@spitfiremkii
Hoy me gustaría hacer una reflexión sobre “el coleccionismo y los relojes heredados” inspirado por el Longines Flagship ref. 1503, circa 1960, que heredé de mi abuelo materno.
Coleccionismo Y Relojes Heredados
El otro día, hastiado del trabajo, empecé a divagar mentalmente. Entre otras líneas erráticas de pensamiento me dio por reflexionar sobre el coleccionismo en general y el relojero en particular.
Tampoco es que sea nada nuevo en el lugar. Un tema muy manido y por supuesto ya comentado, aunque solo sea de refilón, en otros artículos de esta web.
Salvo excepciones, las colecciones (al menos inicialmente) suelen ser muy heterogéneas.
Pueden tener una temática principal: divers, soviéticos, bolsillo, cronógrafos, alta gama, etc. Pero casi siempre, como nos gustan todos, acabamos con un batiburrillo difícil de clasificar.
Los relojes que tenías antes de reconocer que eras un aficionado, la llamada etapa “pre-foros”. Los que te han regalado, las compras impulsivas que no hay forma de liquidar, el grial que acaban siendo varios ya que una vez conseguido vas a por otro. Y por supuesto, los relojes heredados.
El reloj heredado generalmente es un “olvidado” en la colección. Probablemente se trate de una estética que no te llame la atención. Nunca te lo pones, pero jamás saldrá de tu caja.
Predomina su valor sentimental, los recuerdos o la melancolía sobre el reloj “per se”.
Simplemente es el reloj de tu padre, de tu abuelo, de un buen amigo… sin más. Igual daría que fuese una pluma o un libro, básicamente es una conexión emocional con otras épocas y personas.
Pero curiosamente estos relojes heredados, estos relojes que has visto toda tu vida en la muñeca de un ser querido, pueden ser una auténtica caja de sorpresas, una pequeña joya por descubrir.
Así que guiado por la curiosidad empecé a investigar sobre este reloj Longines, como he dicho heredado de mi abuelo materno y al que ya dediqué un relato breve.
Una Vista Rápida Al Reloj
A simple vista lo podríamos clasificar como un reloj de vestir en una caja en oro macizo de 18 kt.
Caja que presenta las siguientes dimensiones:
– diámetro 34 mm
– altura de caja de unos 5,5 mm (8 mm con cristal)
– longitud entre asas (“lug-to-lug”) de 40 mm
– anchura entre asas/brazalete de 18 mm
– corona a presión a las 3 h. Aparece grabado en la misma el logo y la marca.
La esfera sólo muestra la hora, sin ventanas de fechador que rompan su armonía. Está realizada también en oro, en este caso oro rosa y decorada con un labrado periférico. Los índices y el logotipo de la marca son aplicados, mientras que el modelo “Flagship” y el tipo de movimiento “Automatic” están grafiados discretamente en negro a las 6 h.
Complementa el conjunto unas finas agujas también en oro. Aparentemente en oro amarillo la segundera a juego con la caja, mientras la horaria y la minutera en oro rosa a juego con el dial.
Todo ello bajo un cristal sintético, tipo plexi, ligeramente abovedado y con una altura de unos 3 mm.
Este plexi junto a la fina caja, nos dan como resultado un conjunto armonioso, elegante y bastante fino. Siendo la altura o grosor total de la pieza inferior a 1 cm (del orden de 8 mm).
Unas dimensiones ideales para lucir con camisa y americana sport o incluso en ocasiones más formales
Para finalizar, no nos olvidemos de su trasera a presión, también en oro de 18 kt. Simplemente es fantástica. Ninguna inscripción ni ventana de mecanismo. Sólo el grabado de un poderoso bajel de tres puentes con todo su velamen desplegado mientras rompe las olas.
Evidentemente el navío representa al “Flagship” (“buque Insignia”) que bautiza el modelo.
Nombre que por sí sólo ya constituye toda una declaración de intenciones sobre este modelo de Longines y su posicionamiento dentro de la marca.
Identificando El Modelo
De la marca hay poco por descubrir, o más bien mucho a contar. Como ya nos introdujo @peteflay en su artículo sobre el Longines Conquest Sport.
Como muchos ya sabéis, Longines es una de las marcas suizas más antiguas, conocidas y populares. Fue fundada en la localidad de Saint-Imier en 1832, donde aun tiene su sede principal. Curiosamente, es la marca registrada en activo más antigua del mundo, al igual que lo es su logo (un reloj de arena alado). Destacando entre otros múltiples logros por haber sido pionera en la mecanización e industrialización de los procesos constructivos de los relojes suizos a finales del s. XIX, que hasta esa fecha estaban en manos de artesanos independientes que fabricaban cada pieza por separado.
