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E. Howard (Boston) Series III Pocket Watch

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En la entrada de hoy vamos a ver un reloj realizado por el que se considera uno de los “padres” de la relojería norteamericana y por extensión de la relojería moderna. Se trata, como reza el título, del modelo 1862 (Series III). Los relojes fabricados por Edward Howard son considerados como todo un referente y “piedra angular” para el coleccionista de relojes norteamericanos y realmente no le das importancia a esta afirmación hasta que tienes uno en tus manos.

¿Pero qué hace tan especial a estos relojes? Veámoslo, aunque primero nos pondremos en contexto.

Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Roxbury, Mass: El Nacimiento De Una Industria

Durante la primera mitad del s. XIX, se estaba germinando una “segunda revolución industrial” en los estados del noreste de América. Los procesos de producción se estaban mecanizando gradualmente gracias a las nuevas máquinas de vapor. Las fábricas se aglutinaban en las ciudades y la gente abandonaba las zonas rurales con la esperanza de obtener trabajo y un mejor nivel de vida. Las nuevas líneas de ferrocarril crecían sin cesar y se convirtieron en uno de los principales motores económicos de la nación, transportando mercancías, gente y materias primas donde fuesen requeridas, desplazando así al transporte fluvial tan característico de la época.

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Fuente: https://www.loc.gov/resource/pga.04275/
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Crecimiento del ferrocarril entre 1830-50.
Fuente: https://ushistoryscene.com/article/second-industrial-revolution/

Fue durante esta época de crecimiento económico y de ferviente actividad industrial cuando cuatro emprendedores (Aaron L. Dennison, Edward Howard, David P. Davis y Samuel Curtis) se reunieron en Roxbury (Massachusetts) en el año 1850 para construir lo que por derecho propio se podría denominar como la primera fábrica de relojes del mundo y la primera manufactura de relojes norteamericana a gran escala: la Boston Watch Co.

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Roxbury Factory. Fuente: http://www.plads.com/m57/monograph/evolution.html

Antecedentes

Si bien la incipiente relojería norteamericana estaba empezando a despegar y a diferenciarse de la inglesa, sus métodos de producción y trabajo aun seguían las directrices marcadas por esta última. Relojeros como Luther Goddard o los Pitkin Brothers empezaban a crear mecanismos serializados con un mínimo de componentes, donde algunas partes eran realizadas con el uso de maquinaria para facilitar así un mayor número en su producción.

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Mecanismo creado por Henry Pitkin en 1836.
Al parecer se le atribuye la construcción de hasta 800 relojes entre los años 1836 y 1841.
Fuente: dominio público.

Sin embargo, el grueso del mercado doméstico estadounidense de relojes de bolsillo estaba en manos de los productores británicos (principalmente del área de Liverpool) que exportaban sus relojes al continente y donde en algunos casos se finalizaban allí (tal como pudimos ver en esta entrada). Esta idea de crear relojes diferenciados de los ingleses y en un proceso semiautomatizado, pero a gran escala, fue recogida por Aaron L. Dennison. Efectivamente, Dennison concibió la idea de crear una verdadera “industria” de relojes, donde sus procesos de producción se automatizasen y los calibres realizados tuviesen partes intercambiables del mismo para así ahorrar tiempo y costes en caso de necesitar reparación o en la propia producción.

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Aaron Dennison.
Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/waltham-riverside-maximus/

Al parecer Dennison se inspiró en el trabajo de fabricación de armas que realizaba la US Springfield Armory, que en 1845 ya contaba con un modelo de producción de rifles mecanizado y bastante automatizado. En palabras del propio Dennison a Howard: “That as a watch was only a clock on a small scale, his [Howard’s] knowledge of the latter business would come finely into play”.

El Proyecto Se Hace Realidad

Así con la unión de estos dos relojeros, la ayuda corporativa de Davis (que era socio comercial de E. Howard) y la financiación de Curtis, nació la denominada “American Horologe Company“.

Los inicios no fueron fáciles y se centraron en construir la fábrica (de la que ya enseñamos una imagen más arriba), desarrollar las primeras máquinas y organizar la producción. Dennison viajó a Inglaterra para conocer “in situ” los procesos de esmaltado para los diales y para perfeccionar la técnica de dorado que se aplicaba a las placas de latón del calibre. También debió aprovechar el viaje para comprar materiales y componentes que aun eran muy difíciles de encontrar en América. Tras varios intentos (exitosos) por parte de Dennison de crear un calibre con una reserva de marcha de 8 días, pero que a la larga resultaría demasiado costoso de producir, se centraron en la creación de un calibre de 30 h.

