@aviation_watch
Hoy me gustaría presentar el Stowa Flieger Bronze Vintage 40, un reloj que acabo de añadir a mi colección. Es un auto regalo por mi cumpleaños… Como coleccionista (principalmente) de relojes de aviación, sorprendentemente tenía pendiente adquirir un Flieger fabricado por uno de los productores originales de este tipo de relojes.
Ya tengo dos Fliegers en la colección, ambos montados por mí mismo. Ya publiqué sendas entradas detallando estos dos proyectos (Flieger 41mm Unitas 6498 Hecho En Casa y Flieger 41mm NH35 Hecho En Casa).
Me apetecía mucho comprobar de primera mano si los €1.310 que cuesta este reloj están justificados, especialmente teniendo en cuenta que el coste de los componentes necesarios para montarse uno mismo un reloj de este tipo sale entre €250 y €500, aproximadamente. La horquilla es amplia dependiendo principalmente del calibre seleccionado.
Primero de todo, veamos los tres ejemplares juntos.
Fliegers
No pretendo en esta entrada profundizar demasiado sobre los Fliegers. Es una temática que he tratado extensamente con anterioridad y os recomiendo la trilogía que publiqué sobre relojes de piloto si deseáis obtener información más detallada:
Relojes De Piloto: ¿Qué Son?
Relojes De Piloto: La Historia
Relojes De Piloto: Características Típicas
Dicho esto, un resumen sobre los Fliegers me parece pertinente.
Antes y durante la Segunda Guerra Mundial, la Luftwaffe promovió dos tipos de relojes.
Los primeros son los que comúnmente son conocidos como “Fliegers”, en referencia a los “Beobachtungsuhren” o “B-Uhren” con la designación “FL28883”. También son conocidos como relojes de observación. Estos relojes tienen dos tipos de dial, el Type A usado hasta enero de 1941 y el Type B a partir de entonces. Entre los proveedores originales de estos relojes encontramos las marcas IWC, Laco, A. Lange & Sohne, Wempe y por supuesto Stowa.
Eran relojes que hoy en día consideraríamos gigantes, con 55 mm de diámetro y 16,5 mm de grosor y una correa larguísima de doble lazo para poder llevarlos por encima de la cazadora de vuelo. Tenían otras características distintivas, todas ellas pensadas para poder llevarlo fácilmente, así como leer la hora al instante y facilitar su uso. Destacan su gran corona tipo cebolla, el triángulo de orientación a las 12 h, la esfera altamente contrastada con luminiscencia en agujas y marcadores, parada de segundero y el uso de calibres regulados y comprobados a nivel cronómetro.
También se produjeron “Fliegers” cronográficos para la Luftwaffe, fabricados por otras dos marcas históricas alemanas: Hanhart en Schwenningen, en la Selva Negra, y Tutima con base en Glashütte. Ambas siguen produciendo relojes de piloto.
Sobre la reedición del Calibre 40 original de Hanhart ya publicamos una entrada (Hanhart Pioneer MK I). En lo que concierne a la marca Tutima, destacaría su renacimiento relativamente reciente, sobre todo a partir del 2011 cuando volvió a Glashütte, de donde se había desplazado en 1945 tras ser bombardeada su fábrica por los soviéticos y luego ser saqueada, para finalmente quebrar en 1956.
Algunos aficionados, quizás excesivamente puristas, insisten en denominar “Fliegers” exclusivamente a este tipo de relojes, ya sean los escasos ejemplares originales que se conservan o las reediciones o reinterpretaciones modernas de ellos. Yo, como coleccionista de piezas de aviación, me lo tomo menos en serio y considero que un “Flieger” se refiere a un reloj de piloto de procedencia alemana. Esto me da más opciones a la hora de coleccionar y a vosotros también.
Stowa
Stowa relata sus casi 100 años de historia en detalle en este enlace.
Fue fundada en 1927 por Walter Storz. Se estableció inicialmente en Hornberg en la Selva Negra alemana. Desde entonces ha fabricado relojes mecánicos sin cesar.
En 1935, Stowa se mudó a nuevas instalaciones de mayor tamaño en Pforzheim. En 1938, tuvo que trasladarse de nuevo debido al gran crecimiento de la demanda de sus relojes.
La marca jugó un papel destacado durante la Segunda Guerra Mundial, suministrando los “B-Uhr” para la Luftwaffe y también relojes de alta precisión para los oficiales de la Armada Alemana. Sin embargo, el 23 de febrero de 1945, sus instalaciones fueron destruidas durante bombardeos que desolaron la ciudad de Pforzheim.
