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@munich_watch_lover

Nota del editor:

Esta entrada es una versión editada, ampliada y traducida de contenido publicado por primera vez el 01/11/2020 en Instagram.

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First of all a big thank to @strapsco for the beautiful rubber strap used on my #116519ln #rolexdaytona in the photo! To many #watchenthusiasts #rolex stands for elitism and showing off as its name has taken on a meaning far more expansive than its range of #luxurywatches , but the brand out of Geneva is far more than that. Rolex has always been a purpose-driven innovator that has either developed or improved much of the watch technology we now take for granted. Maybe they didn’t invent the wheel, but they perfected it so that it could perform flawlessly in all conditions. Lets start with #rolexwatches early Achilles heel, the winding stem, which could leak water and dust. In the early 1920s Rolex managed to obtain a new patent for a waterproof winding stem and crown, which became the #RolexOyster, one of the world’s first waterproof watches. The brand’s next innovation came in 1932 with the invention of the Perpetual Rotor, the backbone of all #automaticwatches. This was groundbreaking as users no longer had to wind their watch every day to keep it running: simply moving around would suffice. This was the start of the so called #OysterPerpetual moniker, since then emblazoned on all Rolex #sportwatches dials. 1945 saw the debut of the #RolexDatejust, at the time the world’s first automatic watch with a date feature and just a few years later, in 1953, came the release of the first watch capable of diving 100 meters, the #RolexSubmariner. After they were approached in the same year by executives of Pan-Am airlines, Rolex developed their iconic #gmtmaster with its characteristic red and blue bezel to track day and night hours and an extra GMT hand to track a secondary timezone, making life easier for pilots and and frequent travelers. In recent years Rolex has continued to build its brand on the back of rock-solid quality and has continued to produce incredible incremental innovations: things such as the #glidelock clasp, allowing bracelets to be adjusted without any tools, or the #oysterflex strap, the first rubber strap to feature a titanium insert. This, together with the brand’s marketing prowess, have assured that Rolex will remain the king.

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En primer lugar, quiero agradecer a @strapsco, la hermosa correa de caucho que ha sido utilizada en la imagen de mi Rolex Daytona 116519LN.

En este artículo de opinión me gustaría abordar el tema sobre la adoración o el odio que suscita la marca Rolex, la mayoría de las veces totalmente irracional. El hecho es que hablen bien o mal sobre ella, no da lugar a la mínima duda que siempre parece estar en boca de todos los aficionados y esto es, en definitiva, un gran logro de la marca.

“Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti”. Oscar Wilde.

Para muchos entusiastas de los relojes, Rolex es sinónimo de elitismo y de presumir. Su nombre e imagen de marca han adquirido una posición que abarca mucho más que la mera gama de relojes de lujo que ofrece. Sin embargo, yo creo que la marca ginebrina representa mucho más que esto.

Rolex siempre ha sido una empresa innovadora, impulsada por un propósito concreto y utilitario, rara vez abstracto o creativo. Los que la acusan de no innovar se equivocan, en mi opinión. A lo largo del tiempo, el desarrollo y la mejora de su tecnología ha sido una gran constante y muchas de estas contribuciones ahora las damos por sentadas, sucediendo esto en gran medida porque muchas de ellas han sido adoptadas y a veces copiadas por otras marcas de la industria relojera.

Quizás Rolex no ha sido la marca que “inventara la rueda”, pero también es cierto que la perfeccionó de un modo muy notable, permitiendo que esta pudiera funcionar sin problema alguno en todo tipo de condiciones de uso.

En el resto de la entrada examinaré algunos de estos momentos clave en su contribución a la relojería. Al final intentaré resumir los motivos por los que la marca Rolex ocupa ese pedestal.

