@javierreloj
Siempre que escuchamos el nombre de “Omega Speedmaster” nos viene inevitablemente a la cabeza la imagen del Apollo XI y su conquista de la Luna. Es muy difícil separar a este icónico reloj de su odisea espacial. Pero antes de que este exitoso y publicitado evento sucediese, el Speedmaster ya fue testado por muchos pilotos de carreras en innumerables competiciones y circuitos.
Efectivamente, el actual “buque insignia” de Omega se diseñó y nació como uno de los mejores cronógrafos para la alta competición automovilística. Por este mismo motivo vamos a hacer un pequeño periplo por esta faceta no tan conocida del Speedmaster, siguiendo el “leitmotiv” de nuestras anteriores entradas dedicadas a los Racing Watches.
En 1960, en el GP de Italia en el circuito de Monza, Willy Mairesse y sus dos compañeros del equipo Ferrari, los americanos Phil Hill y Richard Ginthe, lograron un hito al hacer pleno en el podio a bordo del impresionante Ferrari F1 246.
He centrado mi atención en el piloto belga Willy Mairesse, ya que como habréis podido observar en la primera imagen llevaba puesto un Speedmaster, aunque por ahora no se ha podido identificar exactamente la referencia exacta de su modelo.
El Omega Speedmaster CK2915 (en la imagen superior izquierda) fue el primer modelo de producción (circa 1957), aunque tuvo algunas actualizaciones hasta 1960. Diseñado a partir de los cronógrafos de a bordo de los tableros de los coches deportivos italianos, entre sus características más notables podemos destacar un bisel con escala taquimétrica, unas agujas con forma de flecha que facilitaban la lectura (de ahí su sobrenombre de “Broad Arrow”) y lo más importante de todo, el calibre Omega 321.
Actualmente se considera como el Speedmaster más codiciado de todos por los aficionados y los precios de los pocos que salen a subasta son realmente desorbitados. No es de extrañar pues que en el 2019, con motivo del 50 aniversario de la hazaña del Apollo XI, Omega lanzase una edición especial de Speedmaster Moonwatch con una reedición moderna del calibre 321.
Es bien conocido por todos los aficionados a la relojería la cantidad de modelos que Omega ha ido lanzando y actualizando del Speedmaster. En aquella primera década no fue demasiado diferente a hoy en día. Las imágenes inferiores dan una buena muestra de la evolución que tuvo el Speedmaster en un poco más de 10 años.
Como podemos observar, en 1968 apareció en el mercado el denominado “Racing Dial” Ref. 145012, con sus características agujas de las funciones del crono de color naranja, facilitando así (aun más si cabe) la lectura de las mismas. Sin duda, podemos afirmar que, si bien el Speedmaster ya había sido testado y aprobado por los ingenieros de la NASA para su proyecto lunar, nunca renunció a sus orígenes automovilísticos. Me imagino que a alguno de vosotros os habrá llamado la atención el modelo con las siglas A.C.P. en la esfera (el de la izquierda en la segunda imagen). Se trata de las siglas del Automóvil Club Peruano, que encargó la fabricación de 50 unidades con la marca del club, estampado justo bajo las señas de Omega y de Speedmaster Professional que se ven bajo el marcador de las 12 h.
Avancemos hasta 1974 y volvamos al impresionante circuito de Monza. Es el Grand Prix de Italia y Ferrari vuelve a jugar en casa. En esta ocasión es Luca Cordero Montezemolo (presidente de la escudería ferrari) quien se deja ver entre los pilotos de su escudería (en este caso con Nikki Lauda) con un nuevo Speedmaster que se hizo muy popular en la década de los 70.
Se trata como habréis adivinado del Mark II, Ref. 145.014. Omega introdujo cambios sustanciales en el Speedmaster con el lanzamiento de la serie Mark, dotándolo de una caja más robusta, más impermeabilidad, pero sin renunciar ni a la esfera ni a la característica disposición de los subdiales que proporcionaba una rápida y eficaz lectura de los mismos. Como no podía ser de otra manera, también lanzó al mercado la versión “Racing” del Mark II.
El Mark II ya equipaba el Omega 861. Basado en el Lemania 1873, se trata de un calibre muy fiable y robusto y por ende más barato de producir que el 321 que vimos al principio.
Sin embargo, en aquel Gran Premio de Monza del 74 los resultados para la escudería Ferrari fueron bastante decepcionantes.
Hagamos un paréntesis, pero sin abandonar el mundo del motor, para ver de cerca el personaje de Walter Röhrl. Como muchos ya sabréis, Walter Röhrl es una de las figuras míticas de las carreras de rallies. Considerado como el mejor piloto alemán de todos los tiempos en esta modalidad, su impresionante palmarés habla por sí solo.
Walther Röhrl competía a mediados la década de los 70 con un Omega Speedmaster Mark III Ref. 176.002, como podemos apreciar a continuación.
https://www.calibre1040.com/cal-1040-collectors-guide-dials/e/
https://amklassiek.nl/es/Walter-Rohrl-Living-Rally-Legend/2016/02/12/
La innovación más importante que presentó el mark III en comparación con la versión anterior era su calibre automático 1040, siendo la primera versión en la historia del Speedmaster que lo equipaba.
Volviendo un poco atrás en la línea del tiempo, también quiero destacar que Omega lanzó en 1969 la Ref. 146011 Seamaster Rally Bullhead, desarrollado exclusivamente para su uso en este formato de competición automovilística. Lo más novedoso era la disposición de los pulsadores del crono y de la corona para accionar el bisel interior, inspirado en los cronómetros de mano. Esta disposición de los pulsadores tan peculiar le ha valido el sobrenombre de “Bulhead”. Omega lo equipó con el calibre 930, una versión modificada del 861.
Como hemos podido observar, la trayectoria de Omega en el mundo de la alta competición del motor ha sido muy importante a lo largo de los últimos 50 años. La siguiente imagen ilustra la evolución de los modelos “Racing” que la marca ha ido desarrollando hasta la fecha de hoy.
No me gustaría terminar este recorrido sin hacer un pequeño homenaje a uno de los mejores pilotos de la F1 de todos los tiempos: el Alemán Michael Schumacher. Ganador de siete mundiales de F1, Schumacher es sin duda el piloto más laureado de todos los tiempos. En 1995, la propia Omega le hizo embajador de la marca y un año más tarde creó una edición del Speedmaster que lleva su nombre. Un desgraciado accidente en 2013 practicando esquí le apartó definitivamente del mundo del motor. Le deseamos que tenga una pronta recuperación.
Gran trabajo Javier. Me encanta este ciclo de artículos sobre la relación entre relojes deportivos y los coches de carreras. Deseando ya leer el siguiente.
Gracias Javier , es cierto que se le conoce más por sus gestas espaciales. Para mí es el crono por excelencia. Gracias por otro interesantísimo artículo , relojes y motor que gran combinación
Muchas gracias por el artículo
Otras marcas con modelo con menos historia parece que se dan autobombo mucho mejor que omega
Por cierto el Speedy uno de mis favoritos
Saludos