@munich_watch_lover
Ya tengo el placer de disfrutar de un Omega Aqua Terra de 41 mm, la versión Golf Edition. Pero los nuevos Aqua Terra de 38 mm de “tonos tierra” presentados por la marca de Biel/Bienne durante los Omega Days me marcaron mucho. ¡Estoy ansioso de que lleguen a las boutiques de la marca!
Nota del editor:
Esta entrada es una adaptación de contenido publicado por primera vez el 19/6/2022 en Instagram.
La versión “terracota”, que es conocida como “Red” o roja en inglés, me dejó atónito. Veámoslo…
Es una de las cinco variaciones cromáticas de este nuevo modelo, que pretenden celebrar la “transición del océano a la tierra”. Sus esferas acabadas con un cepillado radial se ofrecen en las siguientes tonalidades: azul atlántico, verde bahía, arenisca, azafrán y terracota.
Fuente:
https://www.omegawatches.com/es/omegadays/seamaster-aqua-terra
Durante el evento de los Omega Days tuve la oportunidad de probarme tanto esta versión como la “azafrán”. Esta última, en vivo, es sorprendentemente amarilla, tal como indica su denominación “Yellow” en inglés. Este es el que prefiere mi mujer… Hay debate en casa.
Antes de adentrarme en el reloj y sus características, merece la pena recordar un poco de la historia del Omega Seamaster, aunque en gran medida ya la cubrí en la entrada del Golf Edition.
Herencia Diver
En 1932, Omega presentó el primer “reloj de buceo” jamás producido, conocido como el “Marine“. Usaba una ingeniosa caja doble patentada, que estaba sellada con corcho para mantener el agua y los elementos alejados del calibre. Utilizaba una importante innovación adicional, un cierre ajustable con una extensión de buceo incorporada, lo que viene a ser una especie de “Glide Lock” vintage.
Fuente:
https://www.omegawatches.com/chronicle/1932-wet-and-dry-precision
Se probó con éxito en el lago de Ginebra, no lejos de la sede de Omega, a una profundidad de 73 metros. Cinco años más tarde se llevaron a cabo pruebas de laboratorio aun más estrictas y se comprobó que era hermético hasta los 135 m de profundidad, una cifra que no se superaría hasta casi 25 años más tarde.
La historia del Omega Seamaster en sí se remonta a 1948, cuando debutó coincidiendo con la celebración del 100º aniversario de Omega.
Nacido casi por necesidad, se basó en los diseños de relojes militares que Omega suministró a las Fuerzas Aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Los Omega no sólo fueron de dotación en la aviación, sino también equiparon a miembros de la marina y de la infantería. Por tanto, prestaron servicio en tierra, mar y aire, cumpliendo perfectamente su cometido en las muñecas de soldados, marinos y pilotos.
Una vez citado el bélico origen de nuestro protagonista, también debo mencionar que en el 2018 Omega lanzó unas reediciones del primer Seamaster, conmemorando su 70º aniversario, muy fieles al original salvo en el tamaño, aumentando su diámetro desde los 38 mm hasta los 41 mm.
Curiosamente la versión original se parecía bien poco a lo que entendemos hoy en día como un “reloj de buceo”. Su diseño se caracterizaba por unas asas cortas y fornidas, un perfil delgado y se anunciaba como un reloj “hecho para una vida de acción”. De todos modos, ofrecía una resistencia al agua incomparable con la de otras marcas de la época y lo impulsaba un movimiento mecánico preciso, a prueba de golpes y antimagnético.
Uno de los componentes fundamentales que aportaba la resistencia al agua fue el uso de juntas tóricas de goma para mantener la estanqueidad, inspirándose en conceptos utilizados en la fabricación de submarinos durante la Segunda Guerra Mundial.
Esta característica se mejoró aun más nueve años después con el lanzamiento del primer reloj de buceo profesional de Omega, el Seamaster 300. Lanzado como parte de la trilogía de Speedmaster, Seamaster y Railmaster, estaba pensado expresamente para los buceadores profesionales.
Sobre el Seamaster 300 contáis con dos artículos previos en este sitio web. El primero de @admin (Miquel) cubrió la reedición de este reloj, conocido como el Omega Seamaster 300 Master Co-Axial. En el segundo artículo, de mi propia autoría, examino la segunda generación del Seamaster de 1962, la que verdaderamente alcanzó una resistencia al agua de 300 m.
Este sí ya fue el comienzo del Seamaster como lo conocemos hoy en día: una colección de relojes de buceo profesional, llevados a grandes profundidades con un rendimiento excepcional y utilizados incluso por el famoso Jacques Cousteau durante sus inmersiones experimentales en la década de los 60.
