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Hola queridos amigos de safonagastrocrono.club.
Hoy quería escribir una pequeña review sobre uno de los relojes favoritos de mi pequeña colección. Esta review no pretende ser demasiada exhaustiva, pero si me gustaría compartir la belleza y la historia de esta pieza. Como habréis ya adivinado por el título del hilo, se trata del Stowa Marine Classic Chrono.
El Stowa Marine Chrono se inspira claramente en lo que se denominan “Relojes de observador.” Los relojes de observador o Beobachtung-Uhren, eran relojes de dotación que se utilizaban para la navegación marítima o aérea. Seguro que ya sabéis de que tipo de relojes os estoy hablando, los famosos B-Uhr, tan populares entre los aficionados a la relojería.
Pero en este caso el reloj es marino (que le voy a hacer, adoro el mar).
Aunque es una cosa que pueda parecer obvia, no debemos confundir los relojes “Marine Chronometers” con los “Marine Chronograph.” Los primeros se refieren a los relojes de bitácora y los segundos a los relojes de observador. Los relojes de bitácora, eran relojes muy exactos y precisos, imprescindibles para la navegación, que formaban parte intrínseca del barco (era por así decirlo, su matriz horaria). Sólo podían ser manipulados por el capitán o el primer oficial de navegación. De larga tradición anglosajona, sin embargo os voy a enseñar uno alemán por motivos obvios.
En la impresionante e imprescindible página del Sr. Konrad Knirim, podemos consultar la historia y las características básicas de estos magníficos aliados de la navegación que fueron los relojes de bitácora.
Los relojes de observador eran relojes de bolsillo que iban sincronizados con el reloj de bitácora del barco. Formaban parte de la dotación logística los oficiales, y eran indispensables en su apoyo para la navegación o para medir otros lapsos de tiempo en maniobras de guerra. Estos relojes debían cumplir con unas características esenciales: una gran legibilidad, una precisión, que no exactitud (esencial ya que eran “esclavos” del reloj de bitácora) y una reserva de marcha elevada. Como he apuntado anteriormente, la Luftwaffe encargó la construcción a 5 empresas para desarrollar estos relojes (uno de ellas era Stowa) pero también hizo lo propio la Kriegsmarine (la marina de guerra alemana), y Stowa también fue una de las elegidas. En este punto empieza la historia de nuestro reloj protagonista.
En esta imagen podemos observar uno de estos primeros Stowa, hechos por encargo de la Kriegsmarine (con un documento que acredita el acuerdo comercial y logístico).
Y en esta otra imagen ya podemos observar con más detalle el reloj.
A mi particularmente me sorprendió en un principio su increíble luminiscencia (algo esencial a bordo de un submarino ) y en la página web de Stowa, encontramos algún detalle más sobre su producción y características.
Fueron bastantes los fabricantes los que trabajaron para la Kriegsmarine (Lange, Stowa, Cortebert, Wempe, IWC, Alpina y alguno más, si no voy equivocado). Si os interesa el tema, la citada anteriormente web del Sr. Knirim es fundamental.
El Stowa Marine Classic Chronograph es un reloj donde destaca, a mi parecer, la limpieza de líneas y la legibilidad, siendo heredero directo de aquellos primeros Stowa de bolsillo.
Su esfera no es blanca, sino de plata, siguiendo el mismo procedimiento de fabricación de los IWC. Las agujas son azuladas al fuego (no coloreadas con químicos( y son realmente espectaculares. Su caja con asas largas (fabricada por la prestigiosa Fliker) es pulida completamente a espejo. Con un tamaño de 41mm, no se hace para nada pequeño en la muñeca; es más, diría que es un reloj casi contundente.
Quizás a algunos les choque esa combinación de números y marcadores (estoy deseando enviarle un cuestionario a su creador, Jörg Schauer, para hablar de su diseño). Puede ser una idea muy peregrina, pero yo he observado similitudes en su diseño con el Stowa antes citado, con un observador de bolsillo de Lange, y con un Hanhart realizado para la Kriegsmarine.
Con el Lange comparte la disposición de subesferas, aunque en este caso no se trata de un crono, sino de una subesfera que señala la reserva de marcha. Las agujas son exactamente iguales, pero en el Stowa de bolsillo, también.
Y a continuaci’on podemos observar el crono monopulsante de Hanhart, con su característica disposición de números e indicadores, exactamente iguales a mi reloj.
No quisiera terminar con el apartado del diseño sin citar que en 2013 ganó el segundo premio de la “Goldene Uhrener”.
El calibre que lleva el Stowa se trata del fiable y preciso Valjoux 7753, en grado Top. Decorado con los tornillos azulados y el logo de la compañía grabado en oro. Su trasera es de zafiro y nos permite ver el acabado del calibre. En este caso, Stowa a prescindido de la fecha y de una subesfera, a mi parecer con acierto, creando una gran armonía en su conjunto (a veces menos es más). Las características del calibre las podemos ver aquí.
El reloj viene con una correa de piel de cocodrilo de mucha calidad y comodidad.
He de decir que estoy gratamente satisfecho; Stowa realmente hace muy buenos relojes, cuida mucho sus detalles y presta a sus clientes un buen servicio de atención. Quizás algún día se lancen a por su propio calibre.
Bueno, espero que os haya gustado esta pequeña presentación de un reloj, que para mi aúna estilo clásico, vintage y con mucha personalidad; mucha calidad en sus componentes y detalles de fabricación; y que pertenece a una factoría con mucha historia, que gana muchos reconocimientos internacionales, y es bastante exquisita.
Vamos a terminar con una imagen de uno que si sirvió en la guerra, pero en este caso en el bando soviético.
Gracias por vuestra atención.
Para ser un review ¨superficial¨ nos debordas, como siempre, con historia y detalles. 🙂
Siento una enorme debilidad por este reloj sr Miquel.
Y eso ya era antes aun desconociendo su historia, ahora me apetece mucho mas por lo que es.
Gran historia, muchas gracias por compartirla
Muchas gracias Jorge; La verdad es que es un reloj especial.
Sin duda , para mí es uno de los crono más bonitos de esfera clara y agujas azules que he visto. Si en fotos es precioso, en directo es una maravilla.
Nos mal acostumbras señor Miquel. Gran lectura.