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Patek Philippe Pocket Watch Nº 77491

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Si en la entrada anterior pudimos contemplar las creaciones de una de las mejores familias relojeras que la horología ha conocido, los Jürgensen, en esta intentaremos analizar en detalle un reloj de la que quizás sea, a día de hoy, la más prestigiosa marca relojera que se remonta más de 150 años atrás en el tiempo y que actualmente sigue trabajando; efectivamente, estamos hablando de Patek Philippe.

Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

¿Pero cómo ha llegado Patek Philippe a encumbrase en la cima de la horología? Pongámonos en antecedentes de manera concisa, retrocediendo en el tiempo hasta 1845.

Antoine Norbert de Patek (1812 – 1877) era un noble polaco que había participado en la insurrección polaca de 1830 contra Rusia y que se vio obligado a exiliarse. Tras un periplo por Francia, Antoine finalmente se había establecido en Ginebra (llegando a adquirir la nacionalidad suiza) y regentaba una marca relojera “Patek, Czapek & Cie” que había formado, circa 1839, junto a otro compatriota de origen checo: el maestro relojero François Czapek. Antoine se encargaba de las finanzas y las ventas de la empresa, mientras que Czapek organizaba el trabajo relojero en un taller con una docena de empleados que llegaban a finalizar unos 200 relojes al año.

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Antoine Norbert de Patek.
Fuente: https://static.patek.com/pdf/others/Patek_Philippe_Museum_Catalog_Preview_Volume_I.pdf

Desconozco las desavenencias que debieron surgir entre los dos socios, pero en 1845, Czapek decidió crear su propia empresa relojera “Czapek & Cie“, llegándose a convertir en el relojero personal de la corte imperial de Napoleón III.

Por otro lado, Antoine Norbert de Patek, que había adquirido un novedoso reloj fabricado por el joven y brillante relojero francés Jean Adrien Philippe, decidió ir a buscarlo a París y le propuso ocupar el puesto que había dejado vacante Czapek, en lo que iba a ser su nueva empresa “Patek & Cie”. Philippe, al principio se mostró receloso y dubitativo de abandonar París, pues había invertido mucho tiempo y dinero en intentar establecerse y dar a conocer su nuevo invento, pero sus problemas económicos ahora agravados por la pérdida de su principal cliente y apoyo financiero (Charles-Louis le Roy) propiciaron que aceptara la oferta de Antoine. ¿Quién era Adrien Philippe?

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Jean Adrien Philippe.
Fuente: https://static.patek.com/pdf/others/Patek_Philippe_Museum_Catalog_Preview_Volume_I.pdf

Jean Adrien Philippe (1815 – 1894) era hijo de un relojero del que adquirió la formación básica del oficio. Durante su juventud, estuvo en diferentes ciudades europeas aumentando sus conocimientos, pero finalmente se estableció en París. Allí empezó a fabricar movimientos, pero en 1842 focalizó todo su esfuerzo y recursos a desarrollar un reloj que se pudiese operar y cargar sin llave. Así, en el año 1844, vio sus esfuerzos parcialmente recompensados por el reconocimiento del gran público en la Exposición Industrial de Productos Franceses, llegando a ganar una medalla de bronce por la presentación de su reloj. Sin embargo y a pesar de la gran novedad que representaba su invento (aunque no fuese el primero en intentarlo), el éxito no fue el esperado pues había un gran escepticismo a que se llegase a producir comercialmente.

En la siguiente imagen podemos apreciar la patente francesa que Adrien formalizó en 1845, antes de emprender su aventura ginebrina.

Y aquí podemos ver uno de los relojes de Adrien Philippe, donde ya incorporaba su sistema de carga y ajuste a través de una corona (circa 1845).

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Fuente: https://static.patek.com/pdf/others/Patek_Philippe_Museum_Catalog_Preview_Volume_I.pdf

Al parecer, los principios en la nueva empresa fueron difíciles, pues Adrien Philippe tuvo que cambiar los hábitos de trabajo y producción de los trabajadores polacos. Patek accedió a incorporar a un nuevo socio polaco, Vincent Gostkowski, que inyectó capital para conseguir que los nuevos métodos de producción que proponía Adrien se hiciesen realidad. El estándar de calidad en los mecanismos, y por ende de los relojes, aumentó considerablemente y pronto llegaron a crearse un buen y respetado nombre. Nombre que cambió en 1851, cuando Patek incorporó a Adrien como socio preferente de la compañía, adoptando el hasta ahora conocido “Patek, Philippe et Cie”.