A lo largo de los años 70 y 80, Omega continuó lanzando una variedad de relojes bajo el nombre Seamaster, incluidos varios emblemáticos cronógrafos como el “Big Blue” o el “Jedi“ y el “Plongeur Professional”, también conocido como “Ploprof“, capaz de realizar hazañas de buceo aun mayores que el Seamaster ordinario.
Pero el círculo posiblemente se cerró en el 2003 con el lanzamiento del Seamaster Aqua Terra, una versión de la serie Seamaster para afrontar condiciones extremas, pero que a la vez es lo suficientemente refinada y elegante como para elevarla por encima de un simple reloj “herramienta”. La línea Aqua terra también representó un avance técnico con la incorporación de un movimiento Co-Axial, creado para resistir 15.000 gauss de campo magnético junto con una precisión incomparable.
Dos años más tarde saldría la colección Planet Ocean, con la que la marca volvió a apostar fuerte por los divers profesionales, la colección Seamaster Aqua Terra me parece especialmente singular porque encarna el espíritu del Seamaster original de 1948, siendo una serie diseñada para poder llevarse tanto sobre la cubierta de un elegante queche con una copa de pinot blanc en la mano, como bajo el agua.
Aqua Terra 38 mm
En general, la línea Seamaster Aqua Terra representa un magnífico tributo al valioso legado marítimo de Omega.
La marca ya renovó su oferta del Aqua Terra el año pasado, introduciendo 10 variaciones de 38 mm. La novedad ahora son principalmente las esferas y el nuevo brazalete de estas referencias.
Más allá de los diales “tonos tierra”, los nuevos modelos de 38 mm de diámetro se presentan en cajas de acero noble 316L totalmente pulidas, con una forma simétrica y una corona desprotegida. Su fondo de exhibición presenta un borde con un patrón de olas. Por último, del nuevo brazalete (que comentaré más abajo) destacan sus eslabones más redondeados.
Estas nuevas versiones cuentan con un grosor de 12,3 mm y una longitud (“lug-to-lug”) de 45,1 mm. Entre asas vemos 19 mm. Para poner las dimensiones en contexto, las versiones de 41 mm tienen un grosor de 13,2 mm, un largo (“lug-to-lug”) de 47,5 mm y 20 mm entre asas. En resumen, conservan la forma del Aqua Terra de 41 mm pero en un formato más pequeño, posiblemente también más actual dada la tendencia hacia relojes algo más pequeños.
Las esferas están realizadas en latón lacado y presentan un cepillado radial (o solar) desde el centro. Su ejecución es impresionante.
Vemos una ventana de fecha con una forma ligeramente trapezoidal a las 6 h. Es una simple abertura que quizás debería estar enmarcada, como curiosamente se hace en las también nuevas versiones del Aqua Terra de 34 mm.
Los marcadores y las agujas tienen un acabado rodiado y están pulidas con diamante. Llevan Super-LumiNova blanca que resplandece de color azul. El logo aplicado y el nombre de marca a las 12 h cuentan con el mismo acabado que los marcadores y las agujas.
Rodeando los marcadores hay una pista de minutos con números arábigos impresos cada cinco minutos.
Corona la esfera un cristal de zafiro convexo, resistente al rayado y con tratamiento antirreflejos en ambas caras.
Omega hace hincapié en el brazalete rediseñado para esta serie de relojes. Destacan sus eslabones elegantemente redondeados, que aportan un nuevo aspecto dentro de la colección Aqua Terra. Los eslabones externos están cepillados, mientras que los centrales comparten el acabado pulido de la caja. El brazalete se estrecha desde los 19 mm en el encuentro con el reloj hasta los 16 mm en el cierre tipo mariposa. Aunque no tuve la oportunidad de probarme estos relojes con el brazalete ajustado durante los Omega Days, la forma en la que se asienta sobre la muñeca es maravillosa.
Estas versiones están impulsadas por el calibre manufactura 8800, un movimiento automático de carga bidireccional con escape Co-Axial.
Este calibre grado “Master Chronometer” está certificado por el METAS (el Swiss Federal Institute of Metrology), oscila a 25.200 vph (3,5 Hz), cuenta con 35 rubíes y ofrece una reserva de marcha de 55 h. Lleva espiral de silicio y es altamente resistente a los campos magnéticos (hasta de 15.000 gauss). El acabado del calibre es rodiado y está decorado con Côtes de Genève en arabesco.
Estas cinco versiones se ofrecerán por un PVP de €6.400. Según el sitio web de la marca, estarán disponibles en breve en los puntos de venta de la marca, incluidas sus propias boutiques.
Es un reloj que me ha impresionado mucho. Más allá de sus grandes características técnicas y prestaciones, salta a la vista que será un reloj duradero y muy versátil, que podría llevar mucho y en numerosas situaciones. De ahí que esté tan tentado de adquirir uno. Pero ¿cuál será el elegido? Veremos…