A pesar de esta desaventura, más tarde ese mismo año la empresa se restableció en Rheinfelden, a orillas del Rhin cerca de la frontera con Suiza. Trascurridos cinco años, Stowa abrió nuevas instalaciones en Rheinfelden, que amplió tanto en 1954 como en 1956, año en el que también reabrió la sede en Pforzheim que había sido destruida en 1945.
En 1966, tomó las riendas de la empresa Werner Storz, el hijo del fundador. La gestionó con considerable éxito hasta 1996, momento en que se la vendió a Jörg Schauer ya que no tenía sucesor.
Cuatro años más tarde, Stowa reintrodujo los Fliegers a su colección, inicialmente en cajas de acero inoxidable de 40 mm y equipados con el calibre de cuerda manual Unitas 6300N, también conocido como Wehrmachtswerk, o calibre militar.
Desde entonces la marca acumula una larga lista de galardones, en su gran mayoría por innovaciones en el segmento de relojes de piloto.
En el año 2012, Stowa se mudó otra vez, trasladándose hasta una nueva planta en Engelsbrand, a un paso de Pforzheim. De nuevo, estas nuevas instalaciones fueron necesarias para poder satisfacer la creciente demanda.
La línea “Flieger” actual de Stowa (tanto los clásicos como los contemporáneos) consta de 24 modelos distintos y domina la oferta de la marca, aunque también es cierto que ofrece relojes de muchos otros segmentos del mercado: elegantes relojes de vestir de estilo Bauhaus, relojes de inspiración marina, divers deportivos, cronógrafos y los emblemáticos relojes “Schauer” creados por el dueño de la marca.
Quizás también sea de vuestro interés la detallada reseña que publicamos anteriormente (Stowa Marine Classic Chrono Review) sobre un cronógrafo marino de la marca.
El Reloj
El Stowa Flieger Bronze Vintage 40 es un modelo de la línea Flieger Classic.
La marca lanzó este modelo inicialmente en noviembre del 2019, como versión limitada (a 12 unidades con el dial Type A y 8 unidades con el dial Type B). Esta edición conmemoraba el tercer año de colaboración con la columna “Flieger Friday” (anteriormente publicada en el foro watchuseek, aunque hoy en día reside en su propio sitio web). El equipo de autores de “Flieger Friday” trabajó con el CEO y creador de Stowa, Jörg Schauer, en el diseño de esta pieza.
En mayo del 2020, este reloj de bronce pasó a ser pieza ilimitada de la colección, junto a tres modelos adicionales: el Flieger Bronze Vintage Baumuster “B” 40, el Flieger Bronze Vintage 36 y el Flieger 6498 Bronze Vintage.
El primero de estos se trata de una versión de 40 m con el dial Type B, el segundo es un modelo más pequeño de 36 mm de diámetro con el dial Type A y el tercero es una versión de 41 mm equipado con el calibre Unitas 6498, por lo que incorpora un pequeño segundero a las 6 h.
El reloj objeto de esta reseña ha recibido el último galardón de la marca Stowa. En concreto, ha sido premiado este año, ganando el Goldene Unruh 2021. Se trata de un galardón a elección de los lectores de UHREN-MAGAZIN (en esta edición ampliado para incluir los lectores y usuarios de watchtime.net, Focus y Focus Online).
El reloj se puede adquirir directamente del fabricante a través de su sitio web y se entrega en un plazo de 2-3 semanas. En mi caso el envío llegó 18 días tras concluir el pedido. El envío es gratuito y se realiza a través de Fedex.
Veamos la pieza en detalle.
El reloj llega muy bien protegido en una voluminosa caja de cartón de viaje, que encaja perfectamente dentro de la “caja grande” de envío de Fedex (cuyo tamaño interior es de 44,5 x 34,3 x 7,6 cm). Dentro encontramos una pequeña caja de madera con “Made in the Black Forest” impreso en su tapa. Contiene el reloj y la garantía. La copia de la factura también viene incluida en el envoltorio externo.
El Bronze Vintage 40 es una versión de la línea Stowa Flieger Classic que, predeciblemente, se presenta en una caja envejecida de bronce (CuSn8). Cada caja se somete a un proceso de envejecimiento realizado a mano, por lo que estamos hablando de relojes, en principio, únicos.
La caja mide 40 mm de diámetro, como reza el nombre del reloj. Su grosor es de 9,2 mm (la versión con calibre automático tiene 10,2 mm de grosor). Su longitud (“lug-to-lug”) es de 48,6 mm y encontramos una medida estándar de 20 mm entre sus asas.
