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Tiempo Y Deporte: Parte II

@javierreloj

Continuación de Tiempo Y Deporte: Parte I.

En el capítulo anterior, nos quedamos en los Juegos Olímpicos de 1948 en Londres.

En 1952, el cronómetro de tiempos de Omega permitió registrar tiempos oficiales a la centésima de segundo más cercana y además era capaz de imprimir los resultados. Este invento le valió a Omega la Croix du Mérite Olympique, y a todas luces, Omega se hace imbatible en eventos olímpicos. Hasta 1964, en Tokio, seguirá siendo cronometradora de los Juegos.

Juegos Olímpicos, 1960 Roma

Para los eventos de atletismo, la tecnología de foto finish es un medio fiable para ver el orden de llagada de los atletas.

Pero cuando se trata de nadar, es un asunto diferente. En los Juegos Olímpicos de 1960, tres jueces no pudieron ponerse de acuerdo sobre el tiempo ganador de la carrera de 100 metros libres. ¿Fueron 55,0 segundos o 55,1 o 55,2? Además, los espectadores no podían ponerse de acuerdo sobre qué participante había terminado primero. Sin embargo, lo más extraño es el hecho de que, aunque John Devitt sigue siendo el campeón olímpico oficial con un tiempo de 55,2 segundos, el tiempo de Lance Larson de 55,1 segundos está registrado como el récord olímpico. El subcampeón nadó más rápido que el ganador.

Yo, como nadador, he sufrido esto también hoy en día. La mayoría de las competiciones a niveles autonómicos se hacen con cronometraje manual, ya que las federaciones no tienen dinero para montar cronometraje electrónico en cada evento. En llegadas ajustadas, es prácticamente una lotería quien es primero o segundo.

Como veremos más adelante, Omega creará unos paneles para que los propios nadadores puedan parar el cronometro. Ésto acabará con este tipo de polémicas.

Juegos Olímpicos, 1964 Tokio

Todos sabemos el espíritu de sacrificio y la cultura de trabajo por los que destaca Japón. En 1964, la compañía SEIKO ya presentaba una larga y rica historia detrás de ella ¿Unos juegos en Japón y una empresa suiza como cronometradora? El orgullo nacional no lo podía permitir, y SEIKO sale a la palestra en el mundo olímpico a lo grande. La marca buscaba un impulso más internacional. Los Juegos Olímpicos serían un símbolo de renacimiento y un escaparate para el ¨nuevo¨ Japón de la posguerra. Y por supuesto, lo consiguieron. Se conocerán como las primeros “Juegos Olímpicos Tecnológicos”. Las numerosas innovaciones que desarrolló en ese momento todavía marcan la imagen del grupo en la actualidad.

Vamos a ver qué novedades introdujo SEIKO en estos Juegos Olímpicos.

  • Primer sistema de cronometraje automatizado completamente electrónico del mundo. Se acabaron las discrepancias de los jueces sobre los tiempos se habían hecho.
  • El disparo de salida se conecta con un temporizador de cuarzo. De esta forma, el cronómetro se pone de forma automática en marcha sin depender del tiempo de reacción del juez en apretar el crono.
  • Aparato de foto finish para registrar los tiempos de llegada de forma ultra precisa (se acabaron los problemas en los 100 m lisos). Como curiosidad, esta tecnología se ha utilizado para desarrollar el sistema SEIKO Astron.
  • Entregó alrededor de 1.300 dispositivos que fueron diseñados especialmente para los Juegos.
  • El primer marcador electrónico donde se podían ver los tiempos e información de forma inmediata.
  • A medida que la tecnología de la información se iba desarrollando, los resultados también tenían que ser entregados a los periodistas más rápido. Fue entonces cuando la compañía comenzó a producir impresoras, naciendo la empresa Epson, que hoy es la línea comercial más importante de SEIKO-Epson Corporation.

A pesar de la sofisticada tecnología introducida, los tiempos también se tomaban manualmente para su cotejo en caso de fallo del sistema electrónico. La fotografía muestra como los jueces intentan ver la línea imaginaria de llegada para parar su cronómetro.

El cronómetro mecánico de 1/10 de segundo utilizado en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. En el Cronógrafo Spring Drive Calibre 9R86, se utilizó el mismo sistema de funcionamiento de botón de dos fases para asegurar la máxima precisión.

Obviamente, SEIKO quiso aprovechar todos su esfuerzos en I+D para estos Juegos, más la oportunidad publicitaria a nivel mundial que ofrecida el evento, para comercializar sus relojes. Estas innovaciones resultaron en:

  • Una nueva generación de cronómetros de alta precisión.
  • El primer cronómetro de cuarzo portátil, de cuya precisión, paradójicamente, mucha gente desconfiaba.

Como conclusión me gustaría decir: ¡Qué bien aprovechó los Juegos SEIKO! En la sombra, las compañías suizas viendo el éxito y modernización de SEIKO siguieron innovando para quitarles este escaparate mundial. Las retransmisiones televisivas iban creciendo y la ventana publicitaria se hacía cada vez más grande. Había que volver a conquistar ese terreno perdido por el éxito de SEIKO en Tokio 1964.