La producción comenzó en la primavera de 1853, con la fabricación de relojes que contaban con 15 joyas (aguamarinas y rubís) y con la ya citada reserva de marcha de 30 horas. Estos relojes se vendieron al por menor por el precio de unos $40 en una caja de plata. Los primeros 80 movimientos fueron llamados “Warren”, en homenaje al famoso general Joseph Warren, que nació cerca del sitio donde estaba situada la fábrica en Roxbury.

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Reloj “Warren”.
Fuente: http://www.plads.com/m57/monograph/evolution.html

Los siguientes 900 relojes que salieron de la fábrica fueron los denominados “Samuel Curtis” en honor al principal aportador de capital inicial para el establecimiento de la empresa.

Si nos fijamos con atención en estos calibres vemos que su aspecto es netamente inglés. Sus características intrínsecas también se pueden considerar inglesas, como el escape de palanca utilizado o su frecuencia lenta (14.400 vph o 2Hz). Sin embargo, ya incorporaron un sistema de carga (going barrel) que sustituía al complicado y costoso de fabricar “fusee” típicamente inglés.

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Reloj “Samuel Curtis”.
Fuente: http://www.plads.com/m57/monograph/evolution.html

A finales de 1853, la compañía cambió su nombre por el más conocido “Boston Watch Co.” y en 1854 la empresa se trasladó a un edificio más moderno y apropiado para seguir su producción a una escala mayor a orillas del rio Charles en Waltham. Estas fábricas ya incorporaban habitaciones para los empleados de la misma, en un modelo que se haría popular durante muchas décadas.

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Proyecto inicial de la fábrica de Waltham.
Fuente: http://www.plads.com/m57/monograph/evolution.html

Ya instalados en la nueva fábrica, los esfuerzos se centraron en desarrollar calibres con partes intercambiables en un proceso máximo de automatización que las máquinas les permitiese.

Cuando la nueva factoría estaba en pleno rendimiento, la Boston Watch Co. tenía 75 empleados que producían entre diez y doce relojes por día. Hoy en día, esta cifra puede parecer pequeña, pero hay que pensar que este fue el germen de la denominada “relojería industrial” y que la propia compañía diseñaba muchas de sus máquinas y herramientas para hacer posible la producción de sus relojes.

Los calibres ya fabricados en la factoría de Waltham se denominaron “Dennison, Howard & Davis”. En la siguiente imagen podemos ver un buen ejemplar. Aunque su aspecto sigue siendo netamente inglés, la principal novedad en estos calibres consistía en que incorporaban un tren más rápido que latía a 16.200 vph (2,25 Hz).

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Fuente: http://www.plads.com/m57/monograph/evolution.html

La Quiebra

En 1856, la empresa atravesó momentos económicos muy difíciles. Las máquinas desarrolladas en Roxbury se estaban rompiendo y desgastando más rápido de lo esperado y los esfuerzos de reestructuración de la fábrica estaban consumiendo las ganancias de la producción. A parte de esto, surgieron discrepancias entre los socios, que recriminaban gastos excesivos en esfuerzos no dirigidos a la empresa (como la de fabricar máquinas de coser por parte de Howard) o negligencias en la gestión de la misma, dirigidas a Dennison. A esta situación hay que sumarle el “pánico financiero” que se vivía en todo el país y que dio lugar a la primera crisis económica moderna conocida a nivel mundial.

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Run on the Seamen’s Savings’ Bank.
Fuente: http://onlinebooks.library.upenn.edu/webbin/serial?id=harpersweekly

La BWCo. no es que se estuviese exactamente desmoronando en el primavera de 1857, simplemente se quedaron sin dinero y sin lugares para conseguirlo. Al parecer, la compañía había invertido unos $150.000 dólares y debía $174.000 cuando se declararon insolventes el 15 de abril de 1857.

En total, la Boston Watch Co. fabricó y vendió aproximadamente 5.000 movimientos y 4.000 cajas antes de que fallara financieramente.

Me gustaría apuntar que un ejemplar muy especial de “D.H.&D.”, firmado como “Howard, Davis & Dennison” y con una reserva de marcha de 8 días, se subastó en el año 2019 consiguiendo la cifra más alta jamás pagada por un reloj de bolsillo norteamericano.

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Fuente:
https://wornandwound.com/the-howard-davis-dennison-3-inside-the-sale-of-the-most-valuable-american-pocket-watch/

Howard y Dennison buscaron inversores por su cuenta para seguir adelante con la empresa y sus propios proyectos personales, pero al final un inversor llamado Robbins se quedó con gran parte de la maquinaria y el edificio de la factoría, cosa que daría pie a fundar la que posteriormente sería la “American Watch Co.” más conocida como Waltham.

Howard pudo “conseguir” parte del material y abundantes relojes sin finalizar y volvió a Roxbury con 15 empleados para emprender una nueva aventura empresarial.

