ETA 2824-2 (de 28.800 alternancias y con 38 horas de reserva de marcha). Es un viejo conocido de los aficionados a la relojería, creado en los años 60, y utilizado por innumerables marcas suizas. Su robustez y fiabilidad están fuera de toda duda, pero quizás se queda algo “corto” de calidad para un reloj de este segmento de precio (€1.800 de PVP, recordemos). Hay que decir, no obstante, que en el 2019 Longines decidió cambiar el 2824-2 por el L888, que es una modificación del calibre ETA 2892-2, el cual funciona a 25.200 alternancias por hora y tiene 64 horas de reserva de marcha, resultando en más consonancia con el precio del reloj y con el resto de movimientos que suelen montar las marcas hoy en día, en opinión de muchos.
Una vez enumeradas todas las críticas a este reloj, he de decir que estoy de acuerdo con todas, ya que están llenas de sentido común y se ajustan perfectamente a lo que objetivamente es el reloj. Ahora bien, personalmente lo considero perfecto tal como es y con todos estos “defectos”, porque también tiene muchas virtudes. Por un lado, porque respeta al 100% el original de finales de los años 60 y por otro porque me parece uno de los relojes más versátiles que hay en el mercado, y eso siempre es de agradecer.
El LLD es un reloj que se puede llevar a diario y prácticamente en cualquier ocasión y siempre queda bien ya que tiene una estética muy sobria y un estilo vintage muy marcado, que lo hace adecuado para cualquier situación; es discreto, elegante y con un simple cambio de correa se le puede dar un estilo completamente diferente, ya sea una NATO, una de piel de cocodrilo o una de caucho tipo Tropic.
Es cierto que las asas son muy largas, pero si lo pensamos tiene sentido, ya que al tratarse de un reloj de buceo que no lleva brazalete, sino una correa y por tanto sin el extensible para adaptarlo al traje de neopreno de los buceadores, esa misma longitud hace que el reloj se pueda adaptar perfectamente con su correa al traje de buceo sin necesidad de ningún extensible.
Por otro lado, en lo que se refiere a la criticada ventana de fecha, a mí personalmente no me molesta ya que soy de los que suelen usar esta función de los relojes, la cual me parece una de las más útiles que hay. Además, en el LLD creo que está muy bien resuelta y que, si bien rompe un poco la armonía de la esfera, a su vez queda muy disimulada e integrada en la misma, gracias a su fondo negro y a que está remarcada con un fino trazo amarillo, con el mismo color de los números, en consonancia con los numerales y los índices.
Las agujas me parecen soberbias y de las más bonitas que he visto en relojes de buceo. Al estar tan bien pulidas, en condiciones de poca visibilidad reflejan cualquier luz, por poca que sea, lo cual lo hace muy legible; ello a pesar de que el segundero no lleve ningún tipo de lumen, pero al estar igual de pulido hace que también se vea muy bien con poca luz.
En cuanto a la correa, es cierto que su calidad no está a la altura del precio del reloj y que si se usa con frecuencia se desgasta muy rápido, pero estéticamente es muy acertada y casa muy bien con el estilo del reloj. También, como ya he comentado, al ser un reloj tan versátil, casi cualquier tipo de correa le queda bien, con lo cual no es necesario llevar siempre la suya. Hace un año aproximadamente, la marca lanzó una nueva versión del reloj con una malla milanesa que le queda espectacularmente bien y soluciona el problema de la correa, para quien le gusten las milanesas.
Finalmente, llegamos al movimiento que como ya he dicho Longines cambió en 2019, sustituyendo el clásico ETA 2824-2 por el más actualizado L888. Personalmente me parece un cambio muy acertado, ya que el 2824-2, a pesar de que siga siendo el movimiento estándar más usado en la relojería suiza, lo cual indica su robustez y fiabilidad, sí que creo que ya se va quedando algo desfasado respecto a movimientos más modernos, sobre todo en el entorno de precios de los €2.000 y hacia arriba. Recordemos que fue creado en los años 60 como un movimiento de cuerda manual, al que posteriormente se le introdujo un módulo de remonte automático. El 2892-2, en cambio, es ya un movimiento automático de partida.
He de decir, de todas formas, que mi unidad es de las últimas que montaron el 2824-2 y sinceramente lo prefiero así, porque a pesar de todo lo dicho más arriba, el 2824-2 casa muy bien con el espíritu vintage del reloj. Justo es decir que, en el caso de mi unidad, el calibre funciona muy bien, la verdad.
