@invitado
Nota del editor:
Este artículo está escrito por @highlandhorology, y apareció por primera vez en Scottish Watches el 18/6/2020. Nos gustó mucho su contenido y reproducimos, con permiso, una versión traducida y editada.
Un debate recurrente entre los aficionados es el centrado en aquellos relojes que por sus características podríamos denominar como “todo terreno”. Es decir, los que usaríamos en cualquier situación, sin importarnos lo que les ocurre. Son los denominados “beaters” en inglés o relojes para todo tipo de uso. ¿Un G-SHOCK de $100 o un Rolex de $10.000? Nada parece avivar las pasiones tanto como referirse a este último como un reloj todo terreno.
Creo que el concepto de reloj todo terreno es bueno, aunque tal vez el término en inglés (“beater”) no sea el idóneo para referirse a la pieza con la que uno se siente cómodo exponiéndola a los rigores de la vida cotidiana. Después de todo, esto dependerá de la profesión y el estilo de vida de cada uno. Ambos predeterminarán en gran medida cuántas formas de maltrato se pueden anticipar para el reloj. Aunque no son sinónimos, quizás sería mejor referirse a estos relojes como “herramientas” y mejor todavía como “relojes herramienta”.
No es mi intención debatir sobre como debéis gastar vuestro dinero, ni qué valor deberíais asignar a un artículo material. Dicho todo esto, os quiero relatar como fue que yo empecé a usar mi reloj suizo como reloj herramienta de uso diario y por qué deberíais hacerlo vosotros también.
Mi interés por los relojes creció exponencialmente en el 2015-2016. Durante los cinco años previos, poco a poco había estado desarrollando un interés especial, eso sí, asignando un presupuesto limitado. Fue una progresión suave, adquiriendo relojes en grandes almacenes, hasta llegar a marcas como Hugo Boss y Tissot, y culminando con un G-SHOCK GW-4000D, mi compra más cara hasta ese momento. Reloj adquirido en Houston (Texas) mientras trabajaba en los Estados Unidos. En esa época trabajaba en el sector petrolero, específicamente en entornos de fabricación. Pensé que un reloj duro y resistente se adaptaría a ese ambiente. Esta también fue mi primera experiencia de “inquietud”, algo que observamos y sentimos todos los aficionados cuando se desata el interés por los relojes.
Durante los siguientes 18 meses descubrí el Aquaracer, miré al Seamaster y coqueteé con los afamado Speedmaster. Inevitablemente, a finales del 2015, después de un trabajo de tres meses particularmente agotador en el sudeste asiático, me compré un Omega Planet Ocean de 45,5 mm en un momento de auto complacencia, quizás excesiva, tras tomarme cinco cervezas en un bar del aeropuerto de Kuala Lumpur. Ahora había conseguido la combinación perfecta de relojes, uno de lujo y categoría para mis periodos en casa y el G-SHOCK como caballo de batalla. Después de todo, ¿quién necesita más de dos relojes?
Pero la inquietud empezó de nuevo…
Bueno, más bien un fastidioso desasosiego. Tenía esta nueva apreciación por los relojes mecánicos y un Omega fantástico en casa. Sin embargo, durante este período en particular trabajé unos diez meses fuera de casa, así que casi no le di uso y eso suponía estar atrapado mirando un G-SHOCK maltratado todos los días. Este sentimiento me carcomió y finalmente me di cuenta del poco sentido que tenía tener una pieza de acero inoxidable mimada. No veía el punto de tener guardado algo de tal calidad y que proporcionaba tanta satisfacción por temor a que pudiera sufrir un rasguño. Pensé que otras personas como ciclistas, fotógrafos, esquiadores y los amantes del motor, también tenían pasión por equipamiento caro y que por más cuidadosos que fueran, seguro que aceptaban que sus equipos sufrieran rasguños y golpes. Simplemente representa parte del uso y disfrute de estos malditos objetos en el mundo real. Desgaste y rasgadura. ¿Por qué un reloj debería ser diferente?
En lugar de simplemente usar el Omega, llegué a la conclusión (en mi sabiduría infinita) que un nuevo reloj para usar a diario sería la mejor opción. No voy a tratar de razonar esto con vosotros, simplemente porque no puedo, pero mi pensamiento fue algo como “…un segundo huso horario sería útil, he trabajado duro y necesito un Rolex.” En otras palabras: todas las mentiras piadosas habituales…
Después de una obsesiva investigación, como suele ocurrir en la mayoría de mis compras, me decidí por un Rolex Explorer II 216570 Polar. También me interesé por el GMT Master II, en este caso por dos sus modelos, el BLNR y el LN. En mi siguiente día libre me desplacé hasta el centro autorizado de Rolex para probármelos todos. ¿Recordáis cuándo era posible hacer tal cosa? Rápidamente llegué a la conclusión de que los eslabones centrales pulidos de los GMT eran demasiado brillantes para mis gustos y mis necesidades en ese momento y no encajaban con el perfil de reloj de herramienta que buscaba. Así pues, el Explorer II fue el elegido.
Quisiera añadir que la elección no fue fácil, ya que el BLNR fue un genuino candidato hasta el final. Me explicaron que era una gran suerte que estuviese en stock y que si me decidía a comprarlo en el futuro debería estar preparado para esperar de dos a tres meses. La retrospectiva es cómica, ¿verdad?
Mi G-Shock fue cruelmente relegado al fondo de la mochila, mientras que el Explorer II empezó a ocupar un lugar de honor en mi muñeca. Desde entonces no se ha perdido un día de trabajo. Ha sido arañado, golpeado, desgarrado e incluso por descuido sometido a una prueba de fuego y calor, después de apoyar mi brazo sobre una viga de acero recientemente tratada. Aun así, sigue cumpliendo su propósito muy bien. Su precisión es de dos segundos al día y posiblemente tiene el dial más legible de los relojes que poseo. Una mirada rápida y registro la hora. Miro a la aguja naranja de la función GMT y sé qué hora es en casa y si mi media naranja se está despertando, volviendo del trabajo o esperando mi llamada a través de FaceTime.
Sin embargo, lo que creo que es más importante es que el reloj ha asumido otras funciones secundarias que nunca esperé cuando lo compré. Es una herramienta de humildad, una herramienta de perspectiva y una herramienta para ayudar a la memoria.
A menudo me sorprendo mirando el dial y reflexionando sobre lo afortunado que soy de poder comprar un reloj de lujo. A veces me pregunto por qué paso tanto tiempo fuera de casa, y luego me recuerda lo que ese trabajo puede proporcionar económicamente a la familia y la suerte que tengo de disfrutar de esa oportunidad. Luego están los momentos en que me encuentro inspeccionando los daños recibidos y río mientras recuerdo plácidamente los momentos en el trabajo, o en la mayoría de las ocasiones en actividades “extracurriculares”, que los han causado.
Todo esto no quiere decir que me lo quedaré para siempre, no dramaticemos demasiado…
Al final del día, soy consciente que no es más que un costoso trozo de metal y la casa Rolex sin duda querrá apropiarse de un buen dispendio monetario cuando toque repararlo en algún momento en el futuro. Cuando llegue ese momento tendrán que pulirlo y micro soldarlo hasta dejarlo como nuevo.
¿Conduciríais en un Mercedes rayado y abollado, mientras declaráis con orgullo “cada rasguño cuenta una historia”? Este es el mismo principio que personalmente aplico a mis relojes.
Mientras tanto, entre servicio y servicio, lo disfrutaré, lo usaré, lo golpearé y lo rayaré, pero ciertamente no pienso estresarme ni lo más mínimo por ello.
El primer rasguño en cualquier reloj nuevo es una experiencia extraña… un momento de intensa molestia que rápidamente es suplantado por el alivio, ya que ahora se puede disfrutar más de él una vez aceptado el desastre. Yo soy una persona que definitivamente disfruto y aprecio mis relojes infinitamente más cuando puedo usarlos sin estresarme sobre las consecuencias de los obstáculos que mi muñeca se puede encontrar en el camino. Creo que vosotros también deberíais adoptar esa filosofía.
Interesante reflexion
Personalmente aun estoy en la fase que me da algo si hago una marca a mis relojes. No puedo evitarlo, al igual que el coche. Me cabrea encontrarme una picadita …
Algun dia espero llegar a la misma conclusion que tu y vivir mas feliz, disfrutando del uso desenfrenado de las cosas, con cabeza, pero sin mirar atras.
Quizas cuando encuentre los relojes adecuados que me den paz de rotacion, lo conseguiré, o no …
He abierto un hilo en el foro para ver qué pensamos de esta interesante reflexión y experiencia. 😉
Una magnífica reflexión.
Muchas gracias por compartirlo
Tienes toda la razón del mundo. Muchos tenemos diver de 10000000m y luego no los metes a la piscina por miedo.
Felicidades por el articulo y por la forma de ver los relojes.