Juegos Olímpicos, 1968 Ciudad de Méjico

Omega volvía a los Juegos.

Debido a la mayor profesionalización de los deportistas, pruebas como los 100 m lisos eran cada vez más igualadas. El cronometraje manual ya no era suficiente por ser poco fiable debido al gran impacto de los tiempos de reacción de jueces responsables de ponerlo en marcha a la salida y pararlo a la llegada. Los atletas generalmente se beneficiaban de dos centésimas de segundo antes de que el juez pusiera el reloj en marcha.

Por estos motivos, el cronometraje manual se abandonó por primera vez en 1968, justo después de que el tiempo ganador de Jim Hines en los 100 m se midiera con un aparato eléctrico (9,95 segundos). Más tarde, en 1977, la IAAF (Federación Mundial de Atletismo) pone fin a los cronometrajes manuales en sus competiciones oficiales.

Todo esto era muy interesante para el atletismo, pero ¿qué pasa con mi deporte favorito, que es la natación? Recordáis como en las anteriores olimpiadas hubo grandes problemas de cronometraje por discrepancias entre jueces. Pues bien, Omega presenta un sistema revolucionario que perdurar hasta el día de hoy.

Los nadadores detenían el cronómetro presionando un panel táctil en la pared de la piscina. Esto les permitió registrar su propio tiempo sin la necesidad de cronometradores junto a la piscina. Esto fue un hito en el cronometraje.

A mucha gente le surge la duda de si las olas interfieren en el sistema. Como usuario de estos tipos de cronometrajes, os aseguro que la respuesta es no. Se debe presionar con al menos 1 kg sobre el panel. Si no lo haces, el crono no se para (el juez lo para manualmente, aunque el registro automático es el que vale). Como podéis imaginaros, una centésima puede valer un oro por lo que normalmente se para el crono con la punta de los dedos asegurando la presión de 1 kg. El que escribe este artículo casi se fractura un dedo en un campeonato de España por presionar con demasiada fuerza. Tenía que asegurarme de que se paraba.

También en estos Juegos, Omega utilizó una tecnología que se había probado por primera vez en 1964, en carreras de coches y en los Juegos de Invierno de Innsbruck en 1964. El Omegascope introdujo el concepto de tiempo real en los deportes televisados, superponiendo números en la parte inferior de la pantalla, revolucionando de nuevo el cronometraje.

Juegos Olímpicos, 1972 Munich

Debido a los continuos cambios y el progreso de la ciencia y la tecnología, la aparición de la microelectrónica trajo consigo un avance revolucionario para el cronometraje de los deportes. La aparición de las computadoras, y el software en particular, equipaba a los cronómetros deportivos con funciones más precisas y perfeccionadas. Además de mostrarse en el marcador, los tiempos de los atletas también podían mostrarse en vídeo y usarse para las transmisiones por radio y televisión. En 1972, Omega y Longines cofundaron la Swiss Timing Company, especializada en la fabricación de temporizadores para los Juegos Olímpicos y otros eventos deportivos. En el mismo año en que se fundó esta empresa, se celebraron los Juegos Olímpicos de Munich. Estos fueron los primeros Juegos en usar geodímetros y temporizadores electrónicos con precisión de 1/1000 segundos. El cronometrador oficial fue Longines.

Juegos Olímpicos, 1976 Montreal

Swiss Timing es de nuevo el cronometrador oficial en 1976. Quiero destacar esto porque Swiss Timing llegó al mundo olímpico para quedarse por muchos años, con ausencias puntales como Barcelona 92 que cronometró SEIKO.

El sistema Télé-Longines 1004, utilizado en los Juegos Olímpicos de Invierno de Innsbruck (que era anfitriona por segunda vez en pocos años por la renuncia de Denver) y los Juegos Olímpicos de Verano de Montreal dieron una visualización digital de los tiempos con una resolución de 1/100 de segundo. A partir de este momento, las pruebas de los Juegos Olímpicos se transmitieron simultáneamente en todo el mundo.

Juegos Olímpicos, 1984 Los Ángeles

Omega lanzó los primeros dispositivos de detección de arranque en falso en atletismo. Estos dispositivos tienen registrado el tiempo mínimo que tarda un humano en reaccionar al escuchar el disparo de salida. Si el sensor de los tacos de salida detecta que el atleta sale antes que ese tiempo mínimo de reacción, considera la salida como nula.

En esta época, ya se podían medir fácilmente los tiempos en milisegundos, pero no era práctico para las competiciones deportivas. Un milisegundo es un período de tiempo imperceptiblemente pequeño, que cualquier diferencia física de una calle a otra podría desvirtuar los tiempos determinados. Por ejemplo, en una piscina puede darse perfectamente que una calle sea 2 mm más larga que otra, y se si midiera en milisegundos perjudicaría al de la calle más larga.

En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1984, las estadounidenses Nancy Hogshead y Carrie Steinseifer recibieron sendas medallas de oro después de registrar tiempos iguales a la centésima de segundo en los 100 metros libres de natación. Nunca se dió a conocer quién ganó a la milésima, aunque los cronometradores oficiales si lo podían saber.

Continuará…

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