Otra cosa que me gusta mucho de este reloj es la presentación, que está perfectamente a la altura de lo que se podría esperar y que incluso supera con creces las de otros relojes más caros. Viene embalado en una caja de cartón grueso de color marrón y al abrirla dentro nos encontramos con una preciosa caja de madera oscura con una franja negra vertical en la tapa. El interior está forrado de gamuza blanca y debajo del hueco donde va el reloj hay una placa metálica con la leyenda “The Longines Legend Diver” inscrita. La verdad es que me parece un detalle de muy buen gusto y del que se concluye que se ha tenido un especial mimo al diseñar todo lo referente a este reloj. También viene acompañado de un libreto explicativo sobre el modelo, que contribuye a redondear aun más la presentación.
En conclusión, por todo lo dicho, creo que el LLD es un reloj injustamente tratado a veces. En mi opinión, es uno de los mejores relojes de gama media/alta que se pueden adquirir hoy día. Tiene luces y sombras, como no, pero el conjunto es más que satisfactorio. Y, para terminar, no podemos olvidar que puede funcionar muy bien como único reloj, algo que definitivamente es merecedor de admiración.
Por la parte que me toca, me gusta mucho el artículo y el reloj en vivo es una verdadera gozada.
Lo único que aportaría es que, al igual que con el Sinn 104, da un poco de miedo llevarlo por esa caja totalmente pulida.
Gracias por la parte que me toca a mí. 😉
En cuanto a lo que comentas de la caja pulida, desde que lo que tengo (principios de 2018 si no recuerdo mal), es uno de los relojes que más he llevado (y de manera más continua), y tú mismo puedes comprobar cómo está la caja. Tiene algún “pelillo” en las asas, algún pequeño arañazo superficial, pero en general está perfecta, sobre todo los laterales. Los peores arañazos que tiene están en la parte interior de las asas, debido a los múltiples cambios de correa que le hago. Por supuesto, soy cuidadoso con los relojes, pero no lo llevo con miedo. 🙂
Muy interesante review Pere donde citas los puntos “críticos” del reloj. A mi parecer, en sentido global es un gran reloj y estas reediciones que hace Longines de sus clásicos la devuelven al lugar puntero como marca, que nunca debería haber abandonado.
Gracias. Longines es una marca que me gusta mucho, y que desde hace unos años está haciendo las cosas muy bien. A ver ahora con el cambio de CEO si siguen igual, esperemos que sí. He leído en muchos sitios que la intención de Swatch Group es colocarla en el sitio de Omega, no por precio si no por imagen de marca, e intentar elevar a Omega aún más.
Es un reloj precioso. En cuanto al tan manido tema de las asas que utilizan los más crítico, diré que no les escucho decir lo mismo de otros modelos de otras marcas que también las tienen y parece más un mantra que se repite en los foros por parte de algunos más que otra cosa. Estéticamente, la marcación de índices y bisel me parece espectacular, una seña de identidad de este modelo. Coincido también en que cualquier correa le sienta fenomenal y hay marcas especializadas que tienen, en tela de barco, una alternativa más duradera e igual de bonita que la de dotación. Por último diré que también estoy de acuerdo en que es una gran opción como reloj único , al ser un reloj de altura contenida que le confiere gran comodidad , pocos Divers pueden presumir de este aspecto.
Gracias Pere por escribir sobre uno de los Divers más bonito que hay en el mercado .
Gracias por tus palabras Gori. Sí, la verdad es que lo de las asas es algo muy manido a la hora de hablar de este reloj. Creo que muchos hablan de oídas, sin habérselo probado, o cuando se lo prueban van ya con prejuicios sobre las asas. Por ejemplo, el Hamilton Khaki de 42mm tiene las asas casi igual de largas y una caja similar, y nadie se queja tanto.
Buen artículo destacando lo bueno y lo malo.
Reconozco que es un reloj enamora o te es indiferente. Es lo bonito que tiene esta afición.
Respecto a la fecha si realmente quieres hacer una redición fiel yo no hubiera puesto fechador. Mucha gente no da uso a esa información incluso ni lo lleva en fecha (para enfado de Adam, jajaja).
Gracias Pere y esperemos ver cosas tuyas por aquí de nuevo pronto.
Longines al principio lo sacó sin fechador, pero al cabo de dos años sacó la versión con fecha y descatalogó la otra. De hecho, la primera versión es muy buscada y cotizada por los aficionados, porque solo se comercializó unos pocos años.
Pere, muchas gracias por el artículo. A mi me parece que es uno de los divers más bonitos que hay en el mercado (coincido con Gori) y sus defectos nada insalvables, además el tema de las asas también depende de la muñeca que gastes.
Supongo que algún día acabará entrando en la caja. De momento me entretengo con un DH de estética similar
Saludos