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An Imperial Russian Pocket Watch by Peter Nordsteen

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El Despotismo Ilustrado

Durante el s. XVIII, naciones como Inglaterra o Francia lideraban el comercio mundial, poseían una industria consolidada y exportaban sus ideas de desarrollo y progreso por todo el continente. En materia horológica, también destacaban sobre las demás naciones, cosa que les permitía dominar el transporte marítimo tal como vimos en anteriores entradas. Pero ¿qué ocurría en el imperio ruso? Rusia, bajo el reinado de Catalina la Grande, inició un periodo de expansión territorial hacia el oeste absorbiendo territorios de las naciones bálticas y hacia el mar Negro anexionando Crimea. Catalina reformó de manera más eficiente toda la administración burocrática del Imperio Ruso, que aun se basaba en un férreo sistema de castas donde la nobleza y los siervos, representaban sus extremos.

Catalina II de Rusia. Fuente: dominio público.

El progreso, el comercio, las ideas, la industria y la tecnología estaban empezando a penetrar tímidamente en su sociedad. El reloj que vamos a ver hoy es un buen representante de esa incipiente “modernidad” que permeabilizaría a todo el Imperio. Se trata de un reloj con escape de cilindro y calendario, realizado por el relojero sueco Peter Nordsteen (1742-1807).

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Como ya hemos apuntado tímidamente en la introducción, Rusia había entrado en un periodo de modernidad que se ve bien reflejado en la creación de estamentos universitarios como la Academia Imperial de las Artes (1757) en San Petersburgo. En esta academia enseñaron maestros extranjeros y locales, como Ivan Petrovich Kulibin, que obsequió a Catalina la Grande con un increíble reloj en forma de huevo, con autómatas y sonería. Lo podéis ver a continuación.

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Fuente: https://amsmolich.livejournal.com/256039.html

Las Fábricas De Relojes De Moscú Y San Petersburgo

Este tipo de relojes sólo estaban destinados a la realeza o a la más alta nobleza.

Sin embargo, la demanda de relojes de bolsillo entre nobles, militares y ricos comerciantes creció de manera exponencial a la vez que los cambios en la sociedad se hacían más evidentes. Ya no sólo se trataba de una cuestión de prestigio, sino que el llevar un reloj empezaba a tener tintes prácticos. La gran mayoría de los relojes que poseían las clases sociales citadas anteriormente eran regalos o premios que realizaba la corte en pro de sus servicios.

Este hecho repercutía negativamente al tesoro de la corte, ya que los relojes al tener que ser importados resultaban muy costosos. Por esta razón, Catalina II, junto a su favorito, el conde Grigori Orlov, organizó la creación de dos fábricas estatales de relojes (en Moscú y en San Petersburgo) en el año 1774. Estas fábricas, aunque patrocinadas con capital de la corte, se organizaron en base a relojeros foráneos y maquinaria importada.

La gestión y producción de la fábrica de relojes de Moscú fue encomendada al relojero ginebrino Marc Conrad Fazy, que pasará a la historia por colocar, junto con sus alumnos, un nuevo reloj y las campanas de la torre Spasskaya del Kremlin.

En la siguiente imagen podemos apreciar uno de los relojes de Fazy realizados en Moscú. Se basaban en ébauches importados de Francia y de Suiza, que eran finalizados y ajustados en la nueva factoría.

La Fábrica De Dubrovna

Sin embargo, en 1778, sólo cuatro años más tarde, la fábrica se cerró debido a los acuciantes problemas económicos y de producción que arrastraba. La misma suerte corrió al parecer la fábrica ubicada en San Petersburgo.

En 1784, se abrió una tercera fábrica de relojes, en la región bielorrusa de Mogilev, auspiciada por el nuevo “favorito” de la emperatriz, el Príncipe Grigory Aleksandrovich Potemkin-Tauricheski. La mandó instalar en su finca de Dubrovna, donde ya poseía una factoría textil. Pero esta vez, la fábrica de relojes se organizaría de manera diferente a las anteriores. Su peculiaridad consistía en que todo en ella debía ser de procedencia rusa, desde la maquinaria hasta los aprendices, que se escogerían entre hijos de siervos rusos. En realidad, se trataba de un experimento más de Potemkin para saber si existía la posibilidad de poder crear una verdadera industria relojera rusa y que fuese viable (algo que el príncipe ya había experimentado en su fábrica textil o en otra de óptica y espejos).

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Grigory Potemkin.
Fuente: Dominio público

Desconozco hasta qué punto de realidad latente existe en esta historia de una fábrica totalmente rusa ideada para ser una verdadera manufactura, pero algunas de las fuentes lo citan así. Sea como fuese, la primera decisión que tomó Potemkin, la de contratar para su gerencia al relojero sueco Peter Nordsteen, ya no cumplía con la premisa inicial. Potemkin le otorgó a Nordsteen la cifra de 12000 rublos y 65 acres de tierra (por un periodo de 10 años) para desarrollar la fábrica y alimentar a los trabajadores escogidos de entre los siervos.

Pero ¿quién era Peter Nordsteen?

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Peter Nordsteen

Poco se sabe de nuestro protagonista. Por lo visto, Nordsteen se trasladó de Estocolmo a la corte imperial para probar fortuna. Pudo entrar en el círculo de Catalina II gracias a un “reloj-anillo” de manufactura propia y que este le regaló. Tanto le gustó este presente a la emperatriz que en agradecimiento lo nombró profesor de relojería en la Academia Imperial de Bellas Artes, donde ejerció su magisterio desde 1766 hasta su nuevo empleo en la fábrica de Dubrovna. Su trabajo como profesor de relojería le ha valido hasta el día de hoy el sobrenombre de “Master”; se le ha seguido citando así cuando sus obras aparecen en catálogos de museos o en subastas públicas.

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Fuente: https://mus-col.com/en/collection/watch/pocket/24784/

Las exigencias de Potemkin sobre la fábrica de Dubrovna debieron resultar un verdadero quebradero de cabeza para Nordsteen, ya que como cita alguna fuente se las tuvo que apañar para enseñar a 33 hijos de siervos iletrados. Viendo los magníficos trabajos que realizó este relojero, parece poco plausible esta parte de la historia. En la siguiente imagen del catálogo del Museo Estatal de Historia de Moscú podemos observar uno de los relojes que salieron de esa fábrica, que como se ve, es exactamente igual a nuestro protagonista y sólo cambia la inscripción en el dial, que contiene la procedencia de la nueva fábrica.

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Imagen por cortesía de Leonid Evropeytsev.
Fuente: Museo Estatal de Historia de Moscú.

Desafortunadamente, no he podido acceder a ninguna imagen del calibre de este reloj, pero debemos suponer que se trata del mismo modelo. Pasemos a examinar ahora a nuestro reloj.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Lo que llama la atención de inmediato es su exquisita decoración y el fino trabajo realizado. Su forma no difiere en demasía al estilo inglés de la época, salvo el gallo del equilibrio, que reproduce la forma de un sol, coronado en su centro con un diamante tallado en rosa. Sin duda se trata de un trabajo donde se ha intentado imprimir un carácter propio. Otra de las características técnicas importantes del reloj es la de equipar un escape de cilindro inglés. Como ya hemos visto en otras entradas, el escape de cilindro era más delicado, pero también ofrecía mejores resultados cronométricos, hecho que sirvió para que se pusieran en boga durante la segunda mitad del s. XVIII.

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Fuente:
https://www.safonagastrocrono.club/a-cylinder-pocket-watch-by-christopher-fennymore-circa-1760/

Ya hemos citado que una de las ventajas de este tipo de escape era la posibilidad que tenía (al ser horizontal) de equiparse en relojes más compactos, además de ser más precisos. Sin embargo, en sus orígenes eran más delicados y necesitaban de mayor limpieza y lubricación. Efectivamente, al tratarse de un escape de fricción, el contacto entre las piezas era permanente, lo que provocaba un mayor desgaste de las mismas.

En nuestro protagonista de hoy encontramos un cilindro de primera generación, es decir: con una rueda de escape de latón arenado de 13 dientes y un cilindro situado en el mismo eje del volante realizado en acero.

Otra característica importante, es que el reloj tiene la complicación de calendario, algo todavía no demasiado frecuente de ver en relojes de bolsillo de la época y menos que se hicieran en una producción sistemática, tal como era el objetivo de la fábrica.

Las agujas y la esfera son de clara inspiración continental. En nuestra unidad, la falta de cristal y su exposición al tiempo, ha afectado visiblemente a la conservación de las agujas y del dial.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Una de las cosas que más me llamó la atención y quizás abre más interrogantes sobre si estos relojes se pueden considerar una verdadera manufactura rusa, son los sellos de plata de la ciudad de Londres que luce la caja interior del reloj. Lo más llamativo es que los sellos están incompletos ya que falta el correspondiente a la oficina de ensayo con la letra que determinaría su datación. Esto puede deberse a varias razones: la primera es que los sellos correspondiesen a una falsificación (cosa que dudo mucho pues, aunque estén incompletos, son muy claros). La segunda, es que las cajas fuesen exportadas ilegalmente desde Londres a Rusia, hecho que permitiría al vendedor librarse de un buen monto de impuestos. Esta última es, a mi parecer, la teoría más razonable del porqué encontramos sellos ingleses en unas cajas que a priori fueron fabricadas en Dubrovna. También podemos apreciar las iniciales “PN”, que en este caso, en vez de ser la marca correspondiente al fabricante de la caja, parecen responder más bien a las iniciales de nuestro relojero “Peter Nordsteen”.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Si juntamos todos estos elementos que definen a nuestra unidad, podríamos lanzar la hipótesis de que el reloj sólo fue parcialmente finalizado en Rusia; es decir, se importaron ébauches y los materiales necesarios para sólo tener que terminar el reloj en la fábrica, aunque las fuentes históricas dicen lo contrario. Tal es así que señalan que Nordsteen enseñó laboriosamente la fabricación de relojes siguiendo el sistema de “trabajo dividido”, donde cada aprendiz se especializaba en producir ciertos componentes del reloj, desde las placas hasta los muelles, el esmaltado de las esferas, las cadenas del fusee o la decoración del producto final, para que después los ensamblase y ajustase nuestro maestro relojero. Esta misma fuente habla de una producción de 10 relojes mensuales e incluso realiza un detallado inventario donde cita la producción de relojes de oro con un coste de 200 rublos y de plata (con escape de cilindro) a un precio de venta de 100 rublos. Quizás, este último bien podría ser nuestro protagonista. Este inventario también señala la realización de un reloj de torre y de varios relojes de pared y de mesa.

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Fuente: https://german242.com/w/fazy/page03.jpg

Al parecer, la iniciativa del Principe Potemkin estaba teniendo un éxito inesperado, cosa que corroboran algunos trabajos arqueológicos en la región, donde se han encontrado restos de un buen número de molinos de agua que creaban la fuerza hidráulica necesaria para mover los tornos de la fábrica. Unos archivos del Collegium recopilados por la historiadora rusa T. A. Fokina para su libro “Fábricas de relojes de Moscú y San Petersburgo del siglo XVIII”, señalan una denuncia por parte de algunos siervos hacia Nordsteen “por no enseñarles a fabricar los relojes como un todo, sino sólo partes individuales del mismo”, lo que corroboraría lo que señalan las fuentes sobre el trabajo dividido y que los relojes en gran medida, sí que se realizaban en la fábrica. Potemkin tenía planeado engrandecer la fábrica, pero su muerte en 1791 se lo impidió. Con este repentino suceso, las cosas empeoraron para Peter Nordsteen.

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Plano de las planta superior e inferior de la fábrica de Kupavna (Moscú).
Fuente:
https://1-my–old–kupavna-ucoz-ru.translate.goog/publ/staraja_kupavna/istoriya_staroy_kupavni/chasovaja_fabrika/9-1-0-482?_x_tr_sch=http&_x_tr_enc=1&_x_tr_sl=auto&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=it&_x_tr_pto=wapp

Traslado A Kupavna

Efectivamente, tras la muerte de Potemkin y durante el año 1793, la emperatriz adquirió la fábrica con los siervos y la mandó reinstalar en Kupavna, un distrito de Moscú, situado a tan sólo 23 km de la capital. Según las fuentes consultadas, las condiciones de trabajo empeoraron para Nordsteen, ya que no tenía suficientes tierras para cultivar y alimentar a sus trabajadores. La revuelta de Polonia en 1794 hizo que algunos de ellos huyesen y al parecer él mismo alquiló una casa en Moscú para alojar a siete de sus mejores trabajadores.

Al final de ese mismo año la fábrica termino de instalarse y siguieron con la producción. Al parecer, nuestro reloj protagonista pertenecería a este nuevo periodo, como este otro ejemplar que se haya en el anteriormente citado catálogo del Museo Estatal de Historia de Moscú. Este ejemplar tiene una numeración realmente cercana al nuestro (con sólo tres números de diferencia) y pertenece a la colección privada del Sr. Leonid Evropeytsev, que amablemente me dejó cotejar las marcas de la caja, que resultaron ser exactamente iguales.

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Imagen por cortesía de Leonid Evropeytsev.
Fuente: Museo Estatal de Historia de Moscú.

Quizás del mismo periodo sea también este ejemplar, con el movimiento (verge) sin decorar y sin la complicación del calendario. Aunque podamos apreciar que el número de serie ya es bastante más elevado, no podemos deducir que se trata de un ejemplar tardío o que la fábrica alcanzase esas cotas de producción, ya que no hay ningún archivo de la misma (que yo conozca) que nos indique como se organizaban los mismos.

La fábrica, pese a las dificultades añadidas, siguió adelante con su producción, proveyendo relojes a la corte que adquirieron notable fama.

Tal es así, que hasta el genio de Ivan Kulibin (como vimos al principio del artículo) quiso que en Kupavna se serializase la producción de sus relojes astronómicos y en sus memorias se afirma que Nordsteen estaba más que capacitado para finalizarlos.

En diciembre de 1803 y ya bajo el reinado del Zar Alejandro I, la fábrica pasó a manos privadas de la titularidad del Príncipe Yusupov y Peter Nordsteen se retiró de su trabajo. La fábrica siguió en activo hasta el 1812, coincidiendo con la invasión napoleónica de Rusia.

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Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/French_invasion_of_Russia

Nada sabemos ya de la suerte que corrió Peter Nordsteen tras su retiro, pero siempre será recordado por ser un gran activo en la ingente tarea de modernizar Rusia, iniciada por los objetivos ilustrados de Catalina II y el Príncipe Potemkin. Sus creaciones y su trabajo contribuyeron a sembrar la semilla de la horología en ese vasto país.

Un buen ejemplo de la producción de relojes en la Rusia imperial, anterior a la revolución, lo pueden encontrar en esta entrada, que yo mismo redacté.

Este reloj de Nordsteen va a iniciar un proceso de restauración. Si surgiera más información a raíz de la misma, el equipo editor de safonagastrocrono.club haría una actualización del artículo presentado.

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Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Agradecimientos:
Quisiera agradecer públicamente la inestimable ayuda recibida de parte de @Eri321 y el Sr. Leonid Evropeytsev, presidente de la Asociación de Coleccionistas de Relojes Rusos de Moscú. Sin su ayuda, la redacción de este artículo hubiese sido mucha más dificultosa.

6 comentarios en «An Imperial Russian Pocket Watch by Peter Nordsteen»

  1. Ermulo

    Muchas gracias como siempre por excelentes artículos que ayuden a dar en la divulgación de está apreciada afición. Realmente sorprende que desde hace tantos años se pudieran fabricar excelentes piezas que quizás son la base de la relojería actual solo lo al alcance de unos pocos, también me resulta muy curioso el prototipo de fábrica donde con un presupuesto ajustado se trabaja en la fabricación de relojes y sobre todo la manuntención de unos siervos, entiendo que semiesclavos, qué no se podrían comparar a las asociaciones de gremios en otros países.

    Lo dicho como siempre muy agradecido por el artículo y un placer leeros

  2. javierreloj

    En primer lugar felicidades y ojalá la restauración sea un existo. Cuando leo estos artículos no dejo de pensar la dificultad y el mérito de producir un reloj sin tener electricidad por ejemplo, teniendo que mover los tornos manualmente o molinos de agua y aun así las precisiones que conseguían. La logística de la época. Cuando hablas de cajas inglesas lo que hoy en día son 24 h para que llegue a tu casa en aquella época podía ser meses. Todo era muy complicado y aún así mera que relojes hacían.
    ¿Qué podría haber hecho esta gente con los medios actuales?

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