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George Morton Chronometer Nº 1707 Pocket Watch

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Año 1851. Londres celebra su feria (Great Exhibition of the Works of Industry of all Nations) en el fantástico Crystal Palace. Dentro de este magnífico recinto se exhiben al mundo las mejores creaciones técnicas, fruto del progreso industrial de la época, pero también llegan variopintos y exóticos productos de todas las colonias británicas. La intención de la Gran Exhibición es demostrar a los visitantes la supremacía británica en materia de inventos y tecnología, amén de su poderío industrial y social.

Fuente: http://www.victorianweb.org/history/1851/wenham.html

Como hemos ido viendo en las últimas entradas dedicadas a la horología británica, el Reino Unido consolidó su imperio gracias al dominio de los mares, que le permitieron durante siglos establecer colonias y puertos francos donde poder transportar mercancías a nivel global. Este hecho resultó en buena medida gracias a los avances que se realizaron en materia de relojería de precisión, a saber: el desarrollo de los cronómetros marinos que supuso un adelanto sin parangón en el mundo de navegación marítima. Como no podía ser de otra manera, en la feria se exhibieron los últimos avances en relojería: desde relojes con complicaciones, los afamados cronómetros marinos o las últimas creaciones técnicas en el segmento de los relojes de bolsillo. Estos se mostraron en el estand destinado a la categoría: Class X. Philosophical, Musical, Horological and Surgical Instruments.

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Fuente: http://theoldwatchword.blogspot.com/2018/10/the-great-exhibition.html

Evidentemente se presentaron los mejores relojeros y mayoristas de la época como Barraud & Lund, Parkinson & Frosdham, Cole, Yates, etc., pero me voy a parar en la figura de John Hutton. En 1850, la relojería británica estaba empezando a vivir su primer declive, casi podríamos afirmar que estaba “muriendo de éxito”. La industria relojera y las exportaciones suizas estaban empezando a despuntar en muchos mercados (como el ruso), realizando y comercializando calibres más económicos, pero más modernos y funcionales (tipo Lepine) que no utilizaban el clásico “fusee”. El sistema de manufacturación inglesa de relojes se estaba quedando obsoleto, frente a nuevas propuestas de producción más automatizadas, que tuvieron a su punto álgido tan sólo dos décadas después con la irrupción de la industria norteamericana.

Uno de los avances exhibidos en la feria fue La “miniaturización” de los cronómetros marinos que trajo consigo la realización de magníficos y complicados relojes, pero de los que sólo podían disfrutar un segmento muy exclusivo de la población. Esta “miniaturización” respondía al hecho de querer seguir en la cumbre de la relojería, pero la industria dejó de lado otros factores esenciales (tal como describe el artículo del anterior enlace) que a medio plazo terminó por afectarle muy negativamente. Estos cronómetros de bolsillo fueron sin duda alguna, las “estrellas” de nuestra afamada Feria.

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Fuente: http://theoldwatchword.blogspot.com/2018/10/the-great-exhibition.html

Pero reparemos en la figura de John Hutton. Este eminente relojero presentó en la feria una serie de cronómetros de bolsillo, firmados en el dial como “Patent Lever Chronometer” con los que ganó una medalla. Esto representaba una verdadera novedad ya que la tradición mandaba que un reloj para denominarse “Chronometer” debía incorporar un escape de retén. Es posible que el Sr. Hutton experimentase con este nuevo tipo de escape para subsanar el problema subyacente en los escapes de retén cuando eran aplicados a los relojes de bolsillo, tales como los cambios de temperatura y/o las fuertes sacudidas. Aun así, la industria relojera británica se opuso y tuvo muchas reticencias a la hora de denominar cronómetros a este tipo de relojes sin el mencionado escape de retén (incluidos los relojes suizos denominados cronómetros hasta bien entrado el s. XX).

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Fuente: https://www.britishmuseum.org/collection/object/H_1958-1201-1021

En la siguiente imagen podemos apreciar el diagrama de un escape de retén realizado por Thomas Earnshaw y que supuso el estándar para los cronómetros marinos y de bolsillo de la época.

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Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Thomas_Earnshaw

A pesar de las reticencias, parece que el trabajo de Hutton inspiró a otros relojeros a seguir este camino y es aquí donde entra en juego nuestro protagonista: un reloj realizado (supuestamente) por George Morton.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

¿Pero quién fue George Morton? De este relojero tenemos hasta tres fuentes que indican de su existencia. Una procedente de Britten que indica un tal George Morton afincado en Islington, 31 Hanover Street (1867-1875). Otra referencia la encontramos en una patente del propio Morton fechada en 1856 (como veremos más adelante) localizado en Keighley y que presumiblemente sea la misma persona. En Loomes encontramos un registro de Morton en Birkenhead (1878). Para finalizar. una referencia a Morton en Liverpool. ¿Corresponden todas las citas al mismo relojero? Todavía no se puede afirmar ya que falta investigación al respecto, tal como bien afirma David Penney, que escribió una magnífica monografía sobre la figura de George Morton y una serie de relojes atribuidos a él. Sea como fuese, nuestro reloj protagonista es uno de los pocos ejemplares que se conocen que viene firmado con el registro de Hanover Street (Islington) como podemos apreciar en la siguiente imagen.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Al parecer George Morton sí siguió el ejemplo de Hutton y con él se patentaron una serie de escapes que se definieron en una línea del tiempo que empieza en 1856 y se prolonga hasta aproximadamente 1874. A estas variantes, se les conoce como:

  • Morton’s Patent
  • Morton’s Patent Improved
  • Patent Chronometer
  • London Patent Chronometer
  • Patent Union Chronometer

Uno de los primeros ejemplares conocidos de esta serie de relojes atribuidos a George Morton pertenece a la colección particular de John Matthews y se trata del Nº 456. Este ejemplar tiene la particularidad de equipar la primera patente de Morton. Este particular tipo de escape está basado en el conocido escape de Robin (relojero de Louis XV) y al parecer fue la versión que Morton patentó en 1856. En las siguientes imágenes se pueden comparar los dos tipos de escape.

