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Tal como vaticinamos en la anterior entrada dedicada a Richard Hornby, hoy vamos a seguir adentrándonos en el interesante mundo de la horología inglesa. Esta vez nos trasladaremos al área de Londres de la mano de John Cross y una de sus creaciones, que en aquel momento representaba uno de los mejores relojes de bolsillo que uno podía adquirir.
Como ya advertimos en la anterior entrada, uno de los factores a tener en cuenta a la hora de adquirir un reloj de bolsillo inglés es la dificultad de encontrar información sobre quien realizó el reloj y si el nombre que viene firmado en su dial o en la placa del calibre corresponde a un verdadero relojero o a un minorista que simplemente lo vendió. Para mi constituye uno de los mejores alicientes buscar esa información y procesarla, aunque a veces resulte dificultoso. En este caso en concreto tuve la fortuna de encontrar un punto de partida bastante firme desde donde iniciar mis pesquisas y analizar la naturaleza de este reloj.
Vamos a verlo.
El Museo Británico conserva una pieza de referencia en cuya descripción podemos apreciar que John Cross se trataba de un verdadero relojero que estuvo activo desde 1822 hasta 1845. Señala dos direcciones donde desarrolló su trabajo: “Chaterhouse Square, Nº 15 y 41 London”.
Ambas direcciones también están recogidas en el libro de Britten, tal como vemos a continuación.
Otra de las fuentes que nos sirven para indicar que John Cross era relojero y no un minorista la encontramos en su testamento o última voluntad del que afortunadamente tenemos registro gráfico y que fue redactado el 7 de marzo de 1836, donde no sin cierta dificultad podemos leer que se describe a sí mismo como “watch manufacturer”.
Pocas referencias más podemos encontrar sobre Cross, pero al parecer (cosa que podemos inferir viendo su trabajo) se trató de un relojero que se preocupó por introducir constantes mejoras técnicas en sus relojes como puede ser el uso de volantes compensados y ser pionero en utilizar el escape de rodillo simple, que más adelante se convertiría en el tipo de escape más utilizado en la relojería inglesa.
Vamos ahora a ver el calibre del protagonista de la entrada de hoy.
Si lo observamos con atención, podemos apreciar que viene firmado con el nombre de Cross y su dirección, aunque no nos indique el número de su establecimiento. Su número de serie es bastante elevado (38.052) lo que puede indicar que Cross vendiese muchos relojes o que se trata de un ejemplo tardío de su trabajo, pero desafortunadamente no hay ningún patrón para determinar la fecha de fabricación del reloj en referencia a su número de serie.
Si nos atenemos a los sellos de plata de la ciudad de Londres que encontramos en la caja, su datación correspondería al año1831. Podemos ver que tiene grabados los números (052) que concuerdan a priori con los tres últimos dígitos de la numeración del calibre. El fabricante de la caja sería probablemente Charles Hougham, registrado en 1785.
Pero lo que más llama la atención del calibre es su volante. Efectivamente, se trata de un volante cortado y compensado con tornillos de Pennington. Robert Pennington, a quien se le atribuye la invención del volante compensado fue un eminente relojero que trabajó en Londres desde 1780 hasta su fallecimiento en 1813. En su haber cuenta desarrollar numerosos cronómetros marinos, incluso de bolsillo, y hasta encargos de la realeza como el que podemos ver a continuación.
Como he citado anteriormente, Cross se caracterizó por adoptar este tipo de volantes (exclusivos de relojes astronómicos y marinos) en sus creaciones, siendo lo más probable que los Pennington los fabricaran a su encargo. Un pequeño muestreo de algunos de sus trabajos confirma este hecho. Este tipo de volantes se encargaban de mantener un perfecto isocronismo respecto a la espiral y también estaban calibrados para corregir las deficiencias en el mismo provocadas por los cambios de temperatura.
Concretamente el volante utilizado por Cross en este reloj es una ligera modificación del tipo 4.
Otro de los puntos importantes y a la vez problemáticos a la hora de datar el reloj es el tipo de leva que utiliza en su escape, que en principio correspondería a una época más tardía. Veamos una imagen.
Sinceramente, mis conocimientos me impiden pronunciarme sobre este detalle. Bien podría ser una adaptación o reemplazo posteriores a la fabricación del reloj, cosa plausible si atendemos el hecho del tipo del volante que lleva.
En la siguiente imagen vemos que el corte realizado en el gallo del equilibrio parece hecho adrede para albergar un volante de mayores dimensiones.
¿Pero lo podemos atribuir a una modificación posterior? ¿O fue una modificación de la pieza “en crudo” realizada por el propio Cross? Como ya sabemos, los relojeros se encargaban de finalizar el reloj. ¿Se trataría quizás de un simple reemplazo de caja, pudiendo ser esta más antigua que el movimiento? Ya hemos visto los dígitos que lleva grabados y que coinciden con la numeración del calibre…
Sea como fuese, a medida que ha avanzado mi investigación he observado que la utilización del “single table roller” retrocede en el tiempo, llegándose a datar ejemplos de estos anteriores a 1831. Quien desee profundizar sobre este hecho puede hacerlo aquí.
Pude encontrar un poco de luz en la magnífica base de datos del Sr. Penney, donde enseña un ejemplar con las mismas características (circa 1830) y no alude a ningún reemplazo posterior.
Con este ejemplo (Nº 9.848) vemos perfectamente la imposibilidad de datar los relojes de Cross en base a su número de serie, como aludimos al principio. Una ligera probabilidad de encontrar un patrón sería que la numeración de sus calibres empezase de cero desde el cambio de domicilio, pero al no llevar en su firma el número del mismo y no poder realizar un muestreo exhaustivo de sus relojes para comparar estilos constructivos, este escollo parece insalvable.
En conclusión, por todo lo enseñado anteriormente y añadiendo el hecho del “trabajo innovador” de Cross, no deberíamos dudar de su autoría (a mi parecer) de este ejemplar. Es más, creo que se trata de un gran ejemplo de reloj de alta gama que se podía adquirir en el Londres de aquella época y un buen representante de las innovaciones que fueron creando los relojeros británicos y que conformaron la base de la horología actual.
Muchas gracias por este magnífico artículo.
Un placer releerlo durante estas fiestas.