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Racing Watches: Introducción Heuer

@javierreloj

Durante nuestro periplo en la serie Racing Watches, hemos intentado ofrecer una visión particular sobre algunos de los modelos más reconocidos, y a su vez, de los pilotos que se sirvieron de ellos en las competiciones automovilísticas.

En este artículo, sin embargo, nos vamos a desviar un poco, porque si hay una marca, por excelencia, ligada al mundo del automovilismo deportivo esa es sin duda alguna Heuer. Hoy sólo serán unas pinceladas, una introducción al binomio Heuer/automovilismo, su larga relación y el gran papel que ha jugado la firma relojera.

Son tantos los pilotos, campeonatos y grandes premios donde Heuer ha estado presente a lo largo de la historia que resumirlo todo en una sola entrada sería prácticamente imposible. Así que las siguientes entradas de esta categoría irán dedicadas a la marca suiza y trataremos de dar una visión de conjunto (incluyendo acontecimientos precisos) de la importancia histórica de la misma.

Fuente: https://www.calibre11.com/heuer-carrera-series-overview/

Once Upon A “Time Of Trip”

Debemos remontarnos a 1911 para encontrar el primer vínculo de Heuer con el mundo del automovilismo.

Edouard Heuer, fundador de la empresa, en 1867 se había mudado a Bienne dejando atrás su pequeño taller de Saint-Imier. Una vez asentado en Bienne, Edouard Heuer montó una pequeña fábrica donde casi de manera artesanal realizaba sus relojes de bolsillo y empezó a presentar sus primeras patentes. La empresa fue creciendo y en 1887 empezó a desarrollar sus primeros cronógrafos de bolsillo. Los hijos de Edouard (Jules-Edouard Heuer y Charles-August Heuer) se sumaron al proyecto empresarial y en 1905 desarrollaron y patentaron un cronógrafo médico, con su particular escala para medir las pulsaciones.

Pero como hemos advertido antes, en 1911 encontramos el primer nexo de Heuer con el automovilismo. El nuevo siglo había traído consigo un nuevo impulso en la revolución industrial. Los automóviles se empezaron a fabricar en serie, la aviación daba sus primeros pasos seguros y existía un nuevo afán por viajar y moverse. Las comunicaciones se aceleraron por medio del teléfono y la radiotelegrafía sin hilo. La velocidad que imprimían los nuevos automóviles excitaba la necesidad de batir récords.

Fuente: https://www.tagheuer.com/ie/en/history-1860-1887/strong-foundations.html

En definitiva, se vivía más rápido en todos los sentidos y Heuer, como buen empresario que era, se dio cuenta de la necesidad de medir el tiempo de manera más precisa, pues el tiempo (con los nuevos métodos de producción industriales) se había convertido en dinero. Así que se propuso proporcionar a las clases pudientes un instrumento para que controlasen su tiempo. Se trata del “Time Of Trip“. Este reloj de tablero de mandos, de salpicadero, bien podía ser instalado en un avión o en un coche. Con un calibre que le proporcionaba una reserva de marcha de hasta ocho días, el “Time Of Trip” tenía la particularidad de poder medir el tiempo exacto del viaje con la sub-esfera situada a las 6 h.

Fuente: https://www.tagheuer.com/es/fr/history-1887-1933/precision-on-the-world-stage.html

Pero el salto de calidad más importante que dio Heuer fue la de desarrollar dos cronos de mano con capacidad de medir hasta 1/100 de segundo. Su lanzamiento se produjo en 1916 y fueron bautizados como Mikrograph y el Mikrosplit, este último capaz de medir dos eventos simultáneos gracias a su función rattrapante.

Fuente: Dominio público.

Al poco tiempo del lanzamiento del Mikrograph y del Mikrosplit, Heuer dio otra vuelta de tuerca con los modelos Semikrograph y Semicrosplit, que en esencia eran los mismos relojes pero con capacidad para medir 1/50 de segundo, una precisión más que suficiente en la mayoría de circunstancias, y que representaban una propuesta más económica.

Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/

Pero en 1916, el mundo estaba sumido en la Gran Guerra (1914-1918) y la necesidad de instrumentos de mayor precisión se convirtió en una exigencia para la mayoría de los ejércitos del mundo. La incorporación de la aviación en la contienda, los cálculos precisos para la artillería o la simple movilización de tropas necesitaban de una exactitud en la medida del tiempo hasta entonces nunca conocida.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, Heuer y sus instrumentos de precisión se pusieron en la órbita de los deportes y la marca se consagró como cronometrador oficial de los Juegos Olímpicos de Amberes (1920). París (1924) y Amsterdam (1928), un tema del que ya tratamos en profundidad en mi serie sobre la cronometría y las olimpiadas.

Fuente: https://www.safonagastrocrono.club/tiempo-y-deportes-parte-i/

Racing Success

Al finalizar la Gran Guerra, los relojes de pulsera se pusieron de moda. Sin embargo, Heuer siguió apostando en este segmento por los “dashboard chronographs” y siguiendo la estela del anteriormente citado “Time Of Trip”, en 1933 lanzó al mercado su exitoso “Autavia“.

Fuente: https://www.calibre11.com/history-heuer-1930s-1940s/

El Autavia (contracción de “automóvil y “aviación”) se trataba de un cronómetro de 12 horas, con el registro de horas en la subesfera inferior del dial y el registro de minutos en la superior del mismo, y la manecilla central mostrando los segundos. En la siguiente imagen recogida de un catálogo de 1936 podemos ver sus funciones.

Fuente: http://www.onthedash.com/autavia-isograph-introduction/

Los primeros modelos de Autavia estaban equipados con el calibre Valjoux 59, aunque posteriormente pasaron a montar el calibre Valjoux 340. Estos últimos se identifican claramente, al llevar el pulsador en la derecha.

Fuente: http://www.onthedash.com/watch/comparison-of-autavias/

Con el Autavia, Heuer inició una generación de relojes dedicados al mundo del motor, de los que hablaremos en profundidad en futuras entregas.

Las competiciones automovilísticas que empezaron a principios del s.XX se estaban consolidando según avanzaba el siglo. Carreras como la Indy 500, la Targa Florio o las 24 h de Le Mans llegaban cada vez a un mayor público, incentivando a su vez que las marcas de automóviles creasen cada año coches más rápidos y competitivos, y encumbrasen a sus pilotos a un estatus nunca visto.

Fuente: https://www.targaflorio.info/26.htm

La década de los años 30 en particular representó una época en el mundo del motor de grandes avances, y Heuer se convirtió en cronometrador oficial de pruebas de velocidad. Marcas como Mercedes, Maserati o Alfa Romeo intentaban batir sus récords con rápidas innovaciones en el diseño de los vehículos. No hay mejores ejemplos de ello que los récords de velocidad de Sir Malcolm Campbell a bordo de su Napier-Bluebird o el Gran Premio en el Circuito de Avus de 1937, en pleno apogeo del nazismo en Alemania, tal como relata este breve vídeo.

Es evidente que se estaba germinando el nacimiento de la mayor competición automovilística de todos los los tiempos: la F1, que arrancó en 1950.

No he encontrado constancia gráfica de que pilotos de aquella época pionera del automovilismo llevasen cronógrafos de Heuer en su muñeca. Si bien en esta primera entrega nos hemos centrado en los cronográfos de mano y de tablero de mandos, que encumbraron a Heuer como marca “timer” oficial de numerosos eventos deportivos, en esta época Heuer también creo cronógrafos de pulsera. Aunque no vamos a hacer un exhaustivo inventario de los mismos, sí que me gustaría enseñar un par de ellos.

En primer lugar, debo destacar el Chrono Flieger que Heuer desarrolló para para pilotos de la Luftwaffe. Lo podemos ver a continuación. Su vínculo con el ámbito automovilístico quedará claro un poco más abajo.

Fuente: https://www.calibre11.com/targa-florio/

Este crono es importante porque revela un puente entre Heuer y el mundo de la competición automovilística y es la propia marca la que nos da la primera pista de ello. En 2003, TAG-Heuer realizó una edición especial conmemorativa dedicada a la Targa Florio y en concreto a Juan Manuel Fangio. El afamado piloto argentino fue uno de los pioneros de la Fórmula 1, y al parecer estuvo patrocinado por Heuer cuando compitió en la citada Targa Florio en 1953 a bordo de un Masserati A6GCS, que muestro a continuación.

Fuente: Dominio público.

TAG-Heuer quiso recordar esta efeméride con la citada reedición especial. La similitud estética con el Chrono Flieger es muy evidente.

Fuente: https://www.calibre11.com/targa-florio/

El segundo de ellos es de hecho cronológicamente anterior. Se trata del Heuer Chronograph de 1933, un cronógrafo monopulsante con calibre Valjoux. Es uno de los instrumentos de pulsera de Heuer con mayor importancia en el mundo del motor ya que sirvió de inspiración de la archiconocida línea Monza de TAG-Heuer.

Fuente: https://www.calibre11.com/2011-tag-heuer-monza/

La Segunda Guerra Mundial derivó en un parón inesperado de las competiciones deportivas. Sin embargo, como hemos ido apuntando, en la década de los 50 Heuer sentó las bases de su relación con el mundo del motor. La Fórmula 1, afamados pilotos como Fangio o Jo Siffert, la Carrera Panamericana, y sobre todo la aparición y gestión de Jack Heuer en la compañía, nos brindaron en las siguientes décadas uno de los momentos más brillantes en la historia de los Racing Watches.

Fuente: Dominio público.

En las siguientes entregas veremos la génesis de las líneas de los Autavia, Carrera, Monza, Mónaco… y hablaremos de nombres propios de pilotos y escuderías, como Fangio, Ferrari o Steve McQueen.

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4 comentarios en «Racing Watches: Introducción Heuer»

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