La caja es muy esbelta, especialmente la del modelo con calibre de carga manual, que es el que nos atañe. Sus líneas y proporciones son estupendas, muy atractivas en mi opinión. Gracias a sus asas curvadas hacia abajo el reloj se asienta perfectamente sobre la muñeca.
La corona a presión es del tipo cebolla, de considerable tamaño sin estar sobredimensionada. Por supuesto, su estilo es acorde con el de los relojes originales. Su manipulación es suave y agradable. Al emplear un calibre tres agujas dedicado, no encontramos posición fantasma por la ausencia de fecha. A pesar de su considerable tamaño, la corona no molesta para nada con el reloj puesto.
El reloj lleva un zafiro ligeramente abovedado que sobresale mínimamente por encima del fino bisel que lo enmarca. El tratamiento antirreflejos es muy efectivo, tal como se aprecia en la siguiente imagen.
El dial es negro mate, ofreciendo un gran contraste con marcadores y agujas, en este caso envejecidos. No hay impresión alguna en la esfera. Es exactamente el tipo de contraste que facilita la lectura de la hora y que tradicionalmente se asocia con los Fliegers.
Las agujas son azuladas al fuego y tienen un acabado (bajo lupa) impecable.
Las agujas, los marcadores y los grandes números arábigos de la hora llevan una generosa aplicación de Super-LumiNova vintage (“Old Radium”). La luminiscencia de color verde es brillante y duradera.
La versión que seleccioné es la que equipa calibre de carga manual, en este caso el Sellita SW215-1. Es un movimiento que compite directamente con el ETA 2804-1.
Se trata de un calibre tres agujas con parada de segundero. Oscila a 28.800 vph (4 Hz), cuenta con 19 rubíes y ofrece una reserva de marcha de 42 horas. El calibre, estupendamente decorado y acabado, se aprecia por el fondo de exhibición que lleva otro cristal de zafiro, en este caso enmarcado en un anillo de acero inoxidable asegurado a la caja mediante seis tornillos.
El calibre rinde bastante bien, ofreciendo una precisión media de +8 segundos/día en cinco posiciones, según mis propias comprobaciones en el cronocomparador. La escasa variación entre las distintas posiciones es notable (desde +5 hasta +12 segundos/día). Dicho esto, mi Sinn 104 ofrece una precisión dentro de parámetros COSC equipando un calibre Sellita SW 220-1. Son relojes de precios más o menos comparables (el Sinn 104 tiene un PVP de €1.250 más €50 de envío a la UE).
La combinación de una corona a presión y la trasera asegurada con tornillos brinda una resistencia al agua de 5 ATM (50 m).
El reloj es muy liviano, pesando sólo 73 g con la correa de dotación. Esta última está hecha de un grueso cuero marrón de estilo vintage, incluyendo pespuntes realizados a mano. Lleva una hebilla de bronce con firma de la marca. En mi opinión complementa el reloj muy bien y es sorprendentemente flexible y cómoda dado lo gruesa que es.
A continuación, lo podéis ver puesto en mi muñeca de 17,5 cm de circunferencia. Creo que se podría llevar cómodamente en muñecas bastante más pequeñas, de hasta 16 cm.
Aquí os muestro otra estampa del reloj puesto, en este caso con las agujas azuladas al calor como grades protagonistas.
Ahora toca abordar la cuestión clave, de si este reloj vale lo que cuesta. Sinceramente, acaba de llegar y no sé si estoy en posición de comentar todavía, ya que el reloj y yo seguimos en la fase de luna de miel.
Dicho esto, soy relativamente buen conocedor de los relojes con temática de aviación y no tengo duda en afirmar que en este caso se paga por “intangibles”.
El nivel de los acabados de este reloj es típico de la relojería alemana, es decir impecable. Por lo general, los relojes alemanes se han ganado buena fama por ser de elevada calidad y ofrecerse a precios razonables. No creo que este Stowa sea una excepción a esta regla, aunque en este caso estamos tratando con un reloj bastante básico: una caja, un bisel, un zafiro, un dial, unas agujas, una trasera (con otro zafiro), un calibre tres agujas y una corona.
El calibre (de grado élaboré) utilizado en este reloj lo puede comprar cualquier aficionado por €270, e imagino que la marca lo podrá conseguir por considerablemente menos. Evidentemente hay otros elementos que debemos tener en cuenta, como el decorado y la personalización del mismo, el ajuste y regulación al que es sometido, la caja envejecida a mano, la correa artesanal con hebilla firmada y el altísimo control de calidad de la marca.