E. Howard & Co.

Como hemos dicho anteriormente, Edward Howard volvió a la fábrica de Roxbury con el apoyo corporativo y financiero de Charles Rice.

Con el material que Rice y Howard pudieron trasladar, realizaron los relojes denominados “Howard & Rice” (unas 500 unidades) que si bien eran iguales en aspecto y diseño a los anteriores “D.H.&D.”, ya introducían relevantes mejoras técnicas aportadas por Howard como mejoras en el regulador, una nueva variante del escape de palanca inglés o la introducción de pines bancarios atornillados. Este afán de mejora y experimentación resultará ser una constante en el trabajo de Howard, tal como veremos más adelante. Resulta curioso que algunos de los ejemplares “H.&R.” siguiesen llevando el nombre de la fallida compañía.

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Fuente: http://www.plads.com/m57/monograph/evolution.html

Si bien anteriormente hemos bosquejado el genio de Dennison, centrémonos ahora un poco en la figura de Howard.

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Edward Howard.
Fuente: Dominio público.

Según el libro “The story of Edward Howard and the first American watch“, E. Howard fue aprendiz de Aaron Willard Jr., hijo del eminente relojero Aaron Willard. Willard que se dedicaba principalmente a la construcción de relojes de pared y de torre quedó muy pronto prendado de las habilidades del joven Howard:

“Young Howard was a mechanical genius. Clockmaking was play for him. Some of the clocks that he made as a boy are as good today as when they were first put up. He made all kinds of clocks — for halls and churches, tower clocks, etc.”.

Muy pronto, Howard creó su propia empresa junto a David P. Davis, serializando en todo lo posible la producción de sus relojes de pared. Nuestro relojero era un ferviente entusiasta de la automatización de los procesos de la producción y pensaba que la introducción de máquinas en la misma ayudaría a perfeccionar y sobre todo a rentabilizar el “arte de la relojería”. Quizás por eso no pudo resistirse a la proposición de Dennison y se embarcó con su socio Davis (tal como relatamos) a la aventura de crear una industria genuinamente norteamericana de relojes. En sus propias palabras:

“One difficulty I found was that watchmaking did not exist in the United States as an industry. There were watchmakers, so called, at that time, and there are great numbers of the same kind now, but they never made a watch; their business being only to clean and repair.”

Siguiendo ya con nuestra historia y llegados a este punto, Howard compró los activos de Rice y pudo conseguir el sueño de crear la E. Howard & Co., lanzando al mercado en 1858 el que sería su primer calibre denominado “1958 (serie I)”, ya totalmente alejado de los anteriores diseños y con innovaciones técnicas nunca realizadas antes en América. Para realizar este calibre, Howard se basó en un prototipo de placa dividida realizado por su colaborador George P. Reed.

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Fuente: https://mcintyre.com/present/Boston%20Seminar%20Exhibit.pdf

E. Howard Model 1862 (Series III)

En el año 1862, E. Howard ya se había consolidado en el negocio de relojes (aunque no fuese una época fácil debido a la sangrienta guerra civil).

Sus productos iban básicamente destinados al nicho del mercado de lujo y pudiente que sabía apreciar la belleza y las cualidades técnicas de sus relojes. Si bien Howard basó su producción en el desarrollo de relojes con muchos componentes mecanizados, su afán por innovar y ofrecer cosas nuevas hizo que a lo largo de toda su carrera la producción (en términos de unidades) fuese bastante irregular. Y fue durante ese año que sacó a la luz el calibre del reloj que nos ocupa hoy, conocido como 1862 (Series III).

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Como podemos apreciar en la imagen superior, este calibre está configurado con una placa de 3/4 y fue el primero en el grueso de su producción en diseñarse así. Este nuevo diseño de placa permitía visualizar al completo el intrincado sistema del barril del resorte o muelle principal, que fue patentado por George P. Reed en el año 1857. Resulta curioso que para devanarlo se tenga que hacer en el sentido antihorario como en los relojes ingleses. En una de sus ruedas, lleva grabado el nombre del inventor. En la misma imagen vemos que el reloj se ajusta en hora por su parte trasera.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

El volante es bimetálico y está ajustado a temperatura. Oscila a 18.000 vph (2,5 Hz). Esta es otra de las “innovaciones” que introdujo Howard en el espectro de la relojería norteamericana. Efectivamente, él fue el primero en desarrollar calibres con “trenes rápidos” lo que a priori otorgaba una mayor precisión a sus relojes. En la siguiente imagen podemos apreciar el volante y el conjunto del escape. A simple vista parece un escape de palanca “normal” y no un “resilient Cole’s escapement” del que Howard hizo variantes que introdujo en algunos de sus calibres de la serie III. Dentro del círculo rojo podemos ver un pin bancario y la flecha señala un diente de la rueda de escape.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Este peculiar tipo de escape se usaba en cronómetros marinos. Howard, que como hemos ido viendo era un amante de la experimentación en su búsqueda por la perfección, realizó algunas variantes del mismo que incorporó a sus relojes, como este ejemplar que incorporaba una espiral helicoidal que se subastó en Bonhams.