El despegue definitivo vino dado ese mismo año, cuando PP se presentó a la Exposición Internacional de Londres. No tengo constancia de que ganase algún premio, pero el que la Reina Victoria de Inglaterra adquiriere un reloj suyo y encargase otro para su marido, el Principe Albert, fue un golpe de efecto muy importante para la compañía.

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Reloj colgante de 13″ adquirido por la Reina Victoria.
No obstante, la tradición dice que fue un presente del Sr. Patek a la Reina.
Fuente: https://static.patek.com/pdf/others/Patek_Philippe_Museum_Catalog_Preview_Volume_I.pdf

Patek recibió elogios de los principales relojeros británicos por su trabajo y al parecer, el propio Dent se refirió al Sr. Patek con estas palabras: “Mr. Patek, you are the king of watchmakers.” Patek, que había adquirido la nacionalidad suiza, pudo viajar por todo Europa sin preocupaciones promocionando sus relojes, pero su próximo hito importante dio lugar en el nuevo continente. Efectivamente, los Estados Unidos de América se estaba convirtiendo en un mercado emergente muy importante, donde las nuevas fortunas deseaban ávidamente adquirir productos de lujo provenientes del viejo continente. Patek como buen comercial, conocía este hecho y decidió presentarse en la Exhibition of the Industry of All Nations de Nueva York en 1853. La travesía en barco fue muy dura y se alargó cuatro días más de lo debido a causa de las fuertes tormentas en el Atlántico. Además, no cesaron los infortunios en tierra, pues en su primera noche en Nueva York unos ladrones se llevaron todo lo valioso que encontraron en su baúl, incluido varios relojes. No obstante, a pesar de estas adversidades, el Sr. Patek se llevó una medalla de plata como galardón. Y quizás lo más importante es que supo cimentar una gran relación comercial con las joyerías más importantes del momento, como eran Tyffany o la futura The Cowell & Hubbard.

Demos ahora un pequeño salto en el tiempo para situarnos en 1885, que es la fecha aproximada de la fabricación de nuestro protagonista.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Como podemos apreciar en la imagen superior, el reloj fue vendido por la anteriormente citada Joyería “The Cowell & Hubbard” y lleva estampado su nombre tanto en el dial como en su movimiento. Por su número de serie, el reloj podría haberse construido circa 1885. The Cowell & Hubbard (de la que ya presentamos un reloj de la marca Illinois en nuestra categoría de relojes de bolsillo) era la joyería más antigua de Cleveland (fundándose en 1849) y llegó a poseer sucursales por todo el medio este del país. Una de sus tiendas fue considerada como de las más importantes del estado de Nueva York, llegando a tener más de 70 empleados.

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Fuente:
https://www.safonagastrocrono.club/illinois-grade-409-the-cowell-hubbard/

Como hemos visto, Patek, Philippe & Co (la marca de registro norteamericana) se posicionó firmemente en el mercado norteamericano de lujo, llegando a ganar varias medallas de oro en diferentes ferias del nuevo continente. Sus relojes comportaban cierto estatus social a sus poseedores, ya fuese por su nombre o por las características técnicas de sus movimientos (fueses estos simples o con complicaciones). Quizás la única competencia real que tenía PP en estos términos estaba representada por la compañía danesa-suiza de Jules Jürgensen.

Veamos ahora las características de su mecanismo.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Se trata del calibre 19″ con un conteo de 18/20 joyas. Sus puentes están bañados en oro y se presentan decorados con sutiles “Côtes de Genève”. Sus ruedas centrales están realizadas en oro de 9 quilates. El calibre viene firmado por la joyería que lo encargó y añade el nombre de la compañía en su vertiente norteamericana. Por todas sus características, podemos afirmar que nos encontramos ante un movimiento de alto grado. Una de las señas de identidad que suelen tener los relojes de PP es el uso de las ruedas del trinquete en forma de “dientes de lobo”. Estos “dientes de lobo” conforman un tipo de engranaje cicloidal y el objetivo es que los bordes de los dientes “rueden” entre sí en lugar de deslizarse y rasparse, como los habituales. Al parecer, Adrien Philippe los adoptó en sus mecanismos conocedor de este beneficio técnico. Algunas fuentes dicen que son obra suya, pero lo cierto es que su uso en mecánica se remonta siglos atrás y se tiene constancia de que el primer relojero que incorporó este tipo de engranajes en sus relojes fue el también francés Jean-Antoine Lépine, que los usó aproximadamente en 1771 en algunos de sus relojes repetidores.

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Reloj repetidor de Lépine (circa 1771).
Fuente: Dominio público.

No existe un consenso general sobre si su uso en la relojería aportaba un verdadero avance, especialmente considerando la dificultad técnica adicional que comportaba fabricarlos. A veces, se podían partir debido a la fuerza del muelle real y quizás esto propició que el mismo Adrien patentase un muelle real de fuerza constante. Dicho todo esto, lo que es innegable es la belleza estética que estos “dientes de lobo” aportan a cualquier calibre.

En la siguiente imagen podemos apreciarlos en más detalle.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Otra de las cosas que nos llama la atención al ver el calibre es el conjunto del escape. En él podemos ver que la rueda de escape es del tipo de cubo empotrado. Está situada por encima de la rueda del tren de segundos, una característica que sólo fue utilizada en relojes de alto grado. Su volante es bimetálico y termo-compensado con tornillos de oro. El áncora con contrapesos es del tipo “moustache”. En la entrada anterior, en la que examinamos los relojes de Jürgensen, ya vimos que en los calibres con volantes de grandes dimensiones era necesario equipar este tipo tan pesado de áncoras. En este caso, aunque el volante en sí no es especialmente grande, el áncora está sobredimensionada pero sólo hacia los lados, resolviendo así esta exigencia técnica.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Este tipo de áncora, en sus diferentes variantes, se utilizó en los relojes de Audemars o Jürgensen circa 1840. No sabría decir si este diseño en concreto fue un producto del ingenio de Adrien, pero sí que lo encontramos en relojes tempranos de su creación (circa 1855). Existe una patente sobre la misma de Gruen y muchas fuentes la atribuyen al gran relojero alemán Moritz Grossmann, pero lo cierto es que ambos ejemplos son posteriores al temprano uso que les dio Philippe en sus relojes.

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Fuente:
http://www.dietrichgruen.com/technology-1-1

Otro de los elementos destacados de este calibre, aunque deberíamos quitar el dial para poder verlo, es la incorporación de una potencia (con una característica forma triangular) donde se alojaba la joya sobre la que pivotaba el eje del volante. El uso de una potencia no era algo demasiado habitual y por lo general se extendió a finales de siglo. En muchos casos, esta particular potencia corresponde a una especie de “seña de identidad” de los calibres de PP, aunque también es cierto que otros fabricantes la utilizaron.

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La flecha señala la potencia con la forma característica utilizada en los calibres de Adrien Philippe.
Fuente: https://static.patek.com/pdf/others/Patek_Philippe_Museum_Catalog_Preview_Volume_II.pdf

El reloj incorpora en este caso una variante del regulador micrométrico de Wilmot. Este tipo de regulador fue supuestamente patentado por PP en el año 1881, aunque no he encontrado constancia gráfica de tal hecho. Se incorporaba a los calibres calificados por la compañía como de 1ª calidad. No debemos olvidar que Patek Philippe (como el resto de las compañías) clasificaba sus relojes según la calidad de su fabricación, componentes y ajustes, y que por supuesto tenía a disposición del cliente calibres más económicos o de lo que hoy llamaríamos de “entrada”. Aun así, siempre existía un mínimo en los estándares de fabricación. Algunos de estos calibres de “entrada” los fabricaba por encargo uno de los mejores productores de ébauches del momento (LeCoultre), para después finalizarlos Patek Philippe en su fábrica. Esta forma de producir relojes, tan arraigada en la relojería suiza de la segunda mitad del s. XIX, adquirió una relevancia para PP muy importante a principios del s. XX, debido a la gran demanda de sus productos.

La propia Patek denominó a esta línea de relojes “Agatón”, del que podemos ver un bonito ejemplar en la siguiente imagen.

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Fuente: Dominio público.

Y para ilustrar la diferencia de calidades en los calibres, en la siguiente estampa podéis ver un grado “Extra” que vendría con certificación cronómetro del Observatorio de Ginebra.

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Fuente:
https://www.bogoff.com/pocket/6451.html

¿Se trata de un ébauche el calibre de nuestro reloj? Hasta donde yo sé, no podría afirmar con una total certeza si este calibre fue un diseño “puro” de Adrien Philippe o se basó en otro reloj ya existente. He rastreado en el catálogo del museo relojes de PP que utilizaron este calibre ya en 1867. La propia compañía lo nombra como “Patek Philippe ébauche” y esto tiene sentido, ya que en esta época Adrien modificó y mejoró su patente de remontoir y es muy probable que también crease la arquitectura del calibre. En el mismo catálogo encontramos un reloj de la misma época con complicaciones que utiliza la misma base, denominado “ébauche Golay”, pero no hay que olvidar que el gran maestro relojero Golay no era un fabricante de calibres, sino un excelente finalizador de los mismos y un especialista en la creación de complicaciones relojeras.

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Fuente: https://static.patek.com/pdf/others/Patek_Philippe_Museum_Catalog_Preview_Volume_I.pdf

Todas estas referencias, más el uso de calibres muy similares por parte de terceros (aunque de manera más tardía), me hacen sospechar que es muy probable que fuese Adrien quien desarrolló este calibre y que la compañía los suministró a otras casas relojeras, como sería el caso de Vacheron Constantin y su afamado “Chronometre Royal”, aunque me haría falta más investigación al respecto.

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Fuente:
https://www.watchclub.com/vacheron-constantin/chronometre-royal/enamel-dial-year-1912

Quisiera añadir que a finales de siglo, Patek modificó su calibre base, adaptando el puente central a la más conocida forma de “S”, que fue patentada en 1891 y que dio lugar al ya clásico “cronómetro Gondolo“. Apuntar simplemente sobre el Gondolo que en muy poco tiempo se convirtió en un éxito de ventas conquistando el mercado brasileño para el cual se fabricó. Se supone que un tercio de los relojes producidos por PP se vendieron allí.

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Fuente:
https://www.iconeek.com/patekphilippechronometrogondolo.html

Una de las cosas que más me llamó la atención del reloj es su caja, que como se ve está fabricada en plata esterlina y lleva unas bonitas incrustaciones de oro de 18 quilates en algunos de sus elementos, como pueden ser la corona, el cuello del colgante, las bisagras y las pestañas para abrir la tapa delantera y trasera.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

La caja lleva impreso en las dos tapas el nº de serie del reloj y el logo del conocido fabricante americano Jeannot & Shiebler. Este fabricante, afincado en Nueva York, se especializó (circa 1882) en producir y suministrar cajas de oro a las principales joyerías del país, en las que se alojaban los mejores relojes importados de Europa. Son muy recurrentes sus ejemplos en relojes de PP que se exportaron para su venta en el nuevo continente. No es nada habitual ver cajas de Jeannot & Shiebler fabricadas en plata y menos con estos engastes de oro. Tampoco es muy habitual ver relojes de PP que no estén en cajas de oro. ¿Fue quizás un encargo especial de un cliente? No lo sabremos nunca, pero su ejecución es realmente excepcional.

Para cuando apareció el “Crónometro Gondolo” la compañía ya había conquistado el corazón y el bolsillo de la gente pudiente que podía permitirse sus relojes, como el del empresario norteamericano Stephen S. Palmer, que realizó un encargo en 1898 de un reloj con múltiples complicaciones, del que se desconocía su existencia hasta hace bien poco.

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Fuente:
https://www.hodinkee.com/articles/the-earliest-known-patek-philippe-grand-complication-to-be-sold-by-christies-tomorrow-in-new-york-meet-the-palmer-watch

El nuevo siglo trajo una guerra mundial y una recesión en los países occidentales, pero la compañía supo capear esta circunstancia gracias a las raíces comerciales que se establecieron en Sudamérica. Al finalizar la contienda, el mercado norteamericano volvió a su esplendor y en su cúspide se encuentran la creaciones de PP hechas por encargo del ingeniero automovilístico James Ward Packard.

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Fuente: https://forums.timezone.com/index.php?t=msg&th=503112&rid=0

Dicen que un reloj de Patek Philippe no es siempre tuyo, sino que lo custodias para la siguiente generación… Eso mismo voy a hacer yo en homenaje al gran relojero que fue Adrien Philippe.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Agradecimientos
No me gustaría terminar esta entrada sin agradecer la inestimable ayuda recibida a la hora de realizar esta redacción de mi amigo Julio y del siempre solícito Enrico, al que le deseo una pronta recuperación.

3 comentarios en «Patek Philippe Pocket Watch Nº 77491»

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