Pero, en conjunto, no estoy seguro de que su precio esté totalmente justificado, sobre todo teniendo en cuenta el modelo de venta directa que emplea la marca, ahorrándose costes de distribución. Es evidente entonces que se trata de un reloj por el cual el mercado está dispuesto a pagar una prima, seguramente por ser “Made in Germany” y además ser un producto de la marca Stowa. Ambos elementos están estrechamente ligados con la historia de los Fliegers, por lo que definitivamente añaden valor, a mi ver. Ahora, será cuestión de cada uno determinar si ese nexo histórico justifica los €200-300 de más que creo se pagan por este reloj. Personalmente lo puedo justificar y estoy encantado con la adquisición, no os confundáis, pero entendería perfectamente si otros aficionados llegan a la conclusión opuesta.
En la siguiente imagen muestro las traseras de los tres Fliegers que en la actualidad forman parte de mi colección. En ella creo que se ve bastante bien que el Flieger de Stowa representa un salto cualitativo con respecto a los dos relojes que he montado yo.
Otra comparación interesante es la de los grosores de estos tres relojes, que podéis apreciar en la siguiente imagen.
El Stowa es indudablemente el mejor reloj de los tres: tiene el mejor acabado, además de ser el más “fino”, cómodo y atractivo. De esto no tengo duda alguna.
Pero, el Stowa cuesta unas cinco veces más que un Flieger hecho en casa en caja de acero con zafiro y equipado con un calibre NH35 de SEIKO. También cuesta unas 2,5 veces más que un Flieger de similares características equipado con un calibre Unitas 6498 (de grado élaboré). Curiosamente, Stowa produce un Flieger de 41 mm (la misma dimensión que el montado por mí mismo) que además emplea el mismo calibre. El precio de esta versión en bronce asciende a €1.690 (la de acero cuesta €1.500). De nuevo, me parece algo excesivo dado que los componentes del mío costaron aproximadamente €500, aunque evidentemente habría que tener en cuenta el tiempo invertido en su montaje, las herramientas necesarias para hacerlo y la carencia de garantía.
Lo dicho, cada uno deberá evaluar esta relación económica… Mientras consideráis la cuestión, yo seguiré de luna de miel.
Muy buena reseña. Quizás el precio nos parece elevado porque tendemos a infravalorar a Stowa. Pero la calidad del conjunto personalmente me parece genial.
Sí Guti, es un tema que quizás he enfatizado demasiado por mi experiencia montando relojes de este tipo. Pero el conjunto es fantástico, en parte por los “intangibles”.
Enhorabuena Adam. Feliz cumpleaños y disfruta de los regalos
Hablando de relojes de piloto tipo Flieger, personalmente prefiero los diales tipo B.
A pesar de ello los tuyos son fantásticos.
Curiosamente de los 3 que enseñas me quedo con el Unitas 6498 en caja de acero ensamblado por ti. Tal vez por ni ser pvd ni bronce. Además su trasera es preciosa aunque el mecanismo esté menos decorado. Para mi no tiene nada que envidiar al bronce salvo el “pedigree”.
Un abrazo y disfruta de tu día
PD: Bueno realmente el que adoptaría el Hanhart, pero esa ya es otra historia
Gracias Pere.
La segunda iteración del Flieger con Unitas grado élaboré en caja cepillada desde luego es resultona, diría incluso que ese reloj tiene mejor tamaño y presencia en mi muñeca. Ahora, ni de cerca se parecen en acabados. El Stowa, de hecho, es un reloj que apenas se nota en la muñeca por su finura y escaso peso. Esta cuestión ya va a gustos… Yo no tengo manías, depende un poco del día…
PD: Toma nota de tus deseos con respecto al Pioneer. ?
Enhorabuena Adam por ese magnífico reloj que te has auto-regalado. Ya sabes que yo soy un enamorado de Stowa. Feliz cumpleaños querido amigo.
Felicidades Adam por nuevo reloj y gracias por el artículo. La verdad que unas navidades en Madrid fui a una relojería que vendían relojes Laco para comprarme un reloj como el tuyo pero en acero. Como no tenían justo ese modelo y tenia que espera lo deje pasar. Quien sabe si algún día le vuelva a dar una oportunidad. El stowa me gusta mucho pero mire Laco por tema económico y ser también marca originaria de ese tipo de relojes.