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A lo largo de sucesivas entradas en nuestra categoría sobre “relojes de bolsillo” hemos intento ilustrar el gran ingenio que imperó a mediados del s. XVIII y principios del XIX en el ámbito de la industria relojera británica. Los inventos, las patentes y las mejoras tecnológicas estaban al orden del día. Pero si hubo un campo donde destacó esta labor de investigación en pro de buscar unos mejores resultados en la cronometría y exactitud de los relojes, sin duda alguna debemos referirnos al trabajo que se realizó en materia de escape. Desde el antiguo escape “verge”, pasando por el escape de cilindro, el dúplex o los más modernos tipo Massey, cada solución y mejora técnica aportada representará un peldaño más en los anales de la historia de la relojería.
La entrada de hoy versará sobre un singular tipo de escape que se puso en boga a finales del siglo XVIII en Inglaterra, me refiero al “rack lever escapement” o en una traducción más o menos precisa a nuestra lengua, el “escape de áncora de cremallera”.
En 1792, el afamado relojero e inventor británico Peter Litherland (1756-1805) patentó este nuevo tipo de escape con la intención de mejorar los resultados en cronometría sobre el antiguo escape “verge”. Sin embargo, sería más exacto decir que Litherland rediseñó este tipo de escape, pues su primera autoría se refiere al Abad Jean de Hautefeuille, fallecido en 1724. Es muy probable que Hautefeuille nunca realizase un modelo práctico del mismo (aunque la investigación siguió su curso e incluso se le atribuyó la autoría de un reloj).
Debemos remontarnos al año 1763, cuando Ferdinand Berthoud en su libro “Essai sur l’horlogerie“, enseñó un diagrama y una descripción del escape de cremallera. A partir de aquí, se presentan muchas dudas y líneas de investigación sobre si Hautefeulle realizó algún reloj o diagrama del mismo, si este llegó a Berthoud y si Peter Litherland lo pudo haber visto antes de realizar su patente.
Sea como fuese, afortunadamente en el año 2018 salió a la venta en subasta el excepcional documento acreditativo de la patente de Litherland sobre este novedoso tipo de escape y que podemos ver a continuación.
Fuente:
https://www.invaluable.com/auction-lot/antiquarian-horology-peter-litherland-1755-1804-o-156-c-ab3435da0b#
¿Pero, en qué consiste el “rack lever escapement”?
El escape de áncora de cremallera consiste en un áncora lateral dentada que engrana con un piñón situado en el eje del volante.
Esta ancora se encuentra montada en un dispositivo de cremallera que se engrana con un piñón en el mismo eje del volante. Este nunca se desprende de la acción de la cremallera y el áncora actúa sobre una gran rueda de escape con 30 dientes. Por la naturaleza de este sistema, podemos afirmar que se trata de un escape de fricción. Si bien este nuevo tipo de escape mejoraba el rendimiento horario sobre el de un reloj equipado con el antiguo sistema “verge”, el hecho de ser un escape de fricción acarreaba los mismos problemas de desgaste y mantenimiento que conllevaban los escapes “catalinos” tal como vimos en esta entrada.
Veamos su funcionamiento de forma más gráfica.
Este tipo de escape se hizo relativamente popular durante las primeras décadas del siglo XIX y fueron muchos los relojes que lo equiparon. Dos de los relojeros más reconocidos a la hora de fabricar relojes con este tipo de escape fueron el propio Litherland y Robert Roskell.
Ejemplo temprano de un inusual reloj de Litherland con escape “Rack Lever” (por cortesía de John Pavlik) y ejemplar de Roskell.
Fuente:
https://www.metmuseum.org/art/collection/search/191290
Sin embargo, otros relojeros siguieron su camino. Un buen ejemplo de ello es el reloj protagonista de nuestra entrada de hoy.
Como podemos apreciar en la imagen superior, nuestro reloj viene firmado por un tal R. Cripps, afincado en la ciudad de Bath.
Como ya hemos advertido en multitud de ocasiones intentar saber si la firma que lleva nuestro reloj es del relojero que lo finalizó o del joyero que lo vendió es una tarea ardua y complicada. Buscando en los directorios de la época de la ciudad de Bath, pude encontrar una entrada que lo identifica como relojero y joyero, así que es posible que Cripps finalizase este reloj y no solo se encargase de venderlo.
Otra de las fuentes consultadas es el libro “Watchmakers and Clockmakers of the World“ de G.H. Baillie, donde aparece muy escuetamente y en un único año (1819). En el anterior directorio citado, encontramos un emblema corporativo de su empresa.
Tampoco he podido encontrar demasiados ejemplos de su trabajo, pero me ha llamado la atención que fueran tan dispares como un reloj equipado con escape dúplex y un bonito ejemplo de reloj catalino. Esta disparidad de relojes tan diferentes, junto al emblema de su negocio, donde no figura la palabra “watchmaker” me hace pensar que Richard Cripps era más bien un joyero que procuraba vender relojes novedosos y no el relojero que los finalizaba, pero esto es una mera suposición. La evidente falta de información sólo nos puede hacer conjeturar ante el verdadero oficio de Cripps.
Si nos fijamos con atención en el mecanismo de nuestro reloj, lo primero que nos llama la atención es el gran tamaño del típico volante de acero pulido con tres radios que se utilizaba comúnmente en este tipo de relojes. La talla de la galluza en forma de campana responde al estilo de los relojes de Litherland. Ésta, se encuentra decorada con motivos florales y jalonada por un diamante en talla rosa. Otra característica intrínseca a los relojes con este tipo de escape es el tornillo situado debajo del volante. Este tornillo sujeta una pequeña placa donde se engasta uno de los pivotes del áncora. Los pilares de las placas son redondeados, también típicos de la época.
Otro detalle a tener en cuenta es que lleva grabada la palabra “PATENT” en el pie de la galluza. Este grabado haría referencia a la patente de Litherland que vimos más arriba, aunque en la posible fecha de datación del reloj (circa 1810) ésta ya hubiese expirado. No es nada infrecuente que nos encontremos con relojes todavía mas tardíos o con diferentes tipos de escape con la palabra “patent” grabada. Esto posiblemente respondería a razones comerciales, ya que para el comprador tendría el intangible de poseer algo novedoso y exclusivo.
Su dial esmaltado sobre cobre en muy convexo y se conserva en muy buen estado. Las agujas presumiblemente son de latón dorado muy pulido. El reloj se presenta en doble caja de plata y afortunadamente aún conserva su tapa guardapolvo. En este encontramos un intento de reparación posterior, un posible cincelado para que el volante no rozase en su superficie.
Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/
Los sellos, tanto de la caja interior como de la posterior, corresponden a la oficina de ensayo de la ciudad de Londres y sitúan al reloj en el año 1810. También llevan grabadas las iniciales “TG” que corresponderían con las del fabricante de cajas Thomas Gooch (1765-1832). Tampoco podríamos descartar su autoría por Thomas Graham de Bath, aunque parece más improbable, dado que este último solo estaba registrado como platero y no como cajista.
Antes de finalizar nuestra entrada, me gustaría citar una sugerencia sobre la autoría del reloj que me hizo mi buen amigo Allan C. Purcell. Se ha dedicado a recopilar y confeccionar una magnífica lista con imágenes y los números de serie de los relojes de Litherland y conjeturó que nuestro protagonista hubiese podido ser fabricado por este último para ser entregado a Cripps para su venta. Su teoría se basa en la similitud que tiene este reloj con la obra de Litherland circa 1802. Si esto fuese así, entonces las cajas no serían las originales del reloj, ya que Litherland falleció en 1805. Otra teoría podría ser que las cajas fuesen originales (es prácticamente imposible realojar un tipo de movimiento así en una caja que no fuese específica para ello) y que el reloj no se entregase hasta 1810 y que fuese producto de la Litherland Whiteside o la Litherland Davies, las dos firmas que continuaron con el negocio familiar. En este caso lo que no coincidirían serían los números de serie. Todo un rompecabezas ¿verdad?
Quizás en estos casos lo más recomendable es aplicar la teoría de la “navaja de Ockham” y darle la oportunidad al Sr. Cripps, concediéndole su autoría.
Agradecimientos:
Quisiera agradecer al Sr. John Pavlik el haberme dejado utilizar imágenes de su bello ejemplar de Litherland para ilustrar este artículo y al Sr. Purcell todas sus referencias informativas que me han ayudado especialmente para la redacción del mismo.
Que artista Miguel Angel, que maravilla viajar de tu mano por el mundo de los relojes de bolsillo. Que tío, lo qué sabes.
Muchas gracias por tu amable comentario. Yo en cada artículo que escribo, aprendo lo mismo que vosotros.
Gracias por el artículo. Cuando leo un artículo de estos siempre alucino que hace tantos años sin apenas tecnología y medios hacían esos relojes que todavía se conservan algunos hoy en día.
Es de agradecer que metas videos de funcionamiento del sistema para los que no somos tan expertos.