Comencemos por los primeros relojes que desarrolló Rolex. Su talón de Aquiles era la corona y la tija, que permitían la entrada de agua y polvo, dañando así al delicado mecanismo. Con vistas de protegerlo, en 1926 Rolex obtuvo una patente (registrada inicialmente por Paul Perregaux y Georges Perret) de un sistema de corona y tija impermeables. Este diseño necesitaba mejoras y unos meses más tarde Rolex registraba el sistema denominado “Twinlock Crown” y que podemos apreciar en la siguiente imagen. Este sistema pasó a integrarse al modelo Rolex Oyster, convirtiéndose así en uno de los primeros relojes impermeables del mundo.

Fuente: https://www.bobswatches.com/rolex-blog/resources/twinlock-vs-triplock-whats-difference.html

Aunque los “Rolex Oyster” no eran relojes deportivos en el sentido que entendemos en la actualidad, su dureza y prestaciones los hacía perfectamente válidos para aguantar pruebas de gran dureza como ya vimos en la entrada Racing Watches: Rolex Oyster & Sir Malcolm Campbell, donde narramos las increíbles hazañas logradas por Sir Malcolm Campbell.

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Fuente: https://www.rolex.com/about-rolex-watches/1926-1945.html

O en el artículo Cuando No Había Listas De Espera, donde describimos la gesta de la nadadora Mercedes Gleitze en su segundo intento por cruzar a nado el Canal de la Mancha, con un Rolex Oyster engarzado en su cuello para medir sus tiempos.

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Fuente: https://www.rolex.com/about-rolex-watches/1926-1945.html

A pesar de las evidentes ventajas del “Twinlock Crown”, este no evitaba el desgaste con el tiempo de las roscas dada la necesidad de desatornillar la corona y darle cuerda al reloj diariamente. En un intento por solucionar este problema llegó la siguiente gran innovación de la marca.

En 1931, Rolex perfeccioó un rotor perpetuo para uso en relojes de pulsera. La creación original la había inventado John Harwood en 1923. Con el rotor perpetuo se podía proporcionar energía al muelle real; resultando este tipo de mecanismo (patentado por Rolex) la columna vertebral de todos los relojes automáticos desde entonces. Esto, tan común hoy en día, resultó algo muy innovador en la época, permitiendo que los relojes siguieran funcionando con tan sólo llevarlos puestos, sin que hiciera falta darles cuerda todos los días. Este fue el comienzo del apodado “Oyster Perpetual” desde entonces estampado en todas las esferas de los relojes deportivos de Rolex.

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Fuente: https://www.rolex.com/about-rolex-watches/1926-1945.html

En 1945, debutó el Rolex Datejust. Fue el primer reloj automático del mundo con ventana de fechador, presentando de nuevo la compañía de Hans Wilsdorf un elemento totalmente integrado y hoy en día universal en la industria horológica.

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Fuente: https://www.rolex.com/about-rolex-watches/1926-1945.html

Sólo unos años más tarde, en 1953, llegó el lanzamiento del primer reloj capaz de sumergirse hasta 100 metros, el Rolex Submariner. No voy a detenerme más sobre este icónico modelo, ya que lo describí detalladamente en un artículo reciente: Rolex Submariner: Actualización De Un Clásico.

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Fuente: https://www.rolex.com/about-rolex-watches/1953-1967.html

En 1953, Rolex también lanzó el Oyster Perpetual Explorer, inspirado por el conocimiento adquirido en el primer ascenso al Everest. El equipo de Sir John Hunt fue equipado con Oyster Perpetuals, aunque hasta la fecha no hay constancia de que Sir Edmund Hillary o Tenzing Norgay los llevaran hasta la cima. De hecho, parece bastante claro que Sir Edmund Hillary llevaba un Smiths Everest, otro reloj de dotación suministrado a la expedición por la extinta marca británica. Pero, en el imaginario popular fue el Rolex Explorer “el reloj que conquistó el Everest” y por ello adquirió inmediatamente un estatus icónico por su asociación con esta hazaña. En gran parte esto es debido al evidente éxito comercial de la marca Rolex explotando esta relación.

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Fuente: https://www.rolex.com/about-rolex-watches/1953-1967.html

Ese mismo año, Rolex recibió un encargo de ejecutivos de la aerolínea Pan-Am para que desarrollase un reloj apto para sus pilotos intercontinentales. Dos años más tarde, en 1955, Rolex presentó su primer Rolex GMT Master (Ref. 6542). Desde entonces nos acompaña con su característico bisel rojo y azul (“Pepsi”) para distinguir las horas diurnas de las nocturnas y la aguja GMT adicional para rastrear un segundo huso horario, facilitando la vida de pilotos y viajeros frecuentes.

En un principio, la aguja GMT era meramente esclava a la de las horas y giraba sólo una vez al día. La segunda hora, por lo tanto, se leía girando el bisel con los marcadores de 24h a la posición deseada. Pero como era de esperar, las mejoras desde entonces han sido graduales, pero constantes, hasta llegar a los GMT Master-II modernos que todos conocemos y que permiten el seguimiento de tres husos horarios: el de la hora, el indicado por la aguja GMT independiente y el indicado por la posición del bisel bidireccional de 24 horas.

El proceso de “innovación” siguió a gran ritmo en la década de los 50. En 1956, Rolex lanzó dos nuevos relojes: el Day-Date (que añadió el día de la semana al Datejust) y el Milgauss.

Este último fue diseñado para satisfacer las demandas de la comunidad científica del CERN (el acelerador de partículas europeo), siendo diseñado para resistir campos magnéticos de hasta 1.000 Gauss gracias a un escudo antimagnético que protegía el calibre. De nuevo, Rolex no fue la primera marca en producir relojes con grandes propiedades antimagnéticas. En 1949, Jaeger-LeCoultre y IWC ya produjeron el Mk11 con jaula de Faraday para la RAF británica. También la incorporaba el PoleRouter de Universal Genève, un diseño muy temprano de Gerald Genta de principios de los años 50. Además, en 1955, IWC ya había lanzado el Ingenieur, siendo el primer reloj automático con carga bidirecional y capaz de resistir campos magnéticos de hasta 1.000 Gauss. Pero de nuevo, en el imaginario popular, el Milgauss es el reloj antimagnético por excelencia.

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Fuente: https://www.rolex.com/about-rolex-watches/1953-1967.html

En 1960, tuvieron lugar las pruebas del Deep Sea Special, un reloj experimental que fue testado a siete millas de profundidad en la Fosa de las Marianas. Más tarde serviría de lanzadera para desarrollar el Sea-Dweller, resistente al agua hasta una profundidad de 4.000 pies (1.220 metros) en su primera versión de 1967 y hasta 12.800 pies (3.900 metros) en la versión Rolex Deepsea presentada en el 2008.

En lo que concierne a los cronógrafos, Rolex desarrolló sus primeros modelos durante la Segunda Guerra Mundial, presentándolos en cajas tipo Oyster. Sin embargo, tras la contienda bélica, los cronógrafos siguieron relegados a un segundo plano en comparación con los modelos de tres agujas de la marca. Aunque la compañía produjo algunos no fueron éxitos de ventas.

En 1955, Rolex lanzó un cronógrafo con la referencia 6234. Es de destacar que ni “Cosmograph” ni “Daytona” aparecían en el dial de este reloj, que a menudo languidecía en los estantes de los distribuidores.

Sólo en 1963, un año después de que Rolex se convirtiera en el cronometrador oficial de la Daytona 500, la compañía hizo todo lo posible para presentar un cronógrafo de carreras realmente competitivo, lanzando la referencia 6239, el primer “Cosmograph” equipado con un calibre Valjoux 72. Además, adoptó un nombre vinculado a la carrera espacial, que por supuesto era muy popular en los años 60.

Reseñar que el papel desempeñado por el Daytona en el campo de las carreras automovilísticas y la conexión entre la marca Rolex y Sir Jackie Stewart ya fueron explorados por @javierreloj en el artículo Racing Watches: Rolex & Sir Jackie Stewart.

En cambio, el Cosmograph no logró destacar en la carrera espacial donde fue desbancado por otro mito: el Omega Speedmaster, tal como nos relató @spitfiremkii en su entrada Elegido.

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Fuente: https://www.in2motorsports.com/jackie-stewart/jackie-stewart-with-paul-newman/

Unos años más tarde, en 1969, Paul Newman comenzó su carrera automovilística, ganando su primera carrera profesional en 1972. Ese mismo año, su esposa Joanne Woodward le regaló un Daytona 6239, reloj que fue vendido en 2017 por la increíble cantidad de $17.752,500, convirtiéndose en el reloj de pulsera más caro jamás vendido en una subasta.

Es gracias a este tipo de hazañas que el Daytona se ha convertido en un fenómeno cultural global. Hay tanta demanda que comprar uno en un distribuidor oficial ya no es cuestión de dinero, sino que requiere una relación ya establecida y duradera con el distribuidor o una enorme cantidad de paciencia, mientras que comprar uno usado es prohibitivamente caro.

A lo largo de su historia Rolex ha construido su imagen de marca sobre la base de una calidad excepcional y ha presentado constantemente innovaciones incrementales.

Yo creo que es perfectamente legítimo acusar a la marca de falta de creatividad y de que su innovación suele tener escaso impacto horológico. Sin embargo, me parece igual de indiscutible que la marca Rolex proporciona constantes mejoras en el diseño sus relojes y los componentes y materiales empleados en su fabricación.

La “raison d’être” de todos estos pequeños pasos es mejorar la experiencia de uso de sus clientes. Son pequeños detalles, pero siempre con la intención de mejorar las prestaciones de sus relojes: la actualización y mejora de los calibres y sus componentes o la introducción de “Chromalight”, “Cerachrom” y brazaletes sólidos, ahora con el nuevo sistema de cierre sistema “glidelock” para permitir ajuste de tamaño sin emplear herramientas, constituyen ejemplos muy claros de la filosofía de la marca.

Rolex, además, es el arquetipo de marca “in-house” o “manufactura”. Emplea un acero inoxidable único en sus relojes, mucho más difícil de trabajar, pero más resistente a la corrosión. Opera una fundición propia para elaborar el oro que utiliza y emplea un equipo de gemólogos para seleccionar y trabajar con piedras preciosas. Mantiene un centro de investigación dedicado y presta un gran esfuerzo poniendo a prueba sus relojes antes de que lleguen al cliente. Todo esto supone (según la marca) que la elaboración y comprobación de un reloj típico, antes de que llegue al mercado, requiere un año de tiempo.

Absolutamente todo lo que hace Rolex se resume en un esfuerzo por mejorar el funcionamiento de la rueda, no reinventarla, repitiendo mi mensaje en la introducción de esta entrada. No hay empresa que enfatice tanto este fenómeno en su proceso productivo. Con Rolex, no hay atajo que valga, resultando en esa prima de precio que tan frecuentemente parece incomprensible, pero que es absolutamente real dado que la paga el mercado y, como bien sabéis, no parece reducir la demanda.

Para acabar, debo reseñar que hay otros elementos que también distinguen a Rolex de otras marcas relojeras.

En primer lugar, conoce el mercado como nadie y demuestra una gran destreza en reprimir la oferta de sus relojes. Estoy convencido de que bajo una propiedad diferente (no de la Fundación Hans Wilsdorf) sería muy tentador producir y vender más relojes, sobre todo cuando la demanda actual es evidentemente muy superior a la oferta. Rolex, sin embargo, no considera esta posibilidad.

En segundo lugar, no podemos olvidar que sus habilidades en el campo del marketing de marca son incuestionablemente las mejores del mercado, como hemos ido viendo a lo largo de esta entrada.

Todos estos factores parecen asegurar que Rolex seguirá siendo la marca reina, haciendo honor a la corona que tiene por logotipo.

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