Racing Watches: Universal Genève & Nina Rindt

@javierreloj

En 1970, una hermosa mujer sigue con atención la evolución y escalada de Lotus en el Campeonato Mundial de la F1. Su atenta mirada no se desvía de la pista y con máxima diligencia va anotando los tiempos en unas tablillas. Esta imagen imperecedera, que ha pasado a los anales de la historia de la mayor competición automovilística, corresponde a la figura de la entrañable y glamurosa modelo finlandesa Nina Rindt.

Su marido, Jochen Rindt, había sido fichado por el equipo Lotus el año anterior. A bordo de su Lotus 72, Rindt se había convertido un serio aspirante a ganar el campeonato de 1970. Sus victorias en los grandes premios de Mónaco, Gran Bretaña y Alemania daban por fin la oportunidad a Lotus de alcanzar el éxito tan deseado. Nadie dudaba que iba a ser el mundial de Rindt.

Pero volvamos a la figura de Nina… Hija del piloto de carreras finlandés Curt Lincoln, alcanzó la fama como supermodelo a mediados de la década de los 60, participando en todos los grandes eventos de moda. Su fulgurante carrera le hizo compartir pasarela y fama con Leslie Lawson “Twiggy”. En la siguiente imagen las podemos apreciar juntas en el Paddock. Eran las reinas del “Swinging London”.

A los 23 años se casó con Jochen Rindt y como apuntábamos brevemente más arriba, siempre lo acompañaba a todas las carreras, en las que cronometraba sus tiempos. Las siguientes imágenes son una buena muestra de ello.

Si nos fijamos con atención, vemos que Nina lleva siempre consigo un cronógrafo con una correa tipo “Bund”. Se trata de un Universal Genève Compax al que los coleccionistas de la marca le han dado el sobrenombre de Nina, en honor a nuestra protagonista.

Este modelo tiene la Ref. 885103 y porta el fantástico calibre Valjoux 72, un movimiento que compartía con el conocido Rolex Daytona, del que ya hablamos en una anterior entrada.

De esta misma variante se fabricaron tres modelos: la citada referencia, uno en negativo (Evil Nina) y otro de color azul. Universal Genève logró aunar la estética racing de la época con quizás uno de los mejores calibres cronográficos de todos los tiempos. En la imagen inferior podemos apreciar los tres modelos que hoy en día se conocen con el nombre de Nina y que se han convertido en objeto de culto de los coleccionistas, alcanzando grandes precios en el mercado.

Para anotar los tiempos que hacía su marido en las vueltas, Nina utilizaba un cronógrafo de mano Omega. Herramienta indispensable, cuando los dispositivos de medición electrónicos aún estaban en sus primeros estadios.

Su marido Jochen, sin embargo, utilizaba otro reloj que también ya es mítico: el Heuer Autavia Ref. 2446M, del que proponemos hablar en una futura entregas y que podemos apreciar nítidamente en la siguiente imagen.

La vida parecía sonreír a Nina. Era la feliz madre de una hija y compartía una vida glamurosa con su marido allí donde iban. Desgraciadamente, un fatídico sábado 5 de septiembre, mientras practicaba para el Gran Premio de Italia a celebrase en en Monza el día siguiente, un terrible accidente de Jochen Rindt truncó la vida de la feliz pareja.

El accidente se documenta en este vídeo. Os remitimos al mismo ya que cuenta con restricción de edad.

Debido al accidente, Rindt se fracturó ambas piernas clavándose algunas piezas del monoplaza en el pecho y abdomen, falleciendo al poco tiempo de camino al hospital de Milán. Según las investigaciones, a la brutalidad del impacto se le sumó que Rindt no llevaba correctamente apretados los cinturones de seguridad que le podrían haber dado opciones a sobrevivir al accidente. Salió despedido hacia delante con el impacto.

Os preguntareis como un piloto experimentado como Rindt cometió esa imprudencia de ir con el cinturón mal ajustado. El motivo era que Rindt tenía un miedo atroz a accidentarse y no poder salir del coche si se prendía fuego por no poder desengancharse los cinturones. El íntimo amigo de Rindt y también piloto, Piers Courage, había muerto abrasado en su coche a causa de un accidente en Zandvoort solo unos meses antes de la carrera en Monza. Además, Rindt pasó por malas experiencias con el fuego cuando su vehículo se incendió en las 500 millas de Indianápolis y para más desgracia, tuvo la fatal experiencia de que sus padres murieran durante la segunda guerra mundial por causa de una bomba incendiaria. Como os podréis imaginar, el miedo al fuego que tenía Rindt era absoluto. Como en aquella época los cinturones no eran obligatorios, decidió correr el riesgo de no apretarse los cinturones.

Al ser el ya fallecido Jochen Rindt el piloto con más puntos en aquel momento de la competición y a falta de tres carreras para finalizar el campeonato, su compañero de equipo Emerson Fittipaldi consiguió hacer la cantidad de puntos necesarios para que nadie superase los del malogrado Rindt, convirtiéndolo así en el único campeón de la competición a título póstumo hasta la fecha. El título del campeonato lo recibió Nina Rindt de manos de Jackie Steward, manteniendo una compostura y decoro sin parangón.

Siempre nos quedará grabado en la memoria la imagen de Nina con su peculiar estilo, dando un toque de glamur y belleza en los circuitos donde su difunto marido compitió con los más grandes.

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