@spitfiremkii
En el transcurso de un reciente viaje por centro Europa, me percaté de la visión tan limitada que tenemos muchas veces de la relojería.
Como aficionados debatimos y volvemos a debatir sobre temas tan manidos como Seiko-Omega- Rolex, los homenajes, las listas de espera y poco más.
Cuando pensamos en países con tradición o con producción relojera siempre nos viene a la mente Suiza, Japón, denostamos a China y tal vez alguno se acuerda de la industria rusa soviética o postsoviética.
Afortunadamente compañeros como Miquel nos recuperan joyas de la relojería americana, hoy prácticamente desaparecida con grandes marcas como Waltham, Elgin, Hamilton o Bulova.
Cabot Watch Cia W10(GB) y Hamilton W10 (USA) ambos circa 1970 con mecanismos suizo ETA 2824 .
O por supuesto piezas de la época soviética. Marcas como Paketa, Poljot, Boctok y modelos como Strela, Okeah, Big Zero, Amphibia etc., nos vienen a la mente.
Ahora bien, ¿existe o ha existido algo más que esto?
Simplificando mucho, podríamos decir que el esplendor actual de la relojería suiza en general es un accidente o cúmulo de accidentes. De hecho pasamos del abuelito de Heidi fabricando en el duro invierno relojes de cuco. O grandes marcas actuales que en el XIX hacen réplicas de relojes de otras naciones http://www.safonagastrocrono.club/swiss-fake/ a ser el centro mundial de la relojería de lujo, incluyendo en el camino la superación de la crisis del cuarzo y una más que posible desaparición de toda la industria gracias al grupo Swatch.
Históricamente la neutralidad de Suiza, su ubicación geográfica, su teórica* libertad religiosa nos da un caldo de cultivo perfecto.
Es decir la tradición relojera en la zona, sumando la revocación del edicto de Nantes con el edicto de Fontainebleau más las guerras desde el siglo XVII incluyendo la I GM y la II GM sumando otros factores socioeconómicos, desembocan en Suiza como la gran potencia relojera de mediados del Siglo XX.
Pero ya está bien de hablar de lo más conocido por la mayoría de aficionados, estudiemos el resto de Europa en general y el entorno de Suiza en particular.
Entre los siglos XV y XVII tenemos gran profusión de relojes mecánicos y astronómicos en Europa, desde el que pretende ser el más antiguo reloj mecánico(Catedral de Peterborough) hasta el reloj astronómico de Praga. Simultáneamente tenemos un gran interés por los autómatas que llega a su máximo esplendor en el siglo XVIII.
En este periodo los relojes son objeto de la curiosidad de los monarcas que llegan a tener sus propios maestros relojeros reales y escuelas de relojería.
Ahora bien los relojes nos son sólo un juguete caro. Son básicos para la navegación, la exploración de los mares o ya en el siglo XIX la expansión del ferrocarril. Están ligados a los imperios y a la conquista del Oeste. Es este el periodo de los cronógrafos náuticos Ingleses o Franceses y posteriormente los relojes ferrroviarios en EEUU.
En este punto entronca la historia con mi viaje por Europa, depués de visitar Alta Saboya y Suiza, me encuentro al norte de esta última en tierra de frontera.
Al oeste del Rhin Alsacia-Lorena, actualmente Francia y al este del Rhin la Selva Negra Alemana, tierra de vinos, de relojes y de joyería.
Empecemos con Francia, hacemos parada en Besançon. Ciudad del Franco Condado.
Es curiosa la historia de esta ciudad, historia que daría para varios artículos incluyendo que antes de ser francesa estuvo bajo la protección de España y era parada del Camino Español de Italia a Flandes.
Pero centrémonos en la relojería. Industria que se desarrolla en esta ciudad a partir de finales del XVIII, que en 1884 se crea el instituto astronómico, metereológico y cronométrico a imagen y semejanza del COSC suizo o del de GLASHÜTE alemán. En la década de los años 30 del siglo pasado la escuela de relojería y mientras la industria que tiene su máximo desarrollo entre 1947 y 1977 donde intramuros de esta ciudad encontramos marcas como: LIP, YEMA, UTINAM, SARDA, KELTON, GEISMAR, DODANE o incluso una filial francesa de ZENITH
Y en sus cercarnías otras marcas como MORTIMA.
Todo esto se puede leer y explorar en el museo de relojería existente en dicha ciudad, que curiosamente fue residencia de un alto cargo de la corte de Carlos V y de Felipe II. Aquí unas pocas fotos del mismo.
Tras la visita nos queda una cierta sensación agridulce, de que cualquier tiempo pasado fué mejor.
Pero afortunadamente encontramos motivos de alegría. Desde una tienda/taller de relojería con una vidilla y conocimientos que nos sorprendieron gratamente, L’horloger du Battant.
Hasta el resurgir de manufacturas como Utinam, Vuillemin, Pequignet, o marcas como Lornet, Dodane, Yema por desgracia no muy conocidas en nuestro país, pero con creaciones muy dignas y que nos permiten romper muchos prejuicios y decir que hay vida más allá de las marcas suizas.
*Nota: Miguel Servet ajusticiado y quemado en la hoguera en Ginebra. Por cuestiones religiosas, bajo la influencia de los calvinistas.
Maravilloso artículo y maravilloso viaje el que disfrutaste recientemente . Enhorabuena por ambos.
Muchas gracias, mucha de las fotos las habíais visto ya…jejeje
Una pasada el artículo. Lo mejor es que todas las fotos son tuyas de ese magnífico viaje que hiciste. Eso si que es escribir el artícilo a pie del cañón.
Muchas gracias, hacía tiempo que lo tenía pendiente y al final he aprovechado para hacerlo en nuestra web.
@spitfire ha recibido una promoción a Editor tras su contribución a nuestro sitio de encuentro. Se agradece su fantástico relato, y se fomenta la participación de los demás compañeros.