@peteflay
Pues sí, tal como se puede intuir por el título de este artículo, en esta ocasión voy a hablar del reloj que llevé el día de mi boda y que fue un regalo de mi mujer. Se trata del SEIKO Presage Cocktail Time Blue Moon (referencia SRPB41J1), cuyo PVP actual es de €440.
Antes de nada, debo comentar que este reloj no fue la primera opción que contemplamos (el reloj lo elegimos entre mi futura mujer y yo) sino que en principio el elegido fue un Hamilton Jazzmaster Seaview de color negro. Era un reloj que me gustaba mucho en base a fotos, pero una vez lo recibimos, visto en vivo, me dejó bastante frío por lo que lo devolvimos (quizás la versión en azul me hubiese satisfecho más, pero sólo estaba disponible en cuarzo).
Así que nos pusimos a buscar otro reloj para el evento y dimos con este Presage Blue Moon, un reloj de un precio significativamente inferior al Hamilton pero que a ambos nos gustaba muchísimo más, así que esa fue la opción final.
Sobre SEIKO poco se puede decir que cualquier aficionado a la relojería no conozca ya.
Es una de las marcas más antiguas (fundada en 1881), prestigiosas y de las que tiene más hitos conseguidos en la relojería moderna.
SEIKO fue la primera marca en vender un reloj de cuarzo de pulsera en 1969, el Astron, lo que de rebote provocó la tan conocida “crisis del cuarzo” que se llevó por delante a más de media industria relojera suiza en la década de los 70. Además, ese mismo año, SEIKO lanzó el primer reloj cronógrafo automático del mundo, aunque la fama se la llevó El Primero de Zenith. Cosas del marketing… Otro “invento” poco conocido de SEIKO es la clásica correa de caucho para relojes de buceo en forma de acordeón.
Estas tres invenciones son sólo una pincelada de todas las aportaciones que ha hecho SEIKO al mundo de la relojería, lo cual da una idea de la historia de la marca y también que estamos hablando de una de las casas relojeras más importantes del sector.
A partir de los años 70, SEIKO se centró en la producción de relojes de cuarzo, mejorando la tecnología y abaratando los costes de producción con el tiempo. Además, SEIKO “democratizó” la tecnología del cuarzo, ofreciendo a terceros la patente de su tecnología. Unido a la filosofía de la marca de fabricar relojes asequibles para todo el mundo, a finales de los años 80 la marca era conocida como productor de relojes “baratos”, junto a los otros dos grandes constructores nipones: Casio y Citizen.
Es una fama que se buscó, como atestigua la siguiente estampa publicitaria.
Este posicionamiento de mercado ha ido cambiando con el tiempo, impulsado por una renovada dirección estratégica de SEIKO, sin duda en respuesta a los propios cambios en el sector, principalmente el creciente interés por la relojería mecánica que se ha ido observando desde los años 90. Poco a poco, SEIKO se ha ido quitando de encima esa imagen de “marca barata” y está consiguiendo el reconocimiento que merecen sus contribuciones a la relojería.
Esta nueva dirección estratégica ha entrañado una mejora de la calidad y de todo lo que ofrecen sus productos, aunque este fenómeno inevitablemente ha venido acompañado de un notable aumento en sus precios. El paralelismo entre estas dos tendencias es lógico. Además, por lo general, sigue siendo una marca muy accesible para el gran público y con una de las mejores relaciones calidad/precio que se pueden encontrar en el mercado.
Por último, SEIKO ofrece el valor añadido de ser una de las poquísimas marcas del mercado (si no la única) que es una manufactura al cien por cien, sin depender de proveedores externos para absolutamente nada.
Sobre el reloj que nos ocupa, tiene su origen en un reloj de SEIKO llamado Cocktail Time, con la referencia SARB065. Era exclusivo al mercado japonés y se descatalogó en 2016 cuando se lanzó la nueva colección Presage Cocktail Time.
Este primer SARB065 era un clásico reloj de vestir, muy elegante y formal, con una caja de 40 mm totalmente pulida, índices aplicados facetados en forma de lágrima, agujas de tipo Dauphine igualmente facetadas y una espectacular esfera de color blanco nacarado con un patrón estriado que recuerda a los origamis japoneses. Equipaba un cristal de Hardlex abombado, dándolo un efecto espectacular a la esfera y las agujas.
Lo acompañaba una gruesa correa acolchada de piel de color negro y un cierre de mariposa con el logo de la marca grabado. Equipaba el conocido calibre 6R15, un movimiento de la gama media de SEIKO, que late a 21.600 alternancias (3 Hz), con posibilidad de carga manual, parada de segundero, 23 rubíes y una reserva de marcha de 50 horas, que se podía ver a través del fondo transparente. Su precio rondaba los €600/700 cuando seguía en catálogo.
En el 2016, SEIKO decidió descatalogar este reloj, refundiéndolo en la colección Presage, una serie de relojes de corte clásico que era exclusiva al mercado japonés hasta ese momento. Dio como fruto la línea Presage Cocktail Time, unos relojes muy similares al Cocktail original, pero con algunas diferencias importantes y con esferas que tomaba inspiración de algunos de los cócteles más famosos del mundo.