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Fuente: https://www.bonhams.com/auctions/21971/lot/1193/?category=list&length=48&page=5

El regulador es del tipo recto, pero en este mismo modelo podemos encontrar movimientos que incorporaban el regulador de Mershon, como este ejemplar que se encuentra en el Smithsonian Museum.

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Fuente: https://www.si.edu/es/object/nmah_1203492

Gracias a la desinteresada colaboración del señor Harold Visser, pude saber que nuestro protagonista (con número de serie 20.870) se finalizó el 9 de mayo de 1869 y se vendió o se envió el 10 de julio de ese mismo año a un conocido fabricante de cajas de oro llamado Wheeler Parsons & Co.. El reloj fue ajustado a 6 posiciones (otro mérito de Howard) por el mismo George P. Reed, que era un relojero excepcional (ya vimos una de sus patentes más arriba) y sus relojes son extremadamente deseados por cualquier coleccionista.

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Libro de registros de la E. Howard & Co. por cortesía de Harold Visser.
Fuente: https://mb.nawcc.org/threads/e-howard-series-iii.182720/#post-1493640
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Reloj realizado por Reed.
Fuente: https://www.bonhams.com/auctions/21971/lot/1322/

La gran mayoría de estos relojes iban destinados a un público muy pudiente y se vendían en cajas de oro, lo que nos hace descartar la originalidad de la nuestra, aunque a mi parecer no le resta ni un ápice de su belleza.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

El que fuese el decimonoveno presidente de los Estados Unidos, Rutherford B. Hayes, llevaba consigo un ejemplar de las Series III fechado en 1868.

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Fuente: https://www.hodinkee.com/articles/personal-timepieces-every-united-states-president-ever

Dentro de la producción estándar de la E. Howard & Co., el precio de los relojes variaba según sus especificaciones técnicas (entre los $45 y los $125, equivalentes a una horquilla de $1.487-4.131 de hoy en día). En nuestro caso, el precio de venta era de 95 dólares (recordad que ese era el precio del calibre).

En la siguiente imagen podemos apreciar uno de los ejemplares más caros en su época, con las placas damasquinadas (Howard también fue el primero en introducir este tipo de decoración en los relojes norteamericanos que a la larga se convertiría en otro de sus signos de identidad).

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Fuente: https://mcintyre.com/present/Boston%20Seminar%20Exhibit.pdf

Ya hemos visto durante toda la entrada que Howard fue un pionero y un innovador dentro del mundo de la relojería americana. Fue el primero en adoptar soluciones técnicas en sus relojes que nunca antes se habían desarrollado en América (también fue el primero en incorporar calibres que se devanaban con la corona, sin llave). Su afán de superación técnica y sus métodos de producción que aunaban procesos automatizados junto a métodos más tradicionales realizado por personal altamente cualificado como Reed, nunca le permitió centrarse en producir una mayor cantidad de relojes que sus competidores (se calcula que se produjeron durante toda la existencia de la compañía unos 108.000 relojes). En 1882, Howard se retiró del negocio y la compañía cerró por problemas económicos en 1903, vendiendo su nombre a la Keystone Watch Co., tal como vimos en esta entrada. Sin embargo, los relojes de E. Howard pasarán a la historia por ser una de las cumbres de la horología norteamericana y su nombre por ser uno de los pioneros en revolucionar la horología mundial.

Para terminar, me gustaría reproducir una anécdota atribuida al presidente Lincoln sobre los relojes de E. Howard.

In 1864, when the premium on gold put the price of watches so high, Secretary Stanton showed President Lincoln an expensive Swiss watch. Lincoln opened the back cap, examined the movement curiously and returned it to Stanton saying: “I reckon that’s a Swiss watch, but it was made with American machines.”

“It’s a more elaborate watch than we make in this country, Mr. Lincoln.”, Stanton said.

“Yes”, replied Lincoln, “it reminds me of the boy who wanted to teach his grandmother to suck eggs.” Lincoln carried a Howard.

Agradecimientos
Quisiera agradecer a todos mis amigos de la NAWCC que desinteresadamente me han ofrecido toda la información necesaria para desarrollar este artículo.

5 comentarios en «E. Howard (Boston) Series III Pocket Watch»

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