Marca con modelos icónicos como el Longines Legend Diver, el Longines Longines Lindbergh Hour Angle, el Longines Admira H.Beat y por supuesto el Flagship objeto de este artículo.
Ahora bien, respecto la referencia en concreto aquí nos surge un pequeño problema.
Al tratarse de un reloj vintage de vestir, no encontramos demasiada literatura ni en la caja ni en la esfera, aparte de la marca, el modelo y que se trata de un reloj automático. Poco más, a simple vista, sabemos del mismo.
Evidentemente, podemos recurrir a una búsqueda por internet, pero 51 años de producción del modelo Longines Flagship Automatic nos devuelve una ingente cantidad de modelos, entre los que cuesta localizar nuestro reloj, eso si tenemos la suerte de lograrlo identificar.
Ahora bien, podemos acotar la búsqueda al año aproximado del modelo. En nuestro caso es sencillo ya que sabemos en qué fecha lo adquirió mi abuelo (circa 1960), pero no siempre será tan sencillo. Alguno pensaría también en abrir el reloj y tirar de número de serie de Longines.
De todos modos, el fabricante no nos lo puso tan difícil y sutilmente el número o referencia del modelo está escondido en el grabado trasero. Bajo las olas que rompe la proa del barco aparece un número 1503. Grafía que se corresponde con el modelo.
Ahora sí lo tenemos plenamente identificado, un bello ejemplar de un Longines Flagship Automatic ref .1503, el primer Flagship automático. Que se vendía como modelo “Deluxe”, tal como podemos ver en la publicidad de la época.
Este reloj se comercializaba tanto con correa de cuero con hebilla en oro a juego como con milanesa de oro. En esta unidad dispongo de ambas correas, aunque la de cuero fue adquirida por un servidor a posteriori.
El Movimiento
He de indicar que este reloj fue maravillosamente revisado hará unos 8 años, en la tristemente ya desaparecida Relojería Española de la Plaza de Cort de Ciutat (en referencia a Palma de Mallorca, para los no locales). Y su estado de marcha, considerando la edad del modelo, es muy bueno, del orden de unos pocos segundos a la semana.
Por desgracia, no dispongo de fotos de su estado previo, ni del proceso de revisión, ni de la caja abierta en la que se vea el movimiento.
Y dado que la pobre caja si muestra algunas marcas de descuidadas manipulaciones anteriores y de que no dispongo de las herramientas adecuadas, voy a abstenerme de abrirla.
Así que sólo podré indicaros que equipa un fantástico calibre Longines 380 de 27 rubíes. Para los más versados, he de comentar que es el mismo calibre que el CYMA 480, adoptado y modificado por Longines.
Conclusión
Tal como decía en las reflexiones iniciales, a veces los relojes heredados son mucho más que relojes. Son vínculos emocionales que nos acercan a nuestros seres queridos.
Pero también son pequeños tesoros por descubrir, mecanismos que llevan latiendo más de 50 o 60 o quién sabe cuántos años. Constituyen un legado para las futuras generaciones.
Son unas bellas máquinas de las que sólo por avatares de la vida nos hemos convertido no en propietarios, sino sólo en custodios.
Por tanto, disfrutad de vuestros vintage y de vuestra herencia relojera, conservadla y pasad el testigo.
Gracias Pere por compartir estas historias tan personales. Me siento muy identificado porque también tengo un reloj heredado de mi abuelo. Ojalá las futuras generaciones los conserven como hacemos nosotros.
Por desgracia, estos relojes de oro muchas veces son vendidos por los herederos para fundirlos y sacarles un dinero sin conocer las historias que hay detrás.
Muchas gracias Javier por tus comentarios, no siempre es fácil escribir sobre un reloj heredado e intentar ser aséptico.
Indicarte que intento transmitir a mis hijos el cariño por estas máquinas y lo que pueden significar mucho más allá de dar simplemente la hora.
Gracias Pere por compartir. La verdad, este tipo de artículos tiene una recepción espectacular. Se nota que los medios del sector, por lo general, tienen el tema vintage bastante olvidado. Sí, las piezas icónicas evidentemente se cubren, pero estas piezas más mundanas, igual de admiradas por muchos coleccionistas, suelen ignorarse.
Gracias Pere por enseñarnos este trocito de historia, nada más y nada menos que el primer modelo de flagship! Además de la carga simbólica y emotiva que tiene, relojes como este te hacen querer más esta afición,
De nada, gracias a vosotros por los comentarios