Así pues, tenemos el Manhattan, el Mockingbird, el Negroni, el Old Fashioned, el Frozen Margarita, el Blue Moon (objeto de este artículo), etc, etc.
Como he citado más arriba, estos nuevos Presage Cocktail Time son muy parecidos al Cocktail original, aunque con algunas diferencias importantes. Quizás la más destacada sea el cambio de calibre, pasando del 6R15 al 4R35. Este último no es un mal calibre y ofrece casi lo mismo que el 6R15, siendo meramente un poco más sencillo. SEIKO lo suele equipar desde hace un tiempo en sus relojes más económicos en sustitución de los venerables 7S.
Otra diferencia está en los acabados generales del reloj. El Cockatil SARB065 estaba acabado a un nivel digno de relojes de mayor precio, cosa de la que adolecen estos nuevos Presage Cocktail Time, si bien es cierto que el conjunto es muy correcto considerando los precios a los que se venden estos relojes. No me malinterpretéis, estos Presage Cocktail Time son estupendos relojes dentro de su gama de precios.
Desde el 2016, SEIKO ha ido añadiendo a la colección muchas otras referencias con distintas funciones y esferas y con una calidad y prestaciones muy similares al SARB065, quedando así estos primeros Presage Cocktail Time lanzados en 2016 como la gama básica de entrada a la colección.
Entrando ya a analizar el reloj en concreto, nos encontramos con una caja de 40 mm totalmente pulida y que está muy bien acabada, con un bisel fino que contribuye a dar la sensación de un mayor tamaño del reloj, aunque no se ve grande para nada.
Otras dimensiones importantes son su grosor de 11,8 mm, los 20 mm entre asas y la longitud (“lug-to-lug”) de 47,5 mm. Esta última medida lo hace muy versátil, permitiendo llevarlo muy bien en muñecas más pequeñas.
La corona es estriada, con la “S” de Seiko grabada en la parte plana. Es muy manejable, pero no es roscada. Dicho esto, el reloj ofrece una hermeticidad de 100 m.
El fondo es transparente, equipado con otro cristal Hardlex. Permite observar el movimiento a través de él. El calibre tiene el detalle de incluir un rotor de color dorado.
Pero donde destaca verdaderamente este reloj es en la esfera. Tiene un estriado radial y es de un color azul muy particular (inspirado en el cóctel Blue Moon). Por lo general es un azul que no destaca mucho y no es muy llamativo a primera vista; no es el clásico azul eléctrico que vemos en multitud de relojes azules, sino que es algo más discreto y apagado, pero la verdad es que es realmente bonito y original. Además, cuando le da de lleno la luz solar puede reflejar unas tonalidades azules muy particulares, a caballo entre el verde y el azul. Es una caja de sorpresas, la verdad sea dicha.
Como he mencionado anteriormente, el estriado de la esfera, inspirado en los origamis japoneses, contribuye a ese efecto y le da al reloj una personalidad y una prestancia en la muñeca que no se encuentra fácilmente en un reloj de ese rango de precio.
Los índices son aplicados, facetados y en forma de lágrima. El logo aplicado flota sobre la esfera (ver la imagen en el carrusel). Las agujas del tipo Dauphine son iguales que las del SARB065 original. A las 3 h podemos ver una pequeña ventana de fecha con un marco de color plateado. El anillo del fechador es discreto, con fondo negro y los números impresos en color blanco.
Acompaña al reloj un brazalete de acero con cinco filas de eslabones, combinando acabados pulidos y cepillados. Lleva terminales de chapa doblada y un cierre tipo mariposa. No me voy a molestar en describirlo con más detalle ya que a mi entender el brazalete desmerece el conjunto del reloj por su pésima calidad y acabados.
Debo decir que ahora mismo lo llevo adornado con una correa híbrida de Hirsch con piel en el exterior y con forro interior de caucho, a la que le puse una hebilla original de SEIKO (tal como se puede apreciar en la siguiente imagen). En mi opinión le va mucho mejor al reloj que su horrendo brazalete de dotación.
Además, en mi boda lo llevé con una correa de piel de cocodrilo negra que creo que le queda estupendamente y le da una mayor elegancia. En general, creo que este reloj queda mucho mejor con una buena correa de piel, ya sea marrón o negra, o de cocodrilo, que con su brazalete original.
En esta estampa lo podéis ver en mi muñeca el día de la boda.
Es un reloj muy cómodo de llevar, no destaca en cuanto a tamaño y queda perfecto en muñecas de todo tipo de tamaños. Aquí lo podéis ver en una muñeca de 17,5 cm, la del compañero @aviation_watch.
A modo de conclusión diré que es un reloj muy especial para mí, por lo que es y lo que significó y que lo guardo con mucho cariño. Si bien no me lo pongo mucho, ya que a mi modo de ver es quizás “demasiado” elegante como para llevarlo a diario, cuando me lo pongo lo disfruto muchísimo y espero hacerlo por mucho tiempo.
El cambio de correa quedó genial, le dio más versatilidad en el uso…en ambas muñecas se ve muy bien ?