Longines Admiral High-Beat

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Tras la aparición de los relojes de cuarzo a principio de la década de los 70, muchas de las principales casas relojeras se esforzaron en crear relojes mecánicos de alta frecuencia. YoSu objetivo era competir contra la precisión que ofrecían los incipientes y nada económicos relojes de cuarzo de la época. En este artículo, vamos a ver un producto fruto de esa era de ¨modernidad¨ en la relojería. El reloj en cuestión se trata de un Longines Admiral.

La pieza pertenece a una colección que apareció en 1972, año en el cual Longines fue patrocinador oficial de las tristes olimpiadas de Munich, recordadas por los lamentables sucesos acaecidos más que por el espectáculo de los deportes. Esta colección estaba compuesta por un mismo modelo presentado con cuatro tipos diferentes de cajas, todas ellas muy llamativas por su diseño, y con diales muy deportivos por sus colores. Estos relojes, respondían al espíritu ¨moderno¨ y ¨tecnológico¨ de la época, saltándose los patrones clásicos y creando una ruptura estética con los relojes más sobrios de los 50 y de los 60.

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Esta descripción de la colección en el catálogo resume muy bien las características estéticas de la misma, concebidas para ¨el hombre moderno¨. Y en efecto, 1970 marcó un antes y un después en el diseño en general y en el de los relojes en particular.

Quien desee consultar el catálogo completo, puede hacerlo en este enlace.

Y ahora unas imágenes del Longines Admiral.

En la imagen superior podemos apreciar el inconfundible diseño de la caja, que es monobloque, y con forma ovalada.

Como podemos comprobar, se trata de un reloj deportivo. El aspecto de la caja tiene un precioso matizado ¨Sun Ray¨ que hace que parezca más grande visualmente en la muñeca de lo que realmente es (40 x 44 mm). El brazalete de acero que porta es de 18 mm. Es un reloj muy cómodo de llevar, liviano y bastante plano con una altura de 11mm, una medida menor de lo que uno se espera al observar el reloj por primera vez.

Como hemos indicado anteriormente, su caja es ¨monoblock¨ y Longines creó una herramienta apropiada para acceder al interior del reloj.

Además, para extraer el calibre, Longines utilizó un sistema de “tija partida” o “two-piece stem”.

Y en su interior late el calibre automático de alta frecuencia (36.000 beats), denominado con la referencia 431.

El calibre 431 de manufactura, high-beat, fue uno de los calibres automáticos más precisos de su tiempo. Longines manufacturó este calibre para conmemorar el 100 aniversario de su existencia, en 1967, y el calibre debutó con la introducción del modelo ¨Ultra- Chron¨.

¿Fue una demostración de ¨poder¨ por parte de Longines en su centenario como manufactura, el crear este calibre mecánico ultra preciso? ¿O es que la empresa ya auguraba una dura y larga batalla contra la precisión ofrecida por los relojes de cuarzo?

Sea como fuese, el calibre 431 tuvo muchos problemas de desgaste debido a sus altas alternancias, y al cabo de los años fue evolucionando en pro de una mayor fiabilidad, como podemos ver en este cuadro.

family/generations:
36000 A/h, excenter regulator:
430: sweep second
431: sweep second, date
432: no second
433: no second, date
28800 A/h, micrometer regulator:
6641: sweep second, 25 jewels
6642: sweep second, 17 jewels
6651: sweep second, date, 25 jewels
6652: sweep second, date, 17 jewels

En este enlace tenemos un pdf con el manual técnico del calibre 431.

Curiosamente, en la misma época, Longines también apostó muy fuerte por los relojes de cuarzos, creando una verdadera maravilla tecnológica que fue su calibre 6512.

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El principio de la década de 1970 fue una época sin parangón en el mundo de la relojería, destacando la innovación en el diseño y en el desarrollo tecnológico. Muchas casas relojeras suizas se aferraron a su tradición realizando calibres mecánicos innovadores y apostaron también por complejos calibres de cuarzo, intentando competir contra su adversario japonés, encarnado en la figura de Seiko. Sin embargo, perdieron la batalla, lo que desembocó en la denominada crisis del cuarzo.

El Longines Admiral es sin duda un digno representante de la época.