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Fuente: https://mb.nawcc.org/threads/early-example-of-mortons-lever-chronometer.143332/
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Fuente: https://escapements.weebly.com/mechanical-escapements.html

Sólo unos años posteriores (1859) a la aparición del escape de Morton, William Holland y Charles Kelvey presentaron una patente en base a este primer escape y que denominaron “Morton’s Patent Improved“. En 1863, estos dos relojeros volvieron a sacar otra variante aun más perfeccionada y complicada, denominada “Patent Union Chronometer” del que el citado John Matthews nos ofrece un precioso ejemplo de su colección particular.

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Fuente: https://mb.nawcc.org/threads/patent-union-chronometer-2321.156389/

Como mencioné anteriormente, estos tipos de escape intentaban resolver los problemas inherentes al escape de retención cuando este era aplicado a un reloj de bolsillo, aunque como hemos podido apreciar eran extremadamente complicados de fabricar. Se tiene constancia que se fabricaron un total de unos 3.000 relojes con estas variantes y que están recogidos en una lista que aparece en la monografía del Sr. Penney y en otra lista que amablemente el Sr. Matthews puso a mi disposición, en la cual encontramos mi ejemplar (Nº 1707).

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Fuente: https://mb.nawcc.org/threads/george-morton-chronometer.171051/

Sin embargo, nuestro protagonista presenta ciertas particularidades. Es el único que viene firmado como George Morton y con la dirección de su taller. Otra particularidad es que no encontramos rastro de estos complicados escapes, pero si ejemplos de su calidad constructiva como puede ser el uso de un volante compensado del tipo “Free Sprung Lever” y la incorporación de una espiral helicoidal.

Veámoslo más de cerca.

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Fuente: https://www.instagram.com/pedro_a_61/?hl=es

Aquí la espiral helicoidal desplegada.

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Fuente: https://www.instagram.com/pedro_a_61/?hl=es

Y aquí con el detalle del rodillo de simple impulso enjoyado.

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Fuente: https://www.instagram.com/pedro_a_61/?hl=es

Otra curiosidad inherente es que este reloj se finalizó en base a un movimiento crudo realizado por John Wycherley que fue uno de los pioneros en utilizar maquinaria específica (en muchos casos diseñada por él mismo) para la construcción de relojes en el área de Prescot y que hasta la fecha es el único que se conoce para esta secuencia. En la siguiente imagen podemos ver sus iniciales grabadas.

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Fuente: https://www.instagram.com/pedro_a_61/?hl=es

Al parecer el propio David Penney sospecha que se realizaron varios ejemplares siguiendo esta configuración durante una transición del cambio de nombres de las patentes que derivó a London Patent Chronometer circa 1860. Me gustaría exponer la idea (aun siendo totalmente profano en este tema) que este tipo de relojes se fabricaron en un intento de simplificar su construcción sin perder ni un ápice de su calidad y ganando en consecuencia robustez para ser utilizado para el día a día. No hay que olvidar que los últimos relojes de la serie (Patent Union Chronometer) fabricados posteriormente aparecen con la complicación de la reserva de marcha, la espiral helicoidal y el volante compensado libre como nuestro ejemplar.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Como es obvio y ya lo hemos advertido durante la narración hubo muchas reticencias en la época a nombrar un reloj “Chronometer” sin que llevase escape de detención y más aun que lo llevase grabado en su esfera, por lo que muchas de estas creaciones recibieron el nombre de “Half-Chronometer” como los que desarrolló Barraud & Lund. A mi parecer, este tipo de relojes respondieron a la necesidad de crear productos más eficientes y robustos para el mercado, sin que dejasen de ser menos precisos que las costosas y en cierta medida delicadas “miniaturizaciones” de los cronómetros marinos, en un intento de dar un paso adelante de una industria relojera que sin saberlo estaba empezando a agonizar, siendo nuestro protagonista un buen ejemplo de ello.

PD. Quiero agradecer a mi querido amigo Pedro A. el increíble trabajo de restauración que ha hecho en este reloj y por consiguiente que la redacción de este artículo fuese posible. Podéis ver sus trabajos aquí.

Quisiera agradecer al Sr. John Matthews y por extensión a los miembros de la NAWCC por su pronta disposición a siempre compartir y ofrecer valiosa información, sin la cual este artículo tampoco hubiese sido posible.

5 comentarios en «George Morton Chronometer Nº 1707 Pocket Watch»

  1. javierreloj

    Felicidades por el artículo Miquel. Cuando leo estas entradas veo lo poco que se de relojes, jajajaja.
    En la serie de artículos que estas escribiendo de bolsillo, me parce sorprendente la innovación tan brutal que había en aquella época.
    Echo mucho de menos esto hoy en día donde muchas marcas te venden novedades o innovaciones cuando son cambios casi puramente estéticos. ¿Podemos decir que en relojería mecánica esta todo inventado? Esa es la pregunta del millón.

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