Hace ya bastantes años cuando empezaba mi afición por los relojes, tuve la oportunidad de adquirir un reloj que desde el primer momento en que lo vi me llamó poderosamente la atención. Se trataba de un Omega Speedmaster Mark II, una pieza vintage. Cuando me lo probé supe con certeza que iba a ser un reloj del que nunca me iba a desprender.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo