@calibre321
Tengo que dejar de sorprenderme de lo mucho que me gusta el género field watch. Es que, al lado de todos los artilugios y mecanismos de los relojes de buceo y los cronógrafos, los primeros me parecen bastante sosos. Y, sin embargo, cada vez que cae uno en mi regazo para una reseña, pienso: “Hmm. ¿No es esto interesante?”. Esto es lo que ocurrió la semana pasada tras la llegada del Tom Rice A-11 de Praesidus.
Nota del editor:
Este artículo está escrito por @calibre321 (Robi). Apareció por primera vez en su blog calibre321.com el 6/4/2022. Reproducimos, con permiso, una versión traducida, editada y ampliada para poder llegar al público de lengua española.
Introducción
Obviamente, una buena historia nunca hace daño y detrás de este reloj hay una leyenda, sin duda. El “A-11” hace referencia a una especificación militar diseñada durante la Segunda Guerra mundial. Apodado el “reloj que ganó la guerra”, no se trata de un reloj en concreto, sino de un tipo de relojes producidos por muchos fabricantes norteamericanos de la época, como Elgin, Waltham o Bulova. Praesidus lo ha reinterpretado para conmemorar la era y para darle estándares de fabricación contemporáneos.
El nombre del modelo proviene de un tal Thomas Marcus Rice, originario de Coronado, California. Tom, estudiante y deportista del San Diego State College en 1942, se presentó como voluntario con el cuerpo de paracaidistas aéreos cuando los EE. UU. se unieron a la Segunda Guerra Mundial. Se graduó en el riguroso programa de entrenamiento en Fort Benning, Georgia, y se unió a la 101ª División Aerotransportada como miembro de la 501ª Infantería Paracaidista.
Sirvió como sargento de pelotón cuando entró en la contienda el 6 de junio de 1944 durante la invasión del Día D en Normandía. Tom resultó herido en el salto y también perdió su reloj. Los meses de servicio de Tom lo verían caer de nuevo sobre Holanda en la Operación Market Garden y finalmente sirvió en Berchtesgaden, Alemania, donde vio más acción en el Nido de Águila de Hitler.
Tom cumplió 100 años el verano pasado y lo celebró saltando desde un avión antiguo de la Segunda Guerra Mundial sobre San Diego, una hazaña que también realizó a los 97 años sobre Normandía para conmemorar el 75º aniversario de aquella invasión.
La historia del reloj perdido de Tom me recuerda un poco a una breve serie documental creada por Hodinkee sobre el Tudor perdido del teniente primero del USMC, Barry Jones. Sólo que, en este caso, el reloj no fue encontrado, sino recreado en su honor.
¿Qué opina Tom de él? “Este reloj habla por sí mismo”, dice. Y así es.
Lejos de los originales de 32 mm, el Tom Rice A-11 se presenta en una versión de 42 mm, junto con un modelo más pequeño de 38 mm. Me alegro de haber recibido el de 38 mm, que es el que aparece en este artículo. Aunque sigue siendo más grande que el reloj original, mantiene una sensación vintage.
Esta referencia tiene una esfera negra mate con índices de color crema. La marcada diferencia hace que sea muy legible, pero desprende la suficiente calidez como para dar la impresión de una pátina envejecida. La esfera está iluminada con números verdes y marcadores y agujas amarillo-naranja. El verde es bastante brillante. Me gusta la elección de las agujas tipo catedral, aunque muchos modelos de la época utilizaban el estilo daga.
La caja es de acero inoxidable 316L con un acabado predominantemente arenado que es bastante suave y uniforme. Las asas también están arenadas en los bordes, pero la parte superior está pulida. El reloj también equipa un cristal mineral de doble cúpula que se integra perfectamente en la caja.
El bajo de la caja está estriado, mientras que la trasera roscada lleva un cepillado concéntrico y un grabado con el nombre de Tom y su regimiento.
La corona es a presión y el reloj ofrece una resistencia al agua de 50 metros.
En el interior tenemos un calibre NH35 automático de SEIKO que late a 21.600 vph (3 Hz).
Se ofrecen tres opciones de correa para el Tom Rice: nailon, cuero o lona. Personalmente, me gusta más la de nailon.
El reloj se ensambla en Estados Unidos.
Especificaciones
Caja
Acero inoxidable 316L.
38 mm de diámetro (hay una versión de 42 mm).
45 mm de longitud (“lug-to-lug”).
12,5 mm de grosor.
20 mm entre asas.
Trasera atornillada.
50 m de resistencia al agua.
Calibre
Movimiento SEIKO NH35.
21.600 vph (3 Hz).
24 rubíes.
41 horas de reserva de marcha.
Cristal Y Dial
Cristal mineral abovedado de doble cúpula.
Esfera mate negra.
Marcadores impresos.
Luminiscencia
De dos tonos.
Correa
A elegir entre correa de nailon, cuero o lona, todas ellas con herrajes de acero inoxidable.
A Destacar
Praesidus también ofrece una versión del Tom Rice A-1 con la esfera blanca.
Continuando lo que empezaron con el Tom Rice, Praesidus ha creado una nueva versión del A-11 para honrar las hazañas de otro veterano, Vince Speranza.
Este segundo reloj, lanzado en Kickstarter el mes pasado, obtuvo su objetivo de financiación en menos de una hora. En el momento de la publicación de este artículo apenas quedan unas horas para que concluya la campaña.
Cada vez que una marca se esfuerza por lanzar una reedición de época, se debate qué parte del original mantener y qué parte actualizar para encajar mejor en el mercado de los relojes de hoy en día. Los A-11 de antaño eran de cuerda manual, por supuesto, mientras que el NH35 es automático. No me molesta, pero me pregunto por qué no se eligió el NH38 para renunciar a la posición fantasma de la corona. Y aunque me encanta el aspecto del cristal mineral, uno acrílico también podría haber sido una elección inspirada.
Conclusiones
El recuerdo vivo de la Segunda Guerra Mundial por parte de los que lucharon en ella pronto desaparecerá. Me encanta que Praesidus haya optado no sólo por fabricar relojes de inspiración vintage, sino por contar las historias de los que aun están con nosotros. He tenido la suerte de palpar varios relojes militares de esta época, incluido el Rolex Sky-Rocket que ya tuve oportunidad de reseñar. A pesar de sus accesorios contemporáneos, el Tom Rice A-11 conserva en gran medida la sensación y el sabor de la época. Es un reloj bien construido y una propuesta de valor increíble.
Todavía se puede conseguir un A-11 original a un precio relativamente interesante. Después de todo, se fabricaron millones de ellos. Sin embargo, son pequeños para los estándares actuales y a menudo no están disponibles en condiciones de afrontar los rigores del uso diario, por no hablar de las aventuras en el campo. Si buscáis ese “look” vintage en un conjunto elegante y moderno, no busquéis más.
El Praesidus Tom Rice A-11 se vende por $249 (€229 más envío y tasas a la UE). Para obtener más información, visitad el sitio web de la marca.