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Complicaciones: La Hora II

@aviation_watch

Esta entrada es la segunda de la serie dedicada a las maneras de presentar la hora en los relojes mecánicos. Se centra en la presentación retrógrada y la saltante, la que permite una representación “digital” de la hora.

En el tercer capítulo veremos las demás presentaciones, con ejemplos cada vez más sorprendentes, donde los relojeros han dado rienda suelta a su creatividad.

Retrógrada

La mayoría de los relojes muestran la hora mediante agujas que giran sobre un eje, incluidos los monoaguja que vimos en el capítulo anterior. Sin embargo, tiempo atrás, los relojeros dieron rienda suelta a su imaginación creando presentaciones alternativas.

Como antecedente a la marcación retrógrada, merece atención el formato “sol y luna” de finales del s. XVII, como el ejemplar que vemos a continuación y que inspiró al contemporáneo Mr. Jones Watches – Sun And Moon.

Aunque la hora en este reloj sigue presentándose a través de un disco que completa un giro cada 24 horas, es evidente que hace uso de un arco para mostrarla, un elemento que caracteriza la presentación retrógrada.

¿Pero qué es exactamente esta presentación retrógrada? En la misma, una aguja recorre un segmento de un círculo (un arco) y al completarlo regresa instantáneamente al punto de partida para hacerlo otra vez, y así sucesivamente. Esto nos ayuda a entender que se puede utilizar este tipo de presentación para indicar cualquier tipo de complicación que veamos en un reloj.

El afamado Abraham-Louis Breguet utilizó este tipo de mecanismo “retrógrado” a finales del siglo XVIII para mostrar funciones como los segundos, la fecha o la ecuación del tiempo. A modo de ejemplo, podéis ver a continuación el Breguet 20-148 “MONTRE PERPÉTUELLE” que fue entregado al Duque de Praslin en 1791, tal como certifica la entrada en el archivo de la marca. Cuenta con segundos retrógrados e indicador de temperatura, además de día y fecha, ser repetidor y contar con un calibre automático.

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Fuente:
https://www.sothebys.com/en/buy/auction/2020/49428ab4-0272-45a1-aaec-fd213e455ca6/breguet-a-rare-and-fine-gold-self-winding-minute

Otros relojeros de la época utilizaron la presentación retrógrada para mostrar las horas. Un buen ejemplo sería este reloj fechado circa 1820 de Daniel Piguet (1775-1841) y Philippe-Samuel Meylan (1772-1845).

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Fuente:
https://www.phillips.com/detail/piguet-meylan/CH080219/219

Diche esto, este tipo de presentación nunca llegó a popularizarse y tendió a caer en desuso. Pero, hay algunas excepciones notables que creo merecen la pena destacar.

De principios del s. XIX se conoce este ejemplar francés, un reloj repetidor combinado con autómata, cuyos brazos muestran la hora al presionar el pulsador en el colgante.

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Fuente: http://www.museums.gov.gg/Shaw-watches

Este tipo de presentación se repetiría en varios relojes fechados en torno al año 1930, todos destinados al mercado chino. Los produjeron importantes fabricantes como Vacheron Constantin, Verger Freres o Van Cleef & Arpels.

El principal motivo por el que dejó de usarse es que la implementación del mecanismo retrógrado no es fácil.

El principio mecánico en sí no es complejo, es meramente cuestión de crear una leva de caracol sobre la que se apoya un dedo con resorte, permitiendo transmitir la suficiente energía en el momento adecuado.

La leva de caracol da una vuelta alrededor de un eje central. La distancia hasta su borde aumenta constantemente alrededor de su circunferencia. Durante su giro (de un minuto, una hora, doce o veinticuatro horas, según el uso que le vaya a dar el relojero), el dedo unido a la aguja retrógrada se desplazará a lo largo de la superficie de la leva de caracol. Al final de su recorrido, coincidiendo con el periodo que queremos mostrar, el dedo llega a una hendidura y “cae” ayudado por la energía acumulada en un muelle, devolviendo así la aguja retrógrada a su posición inicial.

En la siguiente imagen podéis ver la típica leva de este tipo en el Breguet Tradition Automatique Seconde Rétrograde 7097, en este caso para mostrar segundos retrógrados.

Si bien el concepto es simple, que funcione bien en la práctica depende de muchas variables y tolerancias muy precisas de la leva, el trinquete de cremallera, el dedo y el resorte. Además, se debe tener en consideración que es una forma de mostrar la hora (u otro elemento) que consume energía intermitentemente del muelle real. Por último, el nivel de “instantaneidad” requerido y como asegurarse de que la aguja no bambolee al retroceder son otras consideraciones.

Dada esta “complejidad”, muy pocos perseveraron con esta presentación, aunque entre ellos estaba el genio George Daniels, el inventor del escape co-axial. En la siguiente imagen podéis ver uno de sus relojes de bolsillo con hora retrógrada de 1970.

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Fuente:
https://www.sothebys.com/en/auctions/ecatalogue/2017/george-daniels-20th-century-innovator-l17055/lot.78.html

A pesar de caer en el olvido, no debe sorprendernos que con el resurgir de la relojería mecánica a finales del s. XX ese tipo de presentación volvió a ponerse de moda, como un modo más de mostrar la virilidad horológica de las distintas marcas.

Como las manecillas retrógradas se prestan a mostrar todo tipo de indicaciones, esta versatilidad ha ido inspirando una ola de relojes “bi-retrógrados” y “tri-retrógrados”, u otros que combinan alguna aguja retrógrada con indicaciones de salto, las que veremos en más detalle en el siguiente apartado.

Veamos algunos ejemplos. Empezaré con los de “alta gama” para luego presentaros algunos ejemplos más asequibles, e incluso alguna baratija.

Empecemos con Breguet, cuya colección Tradition rinde homenaje a la memoria del famoso relojero e incluye numerosas referencias que hacen uso de la presentación retrógrada.

Otra marca con una oferta significativa de relojes retrógrados es la de Bvlgari, en gran medida por su asociación con Gerald Genta desde el año 2000. Este último lanzó el Arena original en 1969.

Fuente: https://www.bulgari.com/es-es/collection/gerald-genta-watch.html

El reciente Arena Bi-Retro en platino de Bvlgari (Gerald Genta) conmemoró el 50º aniversario del reloj original. Cuenta con horas saltantes a las 12 h, minutos retrógrados en la parte superior de la esfera y un fechador retrógrado en la inferior. Además, Bvlgari ha ofrecido en el pasado relojes retrógrados de su línea Octo.

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Fuente: https://www.bulgari.com/es-es/103191.html

Entre los fabricantes de la “Holy Tinity”, tanto Patek Philippe como Vacheron Constantin incluyen relojes retrógrados en sus colecciones, tal como se aprecia a continuación. Ambos ejemplos hacen uso de la presentación retrógrada para mostrar la fecha. El Patrimony de Vacheron añade el formato retrogrado para mostrar el día d ela semana.

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Fuentes:
https://www.patek.com/es/coleccion/grandes-complicaciones/5160-500G-001
https://www.vacheron-constantin.com/es/relojes/patrimony/patrimony-fecha-dia-retrogrados-4000u-000r-b516.html

Otro extraordinario ejemplo de la presentación retrógrada es la que se vio en el Ulysse Nardin Grand Deck Marine Tourbillon. Los minutos retrógrados centran la atención en este reloj, con permiso de sus horas saltantes y el tourbillon… Si bien utiliza los mismos principios que otros relojes con presentación retrógrada, la ejecuta de una manera que es totalmente visible en el mismo dial. La minutera en este reloj de temática náutica representa la botavara de una vela mayor que es desplazada por un sistema de cables a la vista.

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Fuente:
https://www.watchtime.com/featured/faces-of-time-8-watches-with-unusual-time-displays/

El alambre de retorno lleva resorte, saltando en el momento adecuado. En el otro extermo, el carrete del alambre de tracción está engranado con el tren motor del calibre. Al completarse los 60 minutos, el carrete se suelta y la minutera retorna a su punto de origen. La velocidad de retorno es relativamente lenta y su ritmo se controla mediante un regulador centrífugo visible desde la parte trasera del movimiento.

Para los mortales, Longines o Maurice Lacroix ofrecen relojes de este tipo en la gama medio-alta. Y entre las marcas que producen relojes “asequibles” podríamos incluir el Orient Star Retrograde con día retrógrado o relojes ofrecidos desde China, como el Seagull Mechanical Flywheel Double Retrograde. Podéis ver todos estos relojes en el siguiente carrusel de imágenes.

Antes de finalizar este apartado creo que merece una mención aparte la micro marca francesa Reservoir, que al igual que MeisterSinger con los relojes monoaguja, se ha labrado un hueco en el mercado ofreciendo una colección de relojes que combinan minutos retrógrados y horas saltantes, de las que hablaremos a continuación.

Saltante

Como hemos ido viendo, los relojeros fueron introduciendo con el tiempo nuevas maneras de presentar la hora.

Una de las más interesantes, en mi opinión, es la representación digital de la misma. No me refiero a las pantallas LCD que aparecieron a partir de los años 70, ni a las OLED que dominan el segmento de los smartwatches en la actualidad, sino al uso en los relojes de pulsera mecánicos de discos con números arábigos en vez de las habituales agujas que recorren la esfera. Estos discos pueden girar (“wandering hours” u horas errantes) o saltar. Es esto último lo que verdaderamente nos interesa en este segmento.

A modo de antecedente, debemos tener en consideración que la representación digital del tiempo se remonta a las velas o lámparas de aceite: su ritmo de combustión permitía determinar (aproximadamente) el paso del tiempo en horas, medidas en relación a una escala calibrada para tal propósito.

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Fuente: Dominio público.

También merece mención especial el famoso reloj monumental de cinco minutos de la Sepmer Opera de Dresden, un importante precedente horológico para entender esta forma de presentar la hora.

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Fuente: https://journal.hautehorlogerie.org/en/25-years-of-the-lange-1/

Más allá de su valor histórico, lo más significativo de este reloj, en mi opinión, es que demuestra que leer grandes números en negrita en penumbra es mucho más fácil que tratar de encontrar un par de finas agujas en la esfera de un reloj.

Inaugurado junto a la “Semperoper” en 1841, fue una creación de Johann Christian Friedrich Gutkaes. Su empleado y futuro nuero, Ferdinand Adolph Lange, también participó en su construcción.

El reloj, junto con el edificio, fueron destruidos en dos ocasiones. En 1869, sucumbió tras un aparatoso incendio. El famoso reloj lo reconstruyó Ludwig Teubner, un aprendiz de Gutkaes. Ya en el siglo pasado, fue totalmente destruido de nuevo durante el bombardeo aliado, casi al final de la Segunda Guerra Mundial. Por fortuna, la “Semperoper” se reconstruyó a partir de 1979 y un nuevo reloj de cinco minutos, fiel al original, fue instalado en 1985.

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Fuente: https://www.alange-soehne.com/en/the-five-minute-clock-its-180-year-history

La participación de Ferdinand Adolph Lange en la construcción de este reloj, junto con el linaje de la familia Lange (Walter Lange, el que refundó A. Lange & Söhne a partir de 1990, era el biznieto de Ferdinand Adolph Lange y tataranieto de Gutkaes), son conmemorados por la marca germana con su fecha panorámica tan característica.

Curiosamente, las horas saltantes llegaron a los relojes “comunes” a principios del s. XIX, es decir bastante antes que el reloj de la Semper Opera que acabamos de examinar.

Se conocen ejemplares que produjo el relojero francés Blondeau, circa 1830. Todas las fuentes consultadas citan que fue el relojero de Louis Philippe de Orleans, el rey de Francia. Pero, sorprende el escaso material que se puede encontrar acerca de este personaje y sus relojes, dado que a priori, son de una gran importancia. También es notable el escaso valor (relativamente hablando) que tienen estos relojes, teniendo en cuenta su pedigrí, hecho que podemos apreciar de los resultados de alguna subasta a la que he podido acceder.

Mas o menos de la misma época (1840) también tenemos un ejemplar de Vacheron Constantin con horas saltantes.

Pasarían unos 40 años hasta que las horas saltantes volviesen a centrar la atención de relojeros y sus consumidores, una “hibernación” que veremos repetidamente en este apartado y que sin duda caracteriza su uso…

En 1883, el joven austriaco Josef Pallweber patentó una nueva forma de presentar la hora, en concreto un mecanismo para hacer saltar los dígitos que indicaban tanto las horas como los minutos. Este invento atrajo de inmediato el interés de IWC, que se aseguró una licencia para adaptar la patente a sus calibres para relojes de bolsillo. A su vez, IWC compartió esta licencia con Cortébert, que la usaría para relojes destinados a los mercados francés y belga.

IWC produjo este tipo de relojes hasta 1896. Según esta fuente, vendió unas 16.500 unidades en ese periodo. La propia marca relata que otros siguieron fabricando este tipo de relojes, quizás hasta la segunda década del s. XX. A partir de entonces, el uso de las horas saltantes tendió a caer en desuso, aunque hubo dos claras excepciones.

La primera abarca el periodo Art Deco durante las décadas de 1920 y 1930. El Art Deco lo podemos asociar con el lujo, el glamour y seguramente la exuberancia, por lo menos en términos culturales, pero también se caracterizó por una gran creatividad a artística y tecnológica, e importantes avances en temas sociales.

Mi investigación apunta a que Cortébert, la que ya había usado el invento de Pallweber en relojes de bolsillo, fue la primera marca en introducir un reloj de pulsera con presentación “digital”, circa 1920. Hay imágenes detalladísimas en el foro watchuseek de un excelente ejemplar.

Muy pronto, marcas prestigiosas como Cartier desarrollaron relojes de pulsera con horas saltantes. Los “Tank à Guichets” fueron popularizados por personajes famosos como Gary Cooper o Duke Ellington, a los que podríamos considerar entre los primeros “influencers” en el mundo de los relojes. Las imágenes de estos dos personajes con sus Cartier Tank de horas saltantes en la muñeca, se repiten por la web.

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Fuente: Dominio público.

En el siguiente carrusel de imágenes podemos ver en detalle un ejemplar de esta tipología, de 1931, que fue subastado en el año 2017.

Es un reloj que Cartier reeditó en 1997. A continuación, podéis ver un ejemplar del “Tank à Guichets” contempráneo.

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Fuente: https://catalog.antiquorum.swiss/en/lots/cartier-lot-47-18

También se conocen ejemplares de Patek Philippe de la época, entre los que destaca el modelo de 1927 que podéis ver a continuación, reeditado en el 1989 para conmemorar el 150º aniversario de la maison.

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Fuentes:
https://collectability.com/education/patek-philippe-in-depth-jump-hour-wristwatches/
https://www.christies.com/lot/lot-patek-philippe-ref-3969p-jumping-hourplatinum-manually-wound-5394300/?

Y de Audemars Piguet…

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Fuente: Dominio público.

Rolex también se unió a la tendencia, presentando un reloj con horas saltantes: el Rolex Prince cronómetro. El ejemplar que veis a continuación es de 1930.

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Fuente:
https://www.watchcollecting.com/for-sale/1930-rolex-prince-jump-hour-chronometer

Luego llegaron relojes de este tipo de muchas otras marcas suizas (como Omega, Mido, Cyma, Tissot, etc.) y de productores industriales americanos, como Bulova o Benrus.

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Fuentes:
https://www.midowatches.com/uk/mido-universe-collectors/mido-jumping-hours.html
Dominio público.

De hecho, estos diseños se popularizaron muchísimo, quizás en exceso, llegándose a vender como “herramientas” por su “iron mask” (la máscara de hierro que “protegía” la esfera). Este fenómeno llama bastante la atención ya que la estética original de estos relojes era más bien elegante.

Esta nueva generación de relojes con horas saltantes era asequible. Muchos de ellos (aunque no todos) contaban con discos rotativos que mostraban lo que se conoce como “wandering hours”, que viene a significar horas errantes que aparecían y desaparecían en las aberturas en la esfera. Obviamente, no eran lo mismo que los relojes con horas saltantes y como en el resto de la historia de este tipo de presentación de la hora, pronto pasaría de moda.

El siguiente momento álgido de este tipo de presentación llegó en los años 70. ¿Quién entre vosotros no conoce los curiosos modelos de este periodo con coloridas esferas y atrevidos formatos? Retraigámonos al periodo viendo algunos ejemplares…

Casi todos ellos combinaban discos rotativos para mostrar los minutos con horas saltantes. Algunos añadían segundero, pero por lo general no era el caso. Esta configuración era muy económica, permitiendo que estos relojes se vendieran a millares y a precios asequibles. Muchos de los mismos no mostraban los segundos, por lo que usaban ébauches económicos y no importaba en exceso, ya que era muy difícil determinar la precisión del reloj sin la aguja de los segundos.

Pero esta “moda” tampoco duró mucho, en este caso porque la mayoría de los fabricantes de estos curiosos relojes se desvanecieron con la crisis del cuarzo.

A partir de ese momento, la presentación de las horas saltantes desapareció del mapa. O eso parecía… Con el resurgir de la relojería mecánica a finales del siglo pasado, volvió con fuerza, esta vez de la mano de fabricantes independientes dispuestos a demostrar su proeza horológica. ¿De quién hablamos? Pues de relojeros como Daniel Roth, Vianney Halter, MB&F, DeBethune o François-Paul Journe.

¿Por qué estos?

La respuesta es bien sencilla: las horas saltantes pueden tener la apariencia de ser una presentación simple, pero su ejecución es complicada. Bajo la superficie, la clave es controlar la liberación repentina de una gran cantidad de energía sin que los componentes salgan volando. Además, los discos que muestran los dígitos son de un tamaño considerable, desde luego en comparación con las finas agujas de los relojes tradicionales. Por ello, los movimientos que los impulsan deben ofrecer un par motor considerable para poder desplazar los engranajes de una muesca a la siguiente, requiriendo muelles reales de grandes dimensiones, o dos de ellos.

Además, su estética es llamativa, incluso podríamos añadir que polarizante. Aunque este factor hacía que las grandes marcas ignorasen este tipo de presentación, para las incipientes era una gran manera de darse a conocer.

Veamos algunas de las creaciones de estos maestros…

De Daniel Roth hay que destacar su Papillon, creado en 1999 para celebrar el 10º aniversario de la marca homónima. Es un reloj que combinaba horas saltantes con una minutera retrógrada. La marca sería adquirida por Bvlgari en el año 2000. A continuación, podéis ver el Bvlgari Papillon Voyageur lanzado en el 2014. Comparado con el Papillon original, añadía segundos retrógrados y una pequeña aguja central para indicar un segundo huso horario (o 24 horas).

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Fuente:
https://www.hautehorlogerie.org/en/watches-and-culture/encyclopaedia/watches/watch/papillon-voyageur/

Del “laboratorio” de MB&F imagino que os sonaran algunas de sus creaciones totalmente únicas, entre las que para este apartado merece especial mención la versión 10º aniversario del Horological Machine, con horas saltantes bidireccionales. Como curiosidad, los discos con los dígitos disponen de mini depósitos para mantenerlos lubricados. Los mismos se rellenan cada vez que se le hace un servicio al reloj. La hora se visualiza desde el lateral del reloj a través de un sistema óptico. ¡Ver para creer!

Por último, F. P. Journe es el creador de la colección Vagabondage. Incluye tres relojes producidos entre el 2004 y el 2019 en cantidades muy limitadas y nunca “vendidos” al público, sino suministrados a los clientes aventajados de la marca. El Vagabondage I incluía horas saltantes sobre un disco de minutos rotativo, Las horas se desacoplan una vez cada hora para saltar a la siguiente. Se trata de una implementación de esta presentación totalmente única y nunca repetida. El Vagabonde II es algo más tradicional, con horas y minutos saltantes y un pequeño segundero, aunque con una estética definitivamente rompedora. Por último, en el Vagabonde III se incluye un disco saltante para mostrar la hora, una aguja minutera saltante y una complicación de segundos muertos mostrados “digitalmente” a través de dos discos saltantes. Son relojes que os deberían dejar boquiabiertos.

Hoy en día, las horas saltantes son bastante populares.

Las grandes marcas ya utilizan esta presentación, siendo quizás el icónico Zeitwerk de A. Lange & Söhne el mejor ejemplo de ello.

Para impulsar tanto las horas como los minutos saltantes en el Zeitwerk, Lange no sólo tuvo que engrosar el muelle real, sino que lo invirtió y luego lo suspendió. Traduciendo: el muelle real se enrolla por su extremo interior y se desenrolla por el exterior, por lo que es capaz de transmitir un par motor mucho más alto de lo normal.

Otras casas de alta horología también han apostado por este tipo de presentación, como Chanel en la colección Monsieur de Chanel o Ulysse Nardin con su Marine Grand Deck Tourbillon.

Pero también encontramos horas saltantes más allá de la “haute horlogerie”, pues este tipo de presentación aporta un toque diferenciador y es perfectamente factible hoy en día adaptar calibres comunes (leáse los de de ETA o Sellita) para presentar la hora de este modo.

De ahí que marcas como MeisterSinger las hayan añadido a algunos de sus relojes monoaguja, convirtiéndolos en la práctica en una especie de “regulateur” en el que domina la aguja minutera, o que Reservoir haga un uso extenso en su colección de las horas saltantes en combinación con los minutos retrógrados, como veíamos más arriba. Otras marcas enfocadas en relojes asequibles también las han adoptado, como Christopher Ward en su C1 Grand Malvern Jumping Hour Watch.

Hasta vemos el formato en algunos relojes de cuarzo, como los de colección Grip de Gucci, una línea de relojes desenfadada impulsada por calibres fabricados por Ronda. Aunque nos hemos ceñido a los relojes mecánicos en toda esta serie sobre COMPLICACIONES, creo que merece la pena ver estas piezas para añadir contexto a este tipo de presentación de la hora.

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Fuente:
https://www.watchpro.com/gucci-gets-that-seventies-feeling-with-its-unisex-grip-collection/

Conclusión

Hasta aquí llega este segundo capítulo de la serie que cubre las distintas maneras de mostrar la hora en los relojes mecánicos.

Hasta ahora hemos visto los formatos más sencillos, es decir aquellos en los que las agujas (da igual el número de ellas) completan revoluciones para indicar la hora, la presentación retrógrada, que sigue haciendo uso de agujas, aunque sólo recorren un arco en la esfera, y la presentación saltante, que permite una representación digital de la hora en los relojes mecánicos.

En el tercer capítulo os enseñare relojes de ensueño diseñados por relojeros que han dado rienda suelta a su creatividad para mostrar la hora.

No tardará en salir.

3 comentarios en «Complicaciones